Manuel Velandia
@manuelvelandiam
En estos tiempos de la Covid-19 en que las personas se ahorran entre 2 y 4 horas que antes malgastaban sentadas en un transporte público, si es que podían lograr una silla, ahora queda tiempo para muchas otras cosas, incluso para encontrarse consigo mismo… Así que hablaré de la paja, eso que técnicamente algunos llaman masturbación.
Aun cuando más turbación me produce esta imagen, con relación al tema, que circula en las redes y que se atribuye a los testigos de Jehová. Algunas personas han dudado de la veracidad de la misma, pero en caso de que fuera atribuible a esta congregación, deberían sancionarla por publicidad engañosa.
Como todos sabemos que, por el hecho de masturbarse, no es verdad que se nos van a caer las manos o que nos van a salir pelos en ellas, presentaré a continuación algunas recomendaciones. Ahora bien, creo que lo más importante de este escrito es que fue concebido pensando en usted, que disfruta del encuentro consigo mismo/a/e; el objetivo es ayudarle a mejorar la técnica.

Como tengo perfectamente claro que el bienestar se concibe de una manera diferente por cada uno o una, en caso de que su posición sea contraria al ejercicio placentero de la masturbación, aquí le dejo el vínculo al artículo “Cómo vencer la masturbación” publicado por los Testigos de Jehová: https://www.jw.org/es/biblioteca/libros/amor-de-dios/vencer-masturbacion/?fbclid=IwAR2WTPwGjJoN-ZFn4l2LcXGbS3ppV40PMu8T2qSeLIy2iSp9GypskPdtheE
Tardarás más, llegarás más tarde
Esta propuesta ayuda a desarrollar otras posibilidades y enseña a quienes no tienen mucha experiencia sobre cómo hacerse un/a mejor amante.
La masturbación es probablemente la práctica erótica con más mala fama. Se dice que a quien la práctica se vuelve loco, puede quedar ciego o impotente; si es una mujer, que se convertirá en ninfómana, insaciable y que ningún hombre la querrá.
Desde otra óptica, se dice que es una conducta inmadura, que quien la practica permanece en la adolescencia mental, que lleva a la negación de la pareja.
La masturbación es una forma de encontrarse con sigo mismo/a, reconocer el cuerpo, prepararse para el intercambio sexual e incluso, de aprender a retardar la eyaculación.
La masturbación se practica desde niños, se acentúa con la juventud y se disfruta hasta la misma muerte; favorece las relaciones de pareja en cuanto regula y equilibra los ritmos de deseo, erotismo y genitalidad de las mujeres y hombres e incluso, para aquellos/es/as con pareja estable, aun cuando popularmente se afirma que se debería abandonar si se tiene pareja.
¿Cómo se masturban los hombres?
En general, los hombres son bastante elementales en cuanto a la masturbación se trata, pero hay muchas maneras de hacerlo. La más simple y tradicional consiste en estimular acariciando el tallo del pene (balano) de arriba hacia abajo, o de abajo hacia arriba, haciendo que el prepucio (si no se está circuncidado) se mueva cubriendo y descubriendo el glande (la cabeza), desde que el pene está flácido hasta que la erección alcance toda su consistencia, para lograr la eyaculación (venirse, botarse) el ritmo se incrementa hasta que el orgasmo es irremediable. Se puede tener orgasmos sin eyaculación y también viceversa.
Para evitar y/o retardar la eyaculación se utiliza una técnica que consiste en presionar el conducto seminal, colocando los dedos durante unos segundos sobre el balano, justo debajo del surco balano prepucial (la parte más hendida del pene) y parar el movimiento de fricción de la mano sobre el balano.
También se logra cambiando la velocidad y la presión con la que se hacen los movimientos de la mano, parando y retomando la estimulación las veces que sea necesario.
Por supuesto hay formas más creativas para masturbar-se, vale la pena trascender los aprendizajes juveniles. Hay sensaciones diferentes si se masturba con la mano humedecida con un lubricante o con la mano seca; la masturbación agresiva suele ser placentera para algunos, aun cuando puede terminar siendo molesta, especialmente para los circuncidados.
La sensación es diferente si se masturba con la mano más desarrollada o con la poco utilizada, los movimientos difíciles de controlar provocan sensaciones extrañas que pueden ser muy placenteras.
Se puede masturbar colocando el pene entre las dos palmas de las manos, abiertas, una frente a la otra, produciendo fricción entre ellas.
Estimule rozando el glande con la palma de la mano, extendida, algunas veces, otras, algo recogida.
Rodee el glande con un anillo formado con los dedos pulgar e índice, desplace el anillo sobre el balano de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba. El anillo puede hacerlo con tres, cuatro o los cinco dedos.
Ponga lubricante sobre el dedo pulgar, lleve el pene hacia su barriga, friccione con dicho dedo desde la base del frenillo hasta la uretra (orificio para orinar); estimule friccionando el glande mientras con los demás dedos envuelve el glande.
Con las palmas bien lubricadas, envolviendo el pene a dos manos y girándolas suave y simultáneamente, con un cuarto de vuelta y luego ejerciendo el movimiento de regreso.
Una última alternativa pudiera ser masturbarse con la mano en posición inversa a como tradicionalmente se masturba; es decir, gire la mano, haciendo un anillo con los dedos pulgar e índice y haga tres anillos más, simulando una llave inglesa.
El clítoris, el punto G y otras zonas erógenas

Estando en clase sobre sexualidad, salud sexual, en salud reproductiva, con mis estudiantes de enfermería en la Universidad de Alicante le sorprendía el poco conocimiento que las mujeres tienen sobre su cuerpo, pero tiene que decir del gran desconocimiento que tienen los hombres sobre el cuerpo de ellas. Debo decir que en general las lesbianas tienen más acercamiento a sí mismas que las mujeres heterosexuales.
El clítoris, ese pequeño punto de contacto de la mujer con su propio placer, ha estado
olvidado durante muchos años. No se le ha dado la importancia que se merece en lo que al disfrute se refiere. Es el único órgano del cuerpo humano que tiene la misión concreta de dar placer y aproximar al orgasmo. Cabe señalar aquí, que, es más que eso que han dado en llamar el “pequeño botón de la felicidad”. Así que es importante saber cómo estimularlo.
El punto G no es en realidad un punto específico, un interruptor que con un toque

maravilloso activa o desactiva el placer. Realmente es un espacio, más o menos ancho, que se ubica dentro de la vagina. Concretamente en la pared vaginal frontal (la más cercana al ombligo), entre 5 y 8 centímetros de profundidad; el sitio cambia de acuerdo a la estatura y la etnia de cada mujer. Es un tejido esponjoso y rugoso, similar al del clítoris, que algunas personas comparan con una nuez. Se caracteriza por ser una acumulación de terminales nerviosas que tienen el potencial de dar mucho placer sexual, que puede llegar al orgasmo.
Las zonas erógenas de la mujer (y del hombre) son prácticamente cualquier parte del cuerpo con una alta concentración de terminaciones nerviosas. Cada persona descubre ciertas partes de la totalidad de la extensión de su piel y de las mucosas que pueden ser excitadas por caricias, cuya intensidad de estimulación depende de cada una.
Como el clítoris no es un timbre no se estimula presionándolo
El clítoris hace parte de la vulva, nombre que se le da a las partes externas de los genitales femeninos. La vagina es el tubo que conecta la vulva con el cuello uterino. El clítoris está compuesto por el glande, el cuerpo del clítoris, los cuerpos pareados o crura y los bulbos vestibulares. Generalmente se llama clítoris a la parte externa del mismo, es decir, al glande. La estructura del clítoris es similar a la estructura del pene, por ello algunas de las técnicas de masturbación aplicadas en el glande del pene pueden ser aplicadas en el glande del clítoris.
Una manera de practicar la estimulación puede ser aprender a dibujar en el móvil. Con una aplicación para dibujo trace pequeños círculos, hágalo con la yema de los dedos y con más o menos fuerza; practique graficar con los diferentes dedos; poniendo un protector plástico sobre la pantalla o desinfectándolo primero porque suele recopilar muchos microrganismos, intente trazar círculos con la punta de la lengua; es más fácil si intenta hacer un pequeño cono con ella… eso la pone algo más dura. También puede lamer, dar lengüetazos, modifique la velocidad y la fuerza. Intente hacer cada vez los círculos más pequeños, también puede pintar letras y luego intentar hacer mensajes. Traslado de todas estas experiencias creativas a la estimulación del clítoris; también funciona muy bien en el glande del pene.
Como el clítoris también tiene prepucio, entonces se pueden aplicar técnicas en las que se trate de cubrir y descubrir glande. Evite producir daño con las uñas y menos, si lo hace con fuerza.
Investigué sobre las diferentes zonas erógenas de su cuerpo y no se centre únicamente en la zona genital. Puede estimular el clítoris y las zonas erógenas con algunos elementos externos al cuerpo. No tiene que recurrir necesariamente a vibradores o juguetes eróticos, puede improvisar con elementos que tenga en casa, pero debe tener en cuenta que no sean tan rígidos, que no se rompa con facilidad, que no vayan a succionar el aire creando cámaras de este, que estén perfectamente limpios y que no tengan aristas que puedan cortar el tejido. Los cambios de temperatura también producen sensaciones diferentes, evite elementos muy fríos o muy calientes. No es lo mismo aplicar la técnica con la mano diestra que con la mano que menos se utiliza.
Es más fácil para muchas mujeres llegar al orgasmo con la estimulación del clítoris o los toques en el punto G que con la penetración. Intente técnicas en las que aplica una doble estimulación, cómo estimular al mismo tiempo el clítoris y buscar el punto G u otras zonas erógenas.
La pareja se masturba
Para algunas personas, descubrir que su pareja se masturba en solitario, es tomado como una ofensa, una infidelidad y como la expresión de que la pareja está dando señales de que no somos suficientes para ella; tal vez por ello cuando se tiene pareja y se comparte la vivienda con ella, las personas suelen masturbarse a escondidas, sin mucho ruido y a puerta cerrada.
La masturbación se adapta perfectamente a los estados de ánimo de quien la realiza, así que en general nadie se masturba en contra del otro, se hace por placer y beneficio propio. Busque hablar del tema, antes de descubrir a su pareja masturbándose, es muy seguro que lo haga. Parta de la comprensión y no de la acusación, sea sincera a pesar de que le parezca incomodo hablar del tema y recuerde, que muy seguramente usted igualmente se masturba, incluso sin razón, tan solo por pasar el rato.