El nuevo libro de Alejo Cabezas recuerda los pormenores de la Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre, dirigida por la columna Iván Marino Ospina del M-19, los días 6 y 7 de noviembre de 1985 en Bogotá. Esta incursión cambió el conflicto armado
Harold García-Pacanchique
@HaroldGarciaP95
“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”: Carlos Marx
“El eje fundamental de nuestra actividad es un proyecto político de poder, el objetivo: la democracia, los protagonistas, las masas, los sectores democráticos, el objetivo global de toda nuestra actividad: el poder. Y el instrumento militar adecuado para poder derrumbar el instrumento fundamental del enemigo, es la construcción de nuestro propio ejército”: Álvaro Fayad.
Realizar un acercamiento a un hecho del pasado que se convierte en la historia propia de una generación, es una invitación más que a la lectura de una obra; es la posibilidad de entender las razones de quienes, por medio de la lucha popular, tomaron determinaciones que cambiaron los rumbos del conflicto armado en Colombia, especialmente con la insurgencia del Movimiento 19 de Abril, M-19, organización protagonista de las páginas que relatan la memoria colectiva de una operación guerrillera.
Se espera entonces que el prólogo de esta obra publicada a finales del 2021 y escrita por un joven investigador que pasó por las filas de la Juventud Comunista Colombiana, sirva como herramienta pedagógica para dar a conocer desde una perspectiva crítica y militante este suceso de nuestra historia reciente.
Herederos de la historia
La primera impresión que genera este segundo libro de Alejo Cabezas, titulado Miércoles de ceniza y la expiación de todas las culpas (2021), es la forma entrañable y humana como se muestra lo político y su quehacer en la vida de los hombres y las mujeres que decidieron escribir un rumbo nuevo para los destinos de la patria a través de la militancia insurgente.
Esta narración recuerda los pormenores de quienes protagonizaron quizá la incursión armada más importante del siglo XX desarrollada por alguna organización guerrillera en Colombia, ejecutada entre los días 6 y 7 de noviembre de 1985 en la ciudad de Bogotá y que conocemos como la toma y retoma del Palacio de Justicia.
En este sentido, Miércoles de ceniza se constituye en un ejercicio literario fundamental de memoria histórica, puesto que plasma el acercamiento a unos hechos históricamente determinados y que, al ser analizados como una construcción social y colectiva, problematiza y se pregunta por el pasado desde la perspectiva política actual, con la intención de comprender lo que sucede en el presente por medio del recuerdo activo y militante de lo acontecido.
Una orilla del río
El aporte que este texto hace frente a lo sucedido en la Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre -dirigida por la columna Iván Marino Ospina del M19-, es sumamente valioso dado que permite entender cómo se desarrolló y la forma en la que se vivió en las entrañas de la militancia del Eme; es decir, en estas páginas se van a encontrar con los relatos y con los protagonistas de “sólo una de las orillas del río”, como la nombrará el autor en el cuerpo del texto.
Esto le da una importancia singular al histórico asalto, haciendo de este trabajo una lectura necesaria en términos históricos puesto que revela datos desconocidos, argumentando políticamente la expiación de todas las culpas, permitiendo de seguro hacer una reflexión argumentativa distinta a los planteamientos que oficialmente se han pronunciado al respecto.
En consecuencia, el trabajo de Alejandro sobrepasa lo narrativo como herramienta literaria y trastoca su propia vivencia como investigador-militante, lo que se manifiesta en una variedad de notas de su autoría que explican los términos y “coloquialismos” de la vida clandestina de la organización insurgente, convirtiendo su libro en un material pedagógico singular para comprender la historia y la vida del M-19, así como también de la de la inolvidable Colombia de los años ochenta.
Somos todos nosotros
El detallado acercamiento a la vida rebelde con que se van a encontrar en esta investigación, hace sentir como nuestra la historia de quienes protagonizaron este hecho, que de seguro, se entrelazará con la historia de quienes vivimos en Colombia: de quienes compartimos unos aguardientes antes de tomar decisiones determinantes: ¡Pa´ meterle verraquera! a lo planeado; o quizá de quienes con sus amistades disfrutan un partido de fútbol con pasión y locura; o a quienes el amor a primera vista en los pasillos de una universidad pública ha juntado para siempre.
Como también del que fuma un cigarrillo como si fuera el último; o ¿por qué no?, de quiénes sean unos apasionados por la música y la política como Alejo -nuestro autor- que como los protagonistas y testigos de excepción de Miércoles de ceniza y la expiación de todas las culpas, juntan pasiones de la vida para convertirlas en rebeldías.
Culmino este prólogo que retrasa su lectura; solamente agrego que lo que a continuación encontrarán, es un claro ejemplo de cómo las luchas del pasado reavivan y constituyen el rumbo de las que se rebelan en el presente.
Agradezco a Alejandro por la oportunidad que me da al poder prologar esta inédita lectura, al igual que por el reconocimiento que el autor les ha dado a mis artículos en la página de historia en el semanario VOZ de la cual él ya es protagonista, y como no, por los debates en torno a la historia reciente y a nuestro amado América de Cali.
Con gusto les dejo con su segundo trabajo: su tercer hijo, Miércoles de ceniza y la expiación de todas las culpas.