Mercado de futbolistas o explotación juvenil

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Año tras año miles de niños llegan a presentarse ante los clubes deportivos, escuelas de formación, selecciones municipales, etc., para mostrar su talento sin saber que detrás del negocio del fútbol hay quienes violan los derechos laborales y explotan a menores de edad desde su etapa formativa.

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Jean Durango
@JuventuDurango
Redacción Deportes

Durante el inicio de año todos queremos llevar a cabo nuestras metas, entre muchas de ellas, las de impulsar la carrera deportiva de nuestros hijos, sobrinos, hermanos… Pero, ¿hay algo más frustrante que poseer el talento y no tener la famosa “palanca”? Ese fenómeno es recurrente para algunos padres con poder económico y “contactos”, quienes pagan para mostrar a sus hijos como cualquier mercancía, pero ahora es pertinente denunciar a quienes explotan y especulan con los sueños de muchos jóvenes. Pues bien, de eso viven hoy en día, como aves de rapiña, muchos “ojeadores” de deportistas en etapa formativa, quienes al ver los destellos de talento en niños y jóvenes comienzan a especular como intermediarios ante escuelas, selecciones y clubes deportivos.

Me enfocaré en el deporte insignia de nuestra nación, ese que nos hace llenar las calles de fervor por nuestra selección, ese que provocó en el ámbito de la política algunos revolcones y desórdenes administrativos, institucionales y jurídicos de la nación mientras se jugaba la “chambonada” de la Copa América en 2011, o ese que generó el último día cívico en la Copa Mundo Brasil 2014 por orden presidencial, el fútbol.

Durante los primeros días de enero se llevaron a cabo diferentes torneos y copas de fútbol en categorías infantil, prejuvenil y juvenil, masculino y femenino, Asefal, Pony fútbol, entre otros, y en donde aquellos personajes llamados “ojeadores” ven la oportunidad de negocio. Mucha atención, lector, el proceso se puede explicar en tres pasos breves:

Primero, grandes torneos de renombre, como los ya mencionados, convocan desde meses atrás las eliminatorias clasificatorias regionales, luego los equipos clasificados viajan a la ciudad donde se lleva a cabo el torneo y allí los jóvenes llegan con el gran esfuerzo de sus bolsillos y esfuerzos financieros colectivos y populares en su mayoría, otros pocos poseen el poder adquisitivo para garantizar todos los gastos.

Segundo, los “ojeadores”, que fácilmente podemos llamar explotadores juveniles, ubican los partidos donde habrá mayor exposición de talento y se sientan a observar, tomar fotos y videos, para luego sacar jugo de su labor: la explotación del deportista.

Tercero, el “ojeador” muestra el talento del deportista y lo expone como cualquier mercancía y negocia su futuro. Si bien en ese momento son los padres quienes autorizan todo tipo de negociación, es el “ojeador” quien decide el futuro del deportista, pues es quien finalmente saca comisión de la negociación gracias a sus “contactos”.

Así, mediante estos simples pasos, año tras año miles de niños llegan a presentarse ante los clubes deportivos públicos y privados, escuelas de formación, selecciones municipales, etc., para mostrar su talento sin saber que detrás del negocio del fútbol hay quienes violan los derechos laborales y explotan a menores de edad desde su etapa formativa.

Como ejemplo, en carne propia sufrí ese tipo de explotación al ser transferido de una escuela a otra a cambio de 20 balones, uniformes y elementos para el entrenamiento físico. Ese fue mi costo en el mercado: cosificación del ser humano, en este caso, del deportista. Para evitar que su joven familiar sea víctima de este proceso le recomiendo que ante una notaría sea usted como padre del menor quien figure como administrador de sus derechos deportivos, sea usted quien administre el futuro deportivo de su familiar.

Pero en nuestro país no todo es gris. Hay personas e instituciones que realizan un trabajo serio en la formación deportiva. Tuve la oportunidad de acompañar a un primo de 14 años a las inferiores de Santa Fe para presentarse a pruebas. ¡Qué grandes diferencias! Un club de fútbol con responsabilidad social es de por sí un club preparado para grandes logros. Allí no se cobró ni un solo peso para que los entrenadores y jugadores profesionales del primer plantel observaran a todos los niños, el proceso de selección fue transparente y se evidencia una visión estratégica acorde con lo que su hinchada quiere: La fuerza de un pueblo.