Montar en bici, una decisión política

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Primer plano de una persona que monta bicicleta. Foto Freepik.

Cada día se impone con más fuerza la opción de la bicicleta como medio de transporte. Además de ser un recurso eficiente, económico, rápido y sostenible con la naturaleza, es una forma práctica y anti-rutinaria de hacer ejercicio

Violeta Forero
@Violeta_Forero

No se sabe a ciencia cierta en qué año llegó la bicicleta a Bogotá, se sabe que las primeras fotos fueron tomadas a finales del siglo XIX. En estas imágenes, aparecen mujeres adineradas montando en los “caballitos de acero” alrededor de los clubes, y varias otras siendo transportadas por sus amantes, novios, esposos o amigos en la parrilla trasera imitando fervorosamente a las carrozas.

Pocos años después, a principios del siglo XX el carro apareció en Bogotá y los policías y la administración postal empezaron a utilizar la bicicleta como medio de transporte, a lo que las clases altas la empezaron a dejar de lado, porque “ya se había vuelto muy popular” pues para 1923, había aproximadamente 800 bicicletas en la capital colombiana.

En 1951 se llevó a cabo la primera vuelta a Colombia, competencia ciclística profesional, con Efraín Forero como ganador, quien conquistó siete de diez etapas de la competencia. En 1974 se inició la construcción de la ciclovía y miles de personas empezaron a utilizar la bicicleta como medio de transporte.

En el siglo XXI

Loany Suesca es una joven bici usuaria que empezó a utilizar este medio de transporte como modo de entrenamiento para su deporte original (patinaje profesional), pero al ver que su familia utilizaba la bicicleta como transporte diario, quiso empezar a seguir los pasos y se quedó en el mundo de las bicicletas desde los quince años.

“El montar bici tiene varios beneficios, cuida la salud tanto física como mental, libera el estrés, baja los niveles de ansiedad y de depresión, cuida el planeta y, además de ser muy económico, es totalmente recreativa”, asegura Loany, sin embargo, como no todo puede ser perfecto, también tiene algunas desventajas como pincharse, la disminución de la seguridad o mojarse cuando llueve. “Hay que aprender a desvararse, es muy importante saber de mecánica de bicicletas”.

Sin embargo, para las mujeres hay más riesgos que la varada o la pinchada. Loany se pregunta el por qué la diferencia entre hombres y mujeres es tan grande si el medio de transporte es igual; analizando y escuchando la conversación, reafirmé que las mujeres no estamos seguras en ninguna parte, es decir, ¿por qué para los hombres que montan bici el mayor miedo es ser robados, mientras que para las mujeres es el menor riesgo?, en otras palabras, nosotras no solo estamos expuestas al hurto, sino al acoso callejero, a que nos bajen de la bicicleta, a que nos manoseen, a que nos violen, o en el peor de los casos, a que nos maten.

Un infierno de bolardos

Esta normalizado ver en Colombia que las vías están rotas, con huecos, agrietadas o con parches mal puestos. En la capital, como en otras ciudades del país, existe infraestructura pública exclusiva para las bicicletas, donde el diagnóstico de deterioro no es la excepción.

“Algunas partes de la ciclorruta son muy peligrosas, son focos de robo o simplemente están mal diseñadas, por ejemplo, es común ver que la ciclorruta se acaba, hay otras que están en la mitad del andén entonces te encuentras con la gente que trabaja informalmente, con peatones y muchas veces no se dan cuenta que por ahí pasan bicicletas, o incluso hay varias ciclorrutas que tienen bolardos en la mitad; esto es un peligro para la gente que montamos en bici”, exclama Loany con indignación.

Loany Suesca, bici-usuaria y profesora de patinaje.

Una separación etaria

Según un reporte del 2018 de la revista Semana realizado por la Universidad Libre, más de 835 mil personas prefieren utilizar bicicleta al momento de movilizarse, de los cuales el 23.6% son personas entre los 15 y los 24 años, el 20.8% son personas entre los 25 y los 30 años y el 2.5% son mayores de 64 años. Estas cifras seguramente se han multiplicado en estos últimos tiempos de pandemia.

“Yo creo que a futuro podemos llegar a superar a los carros, porque si nos damos cuenta, quienes usamos más bicicletas somos jóvenes; esto se debe a varias cosas, lo primero es porque algunos adultos ya vienen de una vida sedentaria, lo cual es difícil que cambie en su rutina; lo segundo es porque la gente joven nos estamos dando cuenta que el llamando es a cambiar el sistema, la sociedad, las prácticas de toda la vida, lo que venía pasando política, social, cultural y medio ambientalmente. La bicicleta es una herramienta revolucionaria en un mundo en el que estamos consumiendo muchas cosas con poco esfuerzo; y lo tercero es porque la juventud tiene responsabilidad de cambiar nuestro futuro”, analiza Loany.

Mucha gente dice que el usar la bicicleta como medio de transporte no tiene nada que ver con los actos políticos, sin embargo, el uso del “caballo de acero” permite un estilo de vida más sostenible a nivel medioambiental y eso es un acto por naturaleza político. “No usar Transmilenio es no dar plata a las empresas privadas, por eso es que debemos seguir promoviendo el uso de la bici, para darle un respiro al planeta, pero también a nosotras mismas como sujetas políticas, a pensarnos otros estilos de vida”, concluye Loany.

Para principiantes

“Es importante hacerse a una buena bicicleta, buenas llantas, buenos marcos, con la altura perfecta ni muy baja ni muy alta, tener siempre la tarjeta de propiedad y un kit de despinche de emergencia; en cuestión de indumentaria guantes, chaleco, casco, luces, impermeable, gafas, buen bloqueador, si se puede cubrebocas y un kit de aseo personal y en cuestión de personalidad autoconfianza y autoseguridad. Tienes que saber que Bogotá es una selva, que cualquier cosa puede pasar, y ya al momento de rodar, estar hidratándose más o menos cada media hora con algo que no tenga mucho dulce, como el agua. Es fundamental comer bien, tener algo de caloría como un bocadillo o un banano, ir a buen ritmo, tener cuidado con los carros, las motos, la gente, los semáforos y comenzar con trayectos cortos, de lo contrario te aburres de la bicicleta y luego no la quieres volver a ver nunca”, son las recomendaciones para comenzar a usar bicicleta en cualquier ciudad.

Como todo deporte, la bicicleta no está exenta de una preparación previa al momento de salir. Loany fue profesora de patinaje de carreras y ella antes de cualquier ejercicio recomienda mover el cuerpo, ya sea bailando, corriendo, caminando, saltando lazo, estirando, tocándose la punta de los pies con las manos o flexionando las piernas y los brazos.

La mejor alternativa

Según la Universidad de Harvard en un estudio publicado en la revista Science, las posibilidades del contagio por el Covid-19 están prolongadas mundialmente hasta el 2025, es decir que el autocuidado debe continuar, el gel antibacterial, el tapabocas y el alcohol en spray se tendrán que convertir en nuestros mejores amigos para prevenir este virus.

Esto nos da un panorama positivo para el uso de las bicicletas, pues es el medio de transporte recomendado para disminuir la posibilidad de contagio. “Siempre que sea posible, considere andar en bicicleta o caminar. Esto proporciona distanciamiento físico mientras cumple con el requisito mínimo para la actividad física diaria, que puede ser más difícil debido al aumento del teletrabajo y el acceso limitado al deporte y otras actividades recreativas”, recomienda la Organización Mundial de la Salud, OMS.

Yo ya arreglé mi bici, ¿y tú?

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