El SENA, una de las entidades estatales más grandes del país, sigue en la mira del Gobierno que busca cómo venderla. Entrevista con la presidenta de Sindesena
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Según denuncias de instructores y trabajadores del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, en los meses de la pandemia la dirección de esa entidad ha aprovechado para implementar políticas de modernización digital que esconden su venta o la entrega de procesos misionales a multinacionales. VOZ entrevistó a Aleyda Murillo, presidenta nacional de Sindesena, para conocer su versión.
-Desde la administración del SENA se habla de un proceso de modernización, de una digitalización de esa institución, pero los trabajadores y los sindicatos hablan de una privatización, ¿qué sucede?
-Al interior del Congreso de la República están en curso varios procesos que han llamado de renovación, de modernización, transformación cultural que sumados hacen parte de un rompecabezas, pero se identifica que hay un proyecto de entrega de la ejecución de la formación. No solo a las multinacionales, a quienes les entregan convenios para que ejecuten acciones de formación que deben hacer los instructores o los centros de formación, sino a oferentes nacionales.
-Entonces, ¿no es solo a multinacionales?
-La Asociación Nacional de Entidades de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano, Asenof, siempre ha querido que los recursos del SENA entren a una bolsa para que todos tengan la posibilidad de competir y acceder a ellos. El Centro Democrático tiene un proyecto de ley que abre la puerta para que estas instituciones se conviertan en competidores del SENA. Y no es que creamos que el SENA deba ser el único oferente, pero no estamos de acuerdo con que se distribuyan con privados los recursos que van para el SENA, porque eso es privatización.
También es privatización los recursos que le entregan al sector empresarial para que supuestamente ellos autogestionen la formación de sus trabajadores.
Entran las multinacionales
-Pero niegan que estén privatizando la entidad.
-Los mercaderes de la educación y sectores del Gobierno tienen claro que expedir un decreto que diga “Se privatiza el SENA” o “Se entrega la ejecución a los privados” genera una reacción social como pasó en 1992 cuando César Gaviria intentó privatizarlo. Lo hacen de manera gradual, adoptando medidas y diezmando la misión central de la institución.
-¿Cómo utilizando la modernización privatizan?
-Ya han contratado operadores internacionales como Microsoft y otros para cursos muy cortos y se observa la imposición para una migración paulatina y que todos la hagan, bajo un entendido desenfocado diciendo que todo el país se va a digitalizar, robotizar y que todas las empresas serán automatizadas. Eso denota exclusión porque hay segmentos muy grandes de la población y empresas que no tienen esas posibilidades.
Al interior de la entidad se toman decisiones que derivan en un caos institucional, se paga el contrato más oneroso en comunicaciones con Telefónica y no se reflejan mejoras para el SENA. Los sistemas de información que había como un LMS o SofíaPlus para administrar procesos administrativos y procesos académicos, funcionaban de manera regular pero ya no lo hacen. Hay serias dificultades de los instructores para impartir la formación. Se nos obliga a que aprendices, instructores, desempleados y administrativos utilicemos licencias de esas multinacionales. Buscan un tránsito paulatino hacia la utilización de esos servicios que no deberían ser contratados, sino implementados en el marco de un proceso real de modernización a tono con las realidades del país, no copiando modelos.
Fortín clientelar
-Hay una desnaturalización del objetivo del SENA que es la formación para el trabajo, y a veces parece que quiere competir con las universidades, ¿eso lo discute el sindicato?
-El SENA es una institución que se debe preocupar por la formación ocupacional de los colombianos, está en el sistema de educación no formal, no está sujeta a ciclos ni niveles, no corresponde a una formación disciplinar, no debe estar enmarcada en la educación formal.
Ahora nos cuestionan porque no cumplimos con los resultados de pruebas de medición que les hacen a las instituciones, lo que era obvio porque ese no es el papel, están desnaturalizando a la entidad. Intentar que el SENA suplante a las universidades o lo contrario es un equívoco.
-Hay acusaciones contra el SENA, dicen que es un fortín clientelar de la clase politiquera.
-Creemos que se deben hacer reformas en cuanto a cómo se elige el cuerpo directivo de la institución porque lamentablemente sí ha sido utilizada por los gobiernos de turno para sus propósitos clientelares y politiqueros. Eso hace que cambie su rumbo cada cuatro años, con Uribe era el emprendimiento, ahora es la economía naranja, cada uno inventa alguna cosa y ponen a la entidad a adaptarse a esas dinámicas que ni siquiera son pensadas, planificadas, evaluadas, sino que surgen de la improvisación.
-¿Qué dice acerca de que la formación es obsoleta?
-Pensamos que se debe revisar la oferta. Tiene programas muy buenos, formaciones pertinentes, pero tiene otros que son el producto de esa improvisación. Debe haber una revisión integral, pero tampoco estamos de acuerdo con los procesos que quiere hacer el director general de espalda a los trabajadores, soportado en equipos de soñadores que no conocen a la entidad y que tienen otros intereses.
Debe haber una revisión del aparato productivo porque no nos pueden pedir que seamos pertinentes con un aparato productivo que lo han destruido. No pueden pretender que el SENA vaya más allá de lo que han hecho con el país, que ha sido afectado por las políticas neoliberales y la institución termina siendo excluida por ese manejo económico erróneo del país.
Hay programas que deben ser ajustados, hay otros que funcionan bien, hay que hacer transformaciones administrativas, en el manejo de los recursos, hay que crear mecanismos efectivos que garanticen seguimiento y control de lo que pasa en las regiones que no pueden seguir como ruedas sueltas porque deben responder a las necesidades del sector productivo y de desarrollo del país.
El foco de atención debe seguir siendo los trabajadores y no la satisfacción de las necesidades de cada sector empresarial, debe desaparecer la lógica del clientelismo gremial que impera en la toma de decisiones.
Afectaciones laborales
-¿Con las políticas de modernización que adelantan piensan hacer recorte de personal?
-Hay un proyecto que han denominado Retos y Oportunidades y en sus planteamientos, aunque no dicen que van a desvincular trabajadores, se plantea que módulos como los transversales puedan ser tomados de manera virtual, de los que ofertan los portales de las multinacionales. No se requeriría instructor porque un paquete tecnológico de estas empresas lo supliría.
En las áreas administrativas también se plantean algunos procesos. De hecho, ya se evidencia la afectación del personal indirecto como los vigilantes porque en la transformación digital se considera que pueden ser reemplazados por máquinas y cámaras. En plena pandemia se dejó por fuera al 50 por ciento del personal de vigilancia.
-¿Qué piensan hacer?
-Hemos venido haciendo plantones, caravanas para concientizar y retomar la movilización. Esta semana haremos una actividad muy importante en Bogotá y nos sumamos a la agenda nacional, nos sumamos a los puntos del movimiento sindical, social, al pliego de emergencia. Y estamos preparándonos para un paro nacional, de ser necesario, en el que nos sumaríamos a las consignas del comando nacional y seguiremos las orientaciones de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT.
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