Maternidad subrogada, ¿altruismo o explotación?

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“La maternidad subrogada puede ser, para algunas mujeres, una forma de ganarse la vida”

Renata Cabrales

Una mujer tailandesa fue contratada por una pareja de australianos como vientre de alquiler. El bebé que nació con síndrome de Down fue rechazado por la pareja al ver la enfermedad del menor. La mujer tailandesa indicó que no abandonará al niño y su historia causó una polémica ética. Incluso la pareja, según testimonio de la mujer, estaría dispuesta a pagar por el aborto, pero esta explicó que, al ser Tailandia un país budista, el aborto no está permitido.

En Estados Unidos, otra mujer, que cumplió con el papel de madre subrogada para hacer realidad el sueño de ser padre y madre biológicos de una pareja, advirtió que, al comprobar que el bebé padecía de una enfermedad, este fue catalogado como un objeto que ya no “alcanzaba el nivel de “calidad” de los “compradores”. Ya no les gustaba, así que ofrecieron una enorme suma de dinero a la mujer para que abortase así que el bebé pasó de ser muy deseado a ser un objeto con defecto de fábrica.

Para las feministas marxistas, aunque esta práctica sea legal en algunos países, e incluso en Colombia ya existan leyes que la regulen, no deja de ser una práctica cruel que hace parte de un sistema capitalista que utiliza y mutila a su conveniencia el cuerpo de las mujeres, convirtiéndolas en trozos de carne exhibidos en vitrinas y vendidos al mejor postor. El de su aceptación, es un discurso muy parecido al de la prostitución, considerado también como una opción de vida para las mujeres más vulnerables, creando una línea muy delgada entre el “altruismo” y la explotación, cuando la única opción debería ser la implementación de un sistema, dentro del cual, todas las personas tengan las mismas oportunidades y exista una real igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

La maternidad subrogada o alquiler de vientre es un procedimiento médico que consiste en implantar el embrión de una pareja en el útero de otra mujer. Al término de la gestación, el bebé es entregado a los padres que pagan por el procedimiento.

Hay tres opciones: usar óvulos y espermatozoides de los futuros padres y fertilizar in vitro a la madre subrogada; usar óvulos de la madre que alquilará su vientre o buscar una donante de óvulos. La madre subrogada, al final del procedimiento, recibe el dinero pactado y se le cubren los gastos médicos, de manutención y atención psicológica.

Colombia, país que, según el DANE, tiene un 46 por ciento de su población viviendo en la pobreza y un 17,8 por ciento en la pobreza extrema, la maternidad subrogada puede ser, para algunas mujeres, una forma de ganarse la vida. O también podría ser una alternativa para el 11 por ciento de colombianas que sufren de infertilidad, lo que crea también una polémica con respecto a la adopción, pues son muchos los niños y niñas en condición de abandono, a la espera de una familia que les dé la oportunidad de una vida mejor, pero esta práctica les quita posibilidades de cumplir su sueño, añadiendo además que en este país godo, se está haciendo lo posible porque parejas del mismo sexo y madres solteras no puedan adoptar.

@RENATARELATA