En medio de un masivo acompañamiento popular, el 3 de febrero el candidato a la presidencia por el MAS, Luis Arce, y su fórmula vicepresidencial, David Choquehuanca, inscribieron su postulación
Ricardo Arenales
Los atropellos y persecuciones contra los activistas y líderes del Movimiento Al Socialismo, MAS, los encarcelamientos, y la negativa -inconstitucional- del Tribunal Supremo Electoral de permitir la inscripción de Evo Morales como candidato al senado de la República, van configurando una guerra sucia contra el movimiento popular boliviano, a menos de tres meses de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 3 de mayo próximo.
Así lo expresó el expresidente Evo Morales en una rueda de prensa, como reacción al anuncio de las autoridades electorales de su país de negarle la inscripción como candidato, alegando que no cumple los requisitos de ley.
Fórmula presidencial
“Cumplimos con todos los requisitos. Las resoluciones emitidas son ilegales y hasta inconstitucionales. Después, dos miembros del ente electoral me comunicaron que no aprobaron la legalidad, por instrucción del gobierno de Estados Unidos, acusándome de terrorismo, de sedición y de asesino, de paso”, indicó el líder boliviano. Morales dijo que el objeto final de la sanción es procesarlo y sentenciarlo y también prohibir la actividad política del MAS.
A Morales no solo le negaron la inscripción como candidato a senador; a su representante legal, Patricia Hermosa, que portaba la documentación para realizar la diligencia, le impusieron seis meses de ‘cárcel preventiva’. Al delegado del MAS ante el tribunal electoral lo han sometido a hostigamientos y persecuciones. Miles de activistas y dirigentes de la organización política, la más representativa del país, son sometidos a persecuciones y amenazas por parte de grupos de ultraderecha.
A pesar de este ambiente adverso, las fuerzas progresistas de Evo Morales avanzan en la campaña política previa a las elecciones. En medio de un masivo acompañamiento popular, el 3 de febrero el candidato a la presidencia por el MAS, Luis Arce, y su fórmula vicepresidencial, David Choquehuanca, inscribieron su postulación.
En el acto de inscripción, Arce garantizó el triunfo de su partido en las próximas elecciones del 3 de mayo. El también exministro de Economía dijo que en este momento no existen condiciones “para un proceso democrático”, transparente, donde todos puedan acceder a los medios; debe garantizarse que los votos que van a emitirse en las urnas sean los que se lean posteriormente en el Tribunal Electoral”.
Con apoyo popular
Dijo Arce que “somos el único partido que representa los intereses de los más humildes. Tenemos un respaldo mayoritario en el país”. Puntualizó, además: “el mínimo que están dando las encuestas (en favor del MAS) es de un 60 por ciento. Quiere decir que en estos tres meses va a haber una serie de cosas, una especie de guerra sucia contra mi candidatura y la del compañero y hermano David Choquehuanca.”
Dijo por último que una victoria suya en las urnas serviría para demostrarle a la derecha del país “que el pueblo boliviano está unido detrás de una candidatura que defiende sus intereses. Nosotros contamos claramente con el apoyo popular”.
Además del partido de Evo Morales, hay un espectro de organizaciones políticas que aspiran a llegar a la presidencia. Las de mayor opción, después del MAS, son de extrema derecha, que actúan con el fin de sepultar definitivamente la labor social de Evo.
Entre ellas se destacan, Juntos, que propone el binomio Jeanine Añez, actual mandatario de facto, y Samuel Doria Medina. Está el movimiento Libre, conformado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario y el Movimiento por la Soberanía, que no acaba de conformar su fórmula presidencial. La alianza Creemos, conformada por la democracia cristiana y la Unidad Cívica Solidaridad, propone al binomio Luis Fernando Camacho y Marco Aurelio Pumari.
Pero las candidaturas de mayor opción, si hubiera un proceso transparente, son las de Carlos Mesa, con un 17 por ciento de favorabilidad, Luis Fernando Camacho, con un 17 por ciento, y Jeanine Añez, con un 12 por ciento, todas a mucha distancia del candidato del MAS.