Movimiento estudiantil frenó desalojo

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Estudiantes denunciaron en redes sociales la pretensión institucional de desalojar la residencia estudiantil ‘Rómulo Germán Carvalho’. Foto revista Contraportada

Estudiantes de la Universidad Nacional, sede Manizales, lograron parar el cierre arbitrario de cinco residencias. El movimiento universitario exige condiciones para usufructuar el derecho a la educación

Mateo Vargas – ACEU Manizales

El Estado no solo está concebido para el cumplimiento de unas normas, sino para el bienestar de la población, garantizando un estándar mínimo de condiciones de vida. La universidad del Estado en absoluto es ajena a esto. La universidad pública, de y para el pueblo debe apostarle también a garantizar que sus estudiantes logren avanzar en su proyecto académico, que sus condiciones de bienestar no sean un impedimento en el normal desarrollo de sus actividades y responsabilidades académicas.

Donde se crea el futuro del país, en donde muchos jóvenes le apuestan a devolverle la dignidad que este pueblo tanto merece, no puede existir la injusticia y deshumanización, la corrupción o el miedo; deben predominar los derechos que como ciudadanía en diferentes luchas ha ganado y defendido.

Cuando se habla de la Universidad Nacional de Colombia, claramente se habla de la mejor universidad del país, por su academia, su planta docente, su excelencia, su servicio de bienestar, su investigación y aporte a la comunidad. Pero esto no siempre ha sido así, ya que como en todo cargo público, siempre han estado allí en la administración de la universidad, personas que no tienen intenciones de aportarle al país, personas que no tienen aspiraciones colectivas sino individuales y buscan beneficiarse sin importar su afectación a la comunidad.

La situación de bienestar en Manizales

El pasado 5 de diciembre, la comunidad estudiantil de la Universidad Nacional de Colombia, celebró el lograr frenar la decisión de cerrar cinco residencias estudiantiles en la sede Manizales, intención informada en Comunicado No. 09 de la Dirección de Bienestar Universitario, en donde sin piedad se pretendía dejar a estudiantes y o sus pertenencias en la calle sin siquiera pensar en las condiciones en las que se encuentra el país ante la contingencia generada por el covid-19.

El pasado 30 de noviembre, la administración de la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales, citó a todos los beneficiarios del apoyo de alojamiento en las 10 residencias estudiantiles con las que cuenta la sede, en donde se socializó el Comunicado No. 09 y se dieron justificaciones tan vagas como el «detrimento patrimonial» porque según ellos, no se está realizando una gestión responsable de los recursos públicos, y que la ocupación de las residencias es tan solo de un 26% de su capacidad, y fueron más allá al intentar culpar a la representación estudiantil de los sucesos ocurridos, cosa que ha sucedido antes durante la misma vicerrectoría; por un momento se les olvidó por completo que ese porcentaje de ocupación lo decidió la misma administración meses atrás ante la coyuntura de pandemia, y si se está incurriendo en «detrimento patrimonial» es porque la administración así lo ha querido, ya que no es que no existan estudiantes en condiciones de vulnerabilidad que deseen acceder a este apoyo y beneficio de alojamiento, sino que ha sido la administración la que no ha querido renovar convocatorias para aspirar a estos beneficios tan valiosos para la comunidad estudiantil.

Se comunicaba allí que una vez regresemos a las actividades presenciales en los campus, se garantizaría la totalidad de los cupos del programa de apoyo para el alojamiento, pero esto es totalmente incierto, no se puede creer en una administración que en el pasado (2018) desapareció 20 cupos de este apoyo por una norma emitida desde el Consejo de Bienestar y prometieron abrir una nueva residencia para volver a brindar estos cupos, pero al día de hoy, estos no han sido recuperados, y en cambio se plantea cerrar y acabar aún más con el servicio.

La respuesta estudiantil

Ante esta grave situación de injusticia y vulneración de derechos, era predecible el pronunciamiento por parte de los residentes beneficiarios de este apoyo de alojamiento, los representantes estudiantiles y el mismo estudiantado en general, se redactó un comunicado en rechazo a esta medida inhumana y además, se hicieron peticiones a la administración para que en lugar de reducir su servicio de bienestar, este se amplíe y se brinde en mayor y mejor medida, puesto que incluso algunas de casas donde se brinda este apoyo de alojamiento no cuentan con las condiciones mínimas para ser habitadas, daños en la cubierta que generan «piscinas» cada vez que llueve y fallas recurrentes en los servicios públicos en especial el internet, son tan solo algunas de las deficiencias que impiden el normal desarrollo de las actividades académicas de las y los estudiantes.

La administración de la universidad insiste en generar menores gastos y presentar un buen balance monetario, pero esto sacrificando los apoyos a los estudiantes en lugar de buscar otras alternativas más viables, o mejor aún, sumándose a la apuesta del estudiantado de exigir al Gobierno nacional un mejor presupuesto para la educación pública.

El estudiantado de la sede Manizales de la Universidad Nacional de Colombia no se quedó con los brazos cruzados al ver cómo la administración pretendía realizar tal injusticia, se hizo visible la situación a la totalidad del estudiantado mediante correos y publicaciones en diferentes redes sociales, recibiendo muy buena acogida y apoyo por parte además de estudiantes de otras sedes y otras universidades, exhibiendo las fallas del servicio de bienestar universitario y la necesidad de reestructurarse retomando sus fines misionales de desarrollo e inclusión para el país.

Más allá de la parcial victoria

La administración no dejó pasar muchos días para pronunciarse al respecto antes de que se continuara con esta presión mediática que se hacía cada vez más fuerte, y en reunión con representantes estudiantiles y beneficiarios del apoyo de alojamiento, aceptó las peticiones realizadas y frenó su intención de cerrar las cinco residencias, otorgando así la razón al estudiantado y al pueblo colombiano, una victoria merecida ante las dificultades que se han afrontado durante esta pandemia, victoria que se suma a la lucha por una mejor educación y universidad pública, al alcance de todo el pueblo, gratuita, crítica, creadora y transformadora,

Con esta victoria parcial, el movimiento estudiantil le apuesta a exigir un servicio de bienestar pensado para los estudiantes en donde se garantice que quienes estén en condición de vulnerabilidad puedan acceder a él, y esto debe estar contenido en el Acuerdo 029 de Consejo de Bienestar Universitario que reglamenta todos los apoyos socioeconómicos de bienestar de cara al 2021, el cual se discutirá el 11 de diciembre del presente año.

Porque la privatización se impone mediante la violencia normativa, que pasa por encima de los derechos fundamentales, y es allí donde siempre estaremos los y las estudiantes buscando mediante la educación, devolverle al pueblo la dignidad que tanto merece.

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