Oscar Cardozo* en Revista Hekatombe
Una vez más, el llamado a indagatoria de Álvaro Uribe resuena en todos los espacios políticos de Colombia. Y si, el próximo 8 de octubre el Expresidente entre los años 2002-2006 y 2006- 2010 tendrá un juicio por un cargo que históricamente lo ha perseguido a lo largo de su carrera política: Manipulación de testigos.
Este articulo recoge brevemente tres escenarios donde la figura de Uribe juega un papel clave en torno a los enrarecidos contextos en los que sus polémicos testigos aparecen:
1. Manuel Santiago Mejía: Si Antioquia tiene un peso pesado en materia económica y empresarial ese es Manuel Santiago. El es quien pone y quita en toda la región: Desde EPM hasta la directiva de la Universidad de Antioquia. Es un pulpo, un estratega que además posee una línea de amiguismo político directa: Andrés pastrana, Sergio Fajardo, Aníbal Gaviria y por supuesto, su excompañero de colegio, Álvaro Uribe Vélez. Gracias a este último, paso del Santismo al Duquismo.
Este hombre es pieza clave en la defensa de los Uribe, tanto Santiago como Álvaro, pues antiguamente fue el propio gerente de la ya conocida Hacienda La Carolina en 1994. Rindió testimonio ya en el 2018 alegando una corrida de toros en Manizales para exonerar un asesinato del que fue acusado Santiago Uribe, además de señalar la venta de una parte de la Hacienda a la Gobernación de Antioquia para su posterior posición de una base militar, hecho por el cual alega no podría existir ningún contingente paramilitar en el área.
Quizás aquí a Manuel le falta mas astucia, pues, sin más ni más, fueron los propios regimientos militares en muchas zonas de Colombia los que dieron vía libre a las aberraciones paramilitares.
Este personaje, entre otras cosas, no puede partir de la objetividad: Fue nombrado por Álvaro Uribe en su gobierno como asesor de Colciencias y poseía junto con Santiago Uribe la Sociedad Ganadera La Carolina, fundada desde 1982 y quien extrañamente recibía protección de sectores afianzados del narcotráfico de Antioquia para la no vacuna que sí sufrió el resto de la región.
2. Jesús Ignacio Roldán Pérez, alias ‘Monoleche’: Amparado por la ley 975 (Ley de Justicia y Paz), este exparamilitar recuperó su libertad en el año 2016. Aún amparado por esta ley, este desmovilizado es pilar para las narraciones sobre los despojos en Córdoba y Urabá, pero a su vez, un testigo clave para los Uribe a su favor ante las demandas de las cortes. Sin embargo, sus testimonios nunca han contado con fiabilidad empezando por la teoría que lanzo acerca del asesinato de Fidel Castaño a manos de su hermano Carlos. Hasta el día de hoy nunca soportada.
Igualmente, “Monoleche”, ha reiterado en muchas ocasiones las presiones acerca de sus testimonios pues lo han llevado a ser objetivo de otros paramilitares. En este orden de ideas, es claro que sus afirmaciones lo llevan a puntos tan equidistantes como a señalar a Álvaro Uribe como autor de la muerte de Carlos Castaño hasta la compra de declaraciones por parte de senadores como Ivan Cepeda.
No queda clara su posición, pues nunca ha sido verídica.
3. Enrique Pardo Hasche: Este abogado condenado en la Picota por el secuestro de Eduardo Puyana se considera testigo estrella para los abogados de la defensa de Álvaro Uribe. Compartió celda con Juan Guillermo Monsalve y ha sido el contacto mas incisivo entre los abogados del expresidente, Lombana y Williamson, testificando acerca de la visita permanente de congresistas a las celdas con el fin de comprar supuestos testimonios en favor de los entes acusadores.
Su participación inclusive ha gozado de muchos beneficios en términos de participación y defensa del expresidente Uribe. Así lo ha denunciado el periodista Daniel Coronell en su columna “Inpec cargado” donde demuestra que, a diferencia de otros reclusos en la misma cárcel, Hasche, si ha podido contar con una basta y nutrida mediatización de apoyo a Uribe y critica a los testigos de oposición, entre ellos a su compañero de prisión, Monsalve.
Sus testimonios claramente están viciados tanto por los abogados, como por los beneficios obtenidos, situación que lleva a evaluar los beneficios para unos y no para otros, entre ellos el más elemental, el de protección.
Sobre esto último, vale la pena aclarar que son nueve los testigos asesinados durante el avance de este proceso. Entre ellos, Carlos Areiza, testigo clave que fue abaleado con cinco tiros teniendo un redoble de seguridad ordenado por la corte y sin ejecutar. Este testigo, al igual que los actuales, presento un patrón de presión constante que dirimió en una muerte ad-portas de las declaraciones.
Igualmente, aquí entran Francisco Villalba, quien dio información sobre la Masacre del Aro y la complicidad de los Uribe en la organización de la Brigada paramilitar IV, también asesinado; los Hermanos Munera, asesinados en el marco de informaciones que involucraban a los Uribe con Mancuso y Camilo Zapata, exconductor de la finca asesinado por el Expolicía Juan Carlos Meneses y por el cual esta siendo juzgado el hermano del expresidente Uribe, Santiago.
Amanecerá entonces el día ocho de octubre y veremos, sí, por un lado, aun viven los testigos del ente acusador, Uribe se presenta a la audiencia de la corte y, sobre todo, si se puede esclarecer este oscuro capitulo de la historia nacional que involucra una decena de masacres, cientos de victimas y el origen de una de las fuerzas armadas mas letales y aberrantes en la historia nacional, las autodefensas unidas de Colombia (AUC).
*Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Columnista en El Espectador, las 2 Orillas, a la Orilla del Río y Al Poniente. Investigador en conflicto e impactos socioambientales en los territorios.