Manifiestos por los sectores sociales LGBT colombianos ¿Qué ha cambiado?

0
1516

Manuel Antonio Velandia Mora

Este 28 de junio se conmemoran 43 años del Primer manifiesto Marica/homosexual/güei en Colombia. Lo abyecto es una importante forma política de lucha, por ello era y sigue siendo tan subversivo ser marica, arepera, travesti, transfemenino, transmasculino o transputa. El 28 junio 1978 fue mi primera salida a los bares para repartir el Manifiesto por los derechos de los güeis en Colombia… Un año después lo publicamos en la revista Ventana Gay.

Tiempos aquellos en que la homosexualidad era delito en Colombia, legalmente dejé de serlo en 1980 y en 1981 se hizo vigente la ley. En Bogotá la policía nos detenía preventivamente y a primeras horas de la madrugada nos llevaban por el camino que conduce al cerro de Monserrate, nos desnudaban, votaban nuestras pertenencias lejos de nuestros cuerpos, nos lavaban con agua fría y luego nos dejaban tirados en la carretera teniendo que buscarlas entre los matorrales y algunas veces nos tocaba llegar desnudos a nuestras casas.

La historia de los sectores LGTBI y demás diversidades de géneros y cuerpos en Colombia está llena de crímenes de odio que muchos/as/es jóvenes ni siquiera conocen.

Manifiesto Homosexual

Día gay Internacional, el 28 de junio de 1978, publicado por el GELG -Grupo de Encuentro por la Liberación de los güeis-

Autor: Manuel Antonio Velandia Mora

Compañero:

Aunque muy dentro nos sintamos igual que cualquiera; aun cuando tengamos la capacidad de gozar y manifestar libremente nuestro afecto a otra persona de nuestro mismo sexo; aun cuando vivamos la ilusión de la seguridad dentro del bar, apartamento, cine, sabemos muy bien que la práctica de nuestra sexualidad está condenada socialmente para desarrollarse solo en aquellos lugares destinados para tal efecto: el ghetto gay.

Tan solo nos hace “diferentes” el hecho de ser gay.

Frente a esta realidad que nos reprime los gay no podemos quedarnos atrás, desde hace muchos años (1892, en Alemania) y de muchas maneras diferentes como la primera marcha gay de América (organizada el 28 de junio de 1969 luego de una redada en el Stone Wall Inn of New York), venimos luchando por nuestra reivindicaciones; en un principio lo hicimos individualmente, luego nos ampliamos a nuestro círculos de amigos, posteriormente nos fue uniendo esta lucha a otros grupos, esto nos demostró que no estábamos solos, esto nos dio el orgullo y la consciencia de pertenecer al movimiento gay.

Además, nos dimos cuenta que no era suficiente con que se nos “tolerara”, había que hacer algo, un trabajo más profundo. Nació la idea de formar un grupo que respondiera a estas inquietudes, que logre un mayor y mejor conocimiento de nuestra realidad por parte de la corroída sociedad que nos excluye.

La salud publica nos obliga a las alianzas

Éste 2020 la pandemia de la Covid-19, nos ha obligado al aislamiento social pero no por ello ha cerrado nuestras bocas, ha amarrada nuestras manos ni cercenado nuestra creatividad para luchar por nuestros derechos; la virtualidad se convirtió en nuestra herramienta comunicativa y el encuentro virtual en el espacio para construir alianzas.

Más de 600 organizaciones en toda Colombia nos hemos unido para organizar la Primera Marcha Virtual Nacional LGTB. En un ejercicio sin precedentes todes, todas y todos quienes quisieran participar podían hacer sus aportes para la construcción del manifiesto, nos reunimos en un pequeño equipo de trabajo para reunir todas las ideas y producir este documento que se presenta a continuación.

Manifiesto Nacional LGTB 2020

¡Colombia LGBT unida, visible y en movimiento!

Las movilizaciones de los sectores sociales LGBT y de otras diversidades de géneros y cuerpos tienen como fin ser reconocidos como sujetos de derechos y gozar plenamente de éstos; para lograrlo se requiere no sólo cambiar las representaciones sociales que sobre nosotros/as/es existen, sino, además, crear las condiciones jurídicas para que cualquiera que sea nuestra orientación sexual, nuestra construcción identitaria y nuestra manera de asumir el cuerpo y el género nos sintamos plenamente protegidos como ciudadanos de primera clase.

Los seres humanos somos únicos, de ahí el amplio espectro de la diversidad en nuestras manifestaciones sociales, culturales, políticas, económicas y sexuales, que más que puntos de desencuentro se convierten en el punto de referencia de nuestras explicaciones, vivencias y emociones con las cuales construimos el encuentro político, la movilización cultural y el diálogo socioeconómico. La diversidad es un motivo de riqueza que se convierte en nosotres en una condición de vulnerabilidad.

En 1936 los homosexuales dejamos de ser reconocidos como enfermos para ser tratados como delincuentes, en 1977 se crea el Movimiento de Liberación Homosexual Colombiano, en 1980 logramos la despenalización de la homosexualidad, que se hizo vigente en 1981, el 30 de junio de 1982, en Bogotá, hicimos la primera Marcha en el país.

La Constitución Política de 1991 reconoció que el sexo no era una razón de discriminación y nos dio la herramienta de la tutela para la protección de nuestros derechos por la amenaza de vulneración; a partir de la revisión de fallos de tutela la corte constitucional nos otorgó todos los derechos sexuales; sin embargo, se hizo necesaria una serie de políticas públicas que dieran respuesta de manera integral, constante y unificada que posibiliten nuestra socialización y coadyuven a la convivencia pacífica, en la que cumpliendo nuestros deberes y obligaciones correlativas, no se vea amenazada nuestra existencia. A pesar de ello, se hizo necesaria una Ley de NO discriminación y, aun así, no es plena la titularidad de derechos, la efectividad de estos, como tampoco la autonomía, el respeto y el reconocimiento de la identidad, el trato en equidad y con solidaridad, y el ejercicio de la participación.

En Colombia, la sigla LGTB se fue construyendo en la medida en que se adhirieron al movimiento sexual político las diversas identidades de orientación sexual y las diversidades de géneros y cuerpos; más recientemente se han incorporado personas no identitarias, post identitarias y no binarias, dando cabida a los géneros fluidos y a las construcciones Queer.

Asumimos el insulto como un acto de reivindicación dando sentido en el lenguaje a la lucha por el reconocimiento de lo que antes se pretendía abyecto, enfermedad, pecado, aberración o anormalidad, convirtiendo en políticos términos como marica, lesbiana, habichuela, arepera, loca, machorra, bicicleta, vestida o travelo; e, incorporando las disidencias del sexo, el cuerpo, el género, la orientación sexual y las expresiones comportamentales sexuales.

Desde 1984 nos hemos convertido en víctimas de todos los agentes legales e ilegales del conflicto armado colombiano, y a pesar de estar inscritos en el Registro Único de Víctimas – RUV, no gozamos de los supuestos beneficios de los que en teoría somos beneficiarias/os/es. Igualmente somos víctimas de discriminación en los procesos al interior de nuestras familias, la escuela, las iglesias y los medios masivos de comunicación.

El país tiene una inmensa deuda con nosotres, nosotras y nosotros en cuanto al reconocimiento y respeto de nuestros derechos. Estamos hastiados de ser ciudadanos de 2ª clase y relegados en la construcción de los planes y programas que desde los gobiernos se crean supuestamente para nuestro beneficio y que dichas políticas públicas se queden en letra muerta que nos invisibiliza, incluso en su implementación.

Las políticas creadas con relación a la pandemia de la COVID-19 han vulnerado nuestros derechos y nos han expuesto al recrudecimiento de la violencia familiar, social, política y policial, y a la falta de asistencia en temas de equidad, para quienes viven con VIH/sida y las personas trans, en especial aquellas que se ven obligadas al ejercicio del trabajo sexual.

¡Seguiremos resistiendo desde la vida, desde el amor y desde la esperanza!

Este año por primera vez en la historia colombiana, todas las regiones del país hemos construido en juntanza la Primera Marcha Virtual Nacional LGTB, una alianza de sentires, voluntades, saberes, necesidades y experiencias de trabajo colectivo, desde una perspectiva de interseccionalidad, transversalidad, intersectorialidad y territorialidad, por una Colombia Unida ante una crisis que nos ha hecho más vulnerables, a los que ya de por sí nos han hecho vulnerables.

¡Colombia LGBT unida, visible y en movimiento!

Luego de esta lectura el interrogante que nos queda es si algo ha cambiado. Es evidente que muy poco se han transformado; es verdad que hay políticas públicas en diferentes ciudades del país, también es verdad que en muchas ciudades en las alcaldías y gobernaciones se iza la bandera arcoíris; pero las personas trans, las más vulneradas en sus derechos, no han visto su bandera izada en ningún lugar público del país.

Necesitamos urgentemente que haya leyes y no solamente fallos de la Corte Constitucional. Necesitamos más alianzas, más respeto, más solidaridad, más acompañamiento, más creatividad, más lucha política, más entrega, más placer, más erotismo, más disfrute… muchas de estas cosas podemos proveérnoslas nosotres mismes, otras requieren del esfuerzo colectivo, de una mirada más profunda de los políticos, de legisladores conscientes de que todes les ciudadanes somos sujetos plenos de derechos, necesitamos que nadie se extrañe ni le parezca un error gramatical que las personas puedan existir en el lenguaje.