El alcalde Daniel Quintero Calle solo tiene dos caminos: le da gusto a la derecha y pasa a gobernar con sus métodos autoritarios y antidemocráticos, o cumple su promesa de campaña de gobernar de manera independiente
Gonzalo Álvarez Henao
En medio de la gran controversia nacional originada por las protestas callejeras y la propuesta de un paro que parece no tener límite en el tiempo, puesto que está convocado nuevamente para el 25 de marzo de 2020, en medio de anuncios de reformas laborales, pensionales y de la justicia, resulta oportuno citar en este escrito lo dicho por el teórico italiano, Norberto Bobbio en un artículo que publicó, con este llamativo título: “La Constitución no tiene la culpa”, del que me permito citar un breve fragmento: “La constitución es responsable sólo en parte de la manera en que está gobernado un país, y por lo tanto sirve poco o nada verter lágrimas sobre la constitución no aplicada o traicionada, o bien hacer reformas o retoques constitucionales con la ilusión de que bastará cambiar el traje para cambiar la índole de lo que lleva”.
Para nadie es un secreto que la Constitución vigente, no ha sido aplicada para beneficio de las mayorías nacionales, y ha sido traicionada por cuanto ha sufrido más de 40 reformas que han modificado sustancialmente su estructura. Estas reformas se han dado no propiamente para hacer más eficaz el cumplimiento de los derechos y garantías contemplados en el texto constitucional, sino más bien para limitar sus alcances.
En contra de la Constitución
En el marco de este gran debate nacional, deberíamos detenernos un poco, para dedicarnos a hacer un análisis tranquilo, sosegado y bien ponderado que nos permita desentrañar cuál era la situación del país antes de la entrada en vigencia de la Constitución, y como es ahora; esto con el fin de determinar si las cosas han mejorado o han empeorado.
Daniel Quintero Calle, como alcalde electo de Medellín, en el mes de noviembre de 2019, lanzó la propuesta de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, como mecanismo para resolver los múltiples problemas que tiene el país. Esta invitación la hizo pasados unos días de la realización del formidable paro nacional del 21 de noviembre de 2019; pero a los pocos meses se va en contra del artículo 69 de la Constitución Política, que garantiza la autonomía universitaria, en cuanto el mismo señala que las universidades podrán darse sus directivas y regirse por sus propios estatutos, de acuerdo con la ley.
El haber ordenado el ingreso del Esmad a los predios de la Universidad de Antioquia, sin contar con el consentimiento del rector, ha sido el peor de los errores que ha podido cometer un alcalde que decía tener propuestas nuevas para salir de la crisis. Esta medida ha despertado en los sectores que el mismo alcalde ha señalado como de ultraderecha, su complacencia porque la consideran un triunfo de su política de mano dura y no dialogante o de salidas civilizadas y democráticas a los conflictos sociales.
Bajo fuego cruzado
En términos resumidos, ganó para imponer las ideas de sus adversarios. El ingreso del Esmad a la Universidad de Antioquia, no solo desató un gran debate regional, sino nacional y una campaña de estigmatización a los estudiantes y profesores que se vio agravada con la circulación de un panfleto amenazante de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas, y el posterior intento de asesinato de la profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia, Sara Fernández.
El alcalde Quintero, a escasos dos meses de estar desempeñando su cargo, se encuentra en medio de un fuego cruzado del que parece, no va a salir ileso: por una parte, los sectores más agresivos de la derecha le exigen mano dura y un giro a las posiciones más radicales; y por otra parte, los sectores progresistas y democráticos que lo apoyaron en la campaña, se sienten traicionados y lo están calificando incluso de fascista, por estar utilizando métodos de represión propios de gobiernos antidemocráticos.
Estoy en completo desacuerdo con la forma como el alcalde está tratando el tema de la inseguridad en Medellín, y no me refiero solamente al tema de las protestas callejeras y la presencia en las mismas de encapuchados, sino también a la inseguridad ciudadana, y a la doble tributación que están pagando los habitantes de Medellín, porque muchos de estos hechos, no tiene una solución local sino nacional.
Cohabitación de poderes
El alcalde tiene que saber que en Medellín existen dos factores reales de poder. Es precisamente en esta ciudad en donde se expresa con mayor claridad y nitidez, la cohabitación de dos poderes en una misma unidad geográfica o territorio.
Quiero cerrar este artículo llamando a todas las personas que votaron por el alcalde Daniel Quintero Calle, a una profunda reflexión, pues el mandatario en mi opinión solo tiene dos caminos: le da gusto a la derecha y pasa a gobernar con sus métodos autoritarios y antidemocráticos, o cumple su promesa de campaña de gobernar de manera independiente. La forma tan temprana como el alcalde Quintero empezó a incumplir las promesas electorales, deja la sensación de que Aníbal Gaviria Correa, está gobernando a Medellín en cuerpo ajeno.
Medellín como muchas otras ciudades y pueblos de Colombia, también tiene su fosa común con cuerpos de personas desaparecidas, conocida como La Escombrera, de la comuna 13. Hay que decir que todos los alcaldes le han sacado el cuerpo a este espinoso asunto, y por esta razón la JEP, le ha pedio al mandatario local un informe completo y detallado de todos y cada uno de los cuerpos hallados. La JEP le ha puesto la lupa a la fosa común de La Escombrera.