Los impúdicos seguidores de este género musical disfrutarán al trío norteamericano el sábado 29 de junio en el cierre del escenario BIO a partir de las 8:50 p.m., con una puesta en escena que promete velocidad, rabiosos growls y blasting beats a la altura de las más extremas expectativas
Javier Castro
@jcastronauta
Para los acérrimos fanáticos del metal, hablar de sus orígenes, sin duda nos remonta al ocaso del siglo XX, máxime cuando en aquellos años se forjaron grandes bandas, muchas de ellas aún vigentes, las cuales, surgen del amplísimo universo del heavy metal, desarrollando así, entre otros el “death”, un subgénero que hace su aparición en los albores de los años 80, caracterizado por la crudeza de su sonido y los oscuros matices de su estética.
Con los antecedentes de agrupaciones como Cannibal Corpse, Morbid Angel, Obituary, Master y, por supuesto, Possessed, nace en 1991 en Estados Unidos la banda Dying Fetus, quienes hicieron su aparición con una atractiva propuesta que lograba ubicarse entre el hardcore y el grindcore otorgando particular identidad a su sonido. Todo esto sumado a la decidida búsqueda por despertar escozor, partiendo del nombre que escogieron para la banda, hasta el contenido de sus letras, las cuales en principio narraban pesimistas historias de muerte y destrucción.
Contra la doble moral y la censura
Precisamente la temática e iconografía del death metal emergen como una afrenta a la tradicional y por siempre doblemoralista sociedad norteamericana, la cual recurriría en 1985 a la censura a través de su célebre etiqueta de “Parental Advisory: Explicit content” la cual se ha impuesto incluso hasta nuestros días, a un sinnúmero de producciones audiovisuales de distintos géneros.
Muestra de ello es el más reciente álbum de estudio que lanzó al mercado Dying Fetus en 2017 bajo el sello Relapse Records, titulado Wrong one to fuck with, el cual debe exhibirse con una lámina blanca que cubre la portada, por considerarla demasiado violenta, percepción que tiende a acentuarse en la actualidad cuando la hipocresía de lo “políticamente correcto” ha ganado terreno permitiendo que el arte y su interpretación queden sujetos a la censura impartida por autoproclamados custodios de la moral.
Antisistema y contestatarios
Pese a las pretendid as regulaciones, el death metal tiene la infinita capacidad de abordar con crudeza temas como la muerte, el apocalipsis, la brujería, las aberraciones inherentes a la condición humana y todas las demás formas de horror suscitadas en una aparente y prediseñada distopía.
Sin embargo, tras la aparición de bandas con discurso antisistema como los neoyorkinos de Brutal Truth, quienes elevaron duras consignas contra la industria del consumo en su álbum Need to control de 1996, motivaron a Dying Fetus a dar un giro y publicar en el año 2000 su Destroy the Opposition y allí abordar de forma crítica problemas como la desmedida producción de inútiles mercancías que la industria aprovecha para tender un manto de simulación que mitiga la soledad, las frustraciones, el odio y el miedo que es incentivado a través de las corporaciones mediáticas, siempre en aras de favorecer al gran capital.
Es la oportunidad de todos aquellos impúdicos seguidores del extremo death metal para que se sumen a un nuevo día de metal en Rock al Parque, donde los dirigidos por John Gallaguer, hoy convertidos en trío, llegarán a Colombia para ofrecer su show el sábado 29 de Junio en el escenario BIO en el parque Simón Bolívar a partir de las 8:50 p.m. con una puesta en escena que promete velocidad, rabiosos growls y blasting beats a la altura de las más extremas expectativas.