Mi última batalla

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Jesús Santrich e Iván Márquez.

Carta de Santrich desde la prisión

El amor es el aliciente de la vida y si la vida ya no está, debes haber amado tanto que ha de sobrevivir tu ejemplo en el recuerdo. Siento que he vivido intensamente porque he amado sin fronteras, sin dar lugar al rencor, a la envidia a la indiferencia, a la hipocresía…

Ahora me “voy” tranquilo, creo haber entregado lo más que he podido de mí y no precisamente para mí ni para los míos. Si eso ha sido malo de verdad lo siento.

Cuánto quisiera poder estar más de cuerpo presente, porque amo la vida y vivo por el amor, pero hay sacrificios que son necesarios cuando la realidad requiere de acciones, de dignidad que muevan sus cimientos para que el rumbo del destino tome el azimut de la justicia.

Esta es mi última batalla, lo sé, y sepan que la asumo con mi corazón pletórico de la felicidad que surge cuando se tiene conciencia de que nuestra entrega ha sido sincera, honesta, altruista… por llegar al fin a una era con cosas sencillas para la humanidad, sí: pan, vestido, abrigo, respeto. Solidaridad, dignidad. Si, conocimiento, libertad.

¿O qué más riquezas necesita el ser humano para alcanzar la felicidad suprema que solo impera en el reino del amor? Esta es mi última batalla y la libraré con dignidad. ¡Juramos vencer y venceremos!