Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Desde el levantamiento progresivo de la cuarentena obligatoria, el 27 de abril, es decir, desde que se dio vía libre a algunos sectores de la economía para regresar a laborar se incrementó de manera acelerada el contagio del coronavirus en todo el país. El 11 de mayo el Ministerio de Salud reportó 11.613 casos; el 11 de junio, 45.200; y el 14 de julio, 159.898.
Aun con este panorama, no ha habido respuesta de la alcaldesa Mayor de Bogotá, Claudia López, ni del presidente de la República, Iván Duque, a la petición que les hicieron catorce agremiaciones médicas para que el país entre en una cuarentena estricta como medida urgente para contener la pandemia.
La burgomaestre bogotana solo dijo en medios de comunicación que no descartaba la medida, si esta fuera necesaria, porque compartía las preocupaciones de los médicos. “Aquí ya estamos en cuarentena estricta, dos millones y medio de bogotanos ya lo están. Decidimos hacerlo por turnos por la heterogeneidad de como está el virus en cada localidad. (…) No descarto la cuarentena general, si es necesaria la haremos. Ustedes saben que esa no es la opción del Gobierno nacional, el presidente lo ha dicho reiteradamente”, explicó hoy Claudia López.
Aumentar oferta, disminuir demanda
Las propuestas fueron enviadas a través de una carta el pasado 12 de julio. En esta, las sociedades médico científicas y las agremiaciones de la salud explicaron que ante el crecimiento de la pandemia urgen medidas drásticas que lo frenen y disminuyan el riesgo de mortalidad.
En primer lugar, piden una cuarentena estricta y un ingreso mínimo vital: “…consideramos necesario y oportuno se inicie de inmediato una cuarentena estricta inicial de dos semanas en toda la ciudad, cuyo objetivo central es disminuir con suficiencia la tasa de contagios, y continuar haciendo las adecuaciones locativas del sistema de salud y la consecución y preparación del talento humano necesario, con integración funcional entre el Distrito Capital y el resto del país”.
“Les solicitamos que cuanto antes inicien una cuarentena estricta, y para que haya un efecto real es necesario que entreguen la renta básica para quienes no tiene alguna posibilidad desde el punto de vista alimentario y de servicios públicos”, indicó Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana, FMC.
En segundo lugar, solicitan Unidades de Cuidado Intensivo, UCI, y talento humano competente e idóneo para su funcionamiento. En la misiva, los remitentes mostraron su “desacuerdo con la Resolución 048 del 3 de julio de 2020 expedida por la Secretaría de Salud de Bogotá, pues de manera simplista minimiza la condición crítica, individual y muy compleja de cada paciente, así como el nivel de alta complejidad de las UCI al dejar como tratantes presenciales a médicos y enfermeras generales, es decir, personal sin formación específica en tan delicado tema”.
Sergio Isaza explicó que las medidas que proponen son clave para disminuir los infectados y para que lleguen menos pacientes a las UCI, porque estas ya están llegando a su límite.
Por su parte, José Accini, presidente de la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo, fue enfático al asegurar que el país está en una situación de desastre: “Covid-19 es una situación de desastre. Se está presentando un desequilibrio entre la demanda y la oferta en términos de capacidad, en términos de camas, y capacidades, en términos de talento humano”.
Falta personal idóneo
El doctor Accini reiteró que la reducción de la demanda y el aumento y optimización de la oferta son la única opción para poder atender a quienes requieran UCI. Cuestionó la falta de personal idóneo para el manejo de estas, ante lo que propuso la intervención de los intensivistas pediatras: “Para bajar la demanda lo más importante es el corrimiento, el confinamiento social”, explicó José Accini.
Ante la falta de intensivistas para el manejo de las UCI, el Gobierno nacional había manifestado haber formado a 28 mil de ellos en los últimos tres meses. Sobre el particular, el presidente de la Federación Médica refutó argumentando que para formarse como tal se requiere un tiempo de cuatro años: “Cuando ya tengo una profesión como pediatra, dura dos años para serlo. Ante esta emergencia, es necesario entrenar para las cuestiones básicas de los cuidados intensivos, a los médicos generales que tengan esa disposición, y a los especialistas más afines con esta especialidad como los internistas, anestesiólogos y emergenciólogos, pero deben ser dirigidas por intensivistas. Estar en una UCI produce miedo, pánico, y sin experiencia lo más probable es que se actúe de manera inadecuada”, explicó.
En conclusión, las agremiaciones médicas se mostraron preocupadas por las intenciones de considerar a médicos generales como especialistas en cuidados intensivos, cuando no lo son.
“Aumentar camas de UCI sin contar con este tipo de profesionales deja desprovisto de real cuidado a los pacientes y en situación de riesgo médico-legal al talento humano en salud que los atiende ya que, como se dijo, los enfrentan a una patología compleja, nueva y con alto riesgo de complicaciones, muchas veces, fatales”, explican en la comunicación enviada.
Por último, indicaron que una cuarentena estricta no será suficiente si no hay medidas de autocuidado, incremento de las pruebas para conocer la cantidad de colombianos con la enfermedad y garantías para el personal médico.
Aunque no ha habido respuestas, los médicos reiteraron la urgencia de las medidas y su disposición de contribuir en la implementación de sus propuestas.