Inés Mujica, comprometida militante del Partido Comunista Colombiano, miembro ejemplar del Departamento Nacional de Mujeres, ha sido digna de un gran homenaje, el pasado 7 de febrero
Hija de Ismenia Silva, de quien dice Inés, fue su primera maestra, una mujer trabajadora, comunista que estuvo a cargo de la organización del Archivo Nacional de la Corte Suprema de Justicia, el cual fue destruido en la toma del Palacio de Justicia. Ismenia es reconocida por su iniciativa en la creación del periódico feminista: “Nuestras Mujeres”.
Su padre, Juan Francisco Mujica fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, y fundador del PCC y quien resistió veintidós encarcelamientos por sus convicciones.
Inés Mujica ha sido homenajeada por toda una vida de lucha y compromiso con la militancia comunista, y por ser un ejemplo de esperanza y perseverancia para los comunistas, pero sobre todo, para las mujeres del Departamento Nacional que ondean a su lado las banderas del feminismo marxista por la emancipación de las colombianas.
Palabras de agradecimiento al homenaje
Mis agradecimientos al Partido Comunista, a sus mujeres, al departamento de mujeres de Bogotá y Nacional, con el cual he renacido, y gracias a una relación afectiva y política hacia la construcción de un gran movimiento de mujeres con incidencia en la lucha por la paz con justicia social y justicia de géneros; tengo que reconocer la importancia y significación de mujeres de mi familia, como mi mamá, Ismenia Silva, mi hermana Matilde, mi hija Irma, mi nuera Catalina, asimismo, mi hijo Leonardo y mis nietos: mi familia y mi apoyo. Pero también a las mujeres comunistas como Aída Avella, Gloria Inés Ramírez, Tulia Poveda, Gladys de Rodríguez, Anita Castellanos, Luz Marina Álvarez, Adela Dimas, Reina Pedraza de Posada, Cecilia Quijano, Blanca Villamil, Matilde Espinosa, Yira Castro, Maruja Vieira, Laura Herrera y Elena Echeverry, entre otras.
En el marco del XXIII Congreso del Partido y la Conferencia Nacional de Mujeres Comunistas, Estella Brand, nos estamos preparando para continuar con los aportes, experiencias y acumulados de la presencia política, el rescate de la memoria y el legado de las mujeres comunistas, de las mujeres víctimas de la persecución a la Unión Patriótica y las lideresas sociales asesinadas, para las cuales pido un caluroso aplauso. Tenemos que fortalecer nuestro feminismo marxista leninista contra el feminismo liberal, que deja de lado las luchas de nuestras mujeres indígenas, afrodescendientes, mujeres Rom, y estamos tejiendo unas relaciones amorosas de intercambio, respetuosas de no competencia patriarcal y machista.