Desde su nacimiento, en el año 2005, el Movice ha sido objeto de una fuerte campaña de estigmatización proveniente del mismo palacio presidencial, contando con la actuación de ministros, órganos de inteligencia y altos funcionarios del gobierno
El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) año tras año se moviliza en todas las regiones del país, a través de sus 19 capítulos, en torno a sus exigencias históricas de Justicia, Verdad, Reparación Integral y Garantías de no Repetición. En 2015 el Movimiento, que agrupa a 200 organizaciones de víctimas y de derechos humanos, conmemora 10 años de lucha, resistencia y dignidad por la verdad y contra la impunidad en casos de crímenes de Estado.
Desde su nacimiento, en el año 2005, el Movice ha sido objeto de una fuerte campaña de estigmatización proveniente del mismo palacio presidencial, contando con la actuación de ministros, órganos de inteligencia y altos funcionarios del gobierno, y sus integrantes han sido víctimas de múltiples agresiones, entre las que se destacan amenazas, asesinatos, desaparición forzada, montajes judiciales e interceptaciones, por parte de diversos actores, entre los que sobresalen entidades estatales como el DAS, la policía y el Ejército Nacional.
Este ambiente general de estigmatización y hostigamiento ha producido un alto proceso de revictimización contra las víctimas pertenecientes al Movice. El 100 por ciento de los capítulos regionales del Movice han sufrido agresiones en estos 10 años. En los dos últimos gobiernos las agresiones contra el Movice no han disminuido. Durante el periodo comprendido entre septiembre de 2013 a enero de 2015, los integrantes del Movice recibieron aproximadamente 84 agresiones, es decir seis casos reportados cada mes o dicho de otra manera, un caso reportado cada cinco días. En este periodo se registraron 47 amenazas, de las cuales 16 fueron directas contra varias organizaciones integrantes del Movice en todo el país.
Finalmente, se registraron 15 agresiones bajo la modalidad de amenaza directa, generando en varios casos, desplazamiento forzado.
Estas cifras y los hechos ocurridos el pasado 5 de marzo en el departamento del Meta, donde el líder campesino Hebert López, miembro de Fensuagro, organización integrante del Movice, fue desaparecido y posteriormente asesinado, así como lo ocurrido con el líder Carlos Alberto Pedraza, también desaparecido y asesinado el pasado mes de enero, demuestran que los crímenes de Estado no cesan en Colombia.