Vilma del Carmen Salcedo
El pasado viernes 19 y hasta el domingo 21 de mayo se desarrolló en la ciudad de Bogotá el Encuentro Nacional de Mujeres Comunistas. En este escenario confluyeron militantes de todas las regiones del país que se caracterizan por su trabajo con énfasis diferenciado en mujer y género, enfoque que se direcciona en el empoderamiento de las mujeres y en el despliegue de sus capacidades de liderazgo en la participación directa de la política y en el trabajo comunitario y popular. Con ese vigor y fuerza que caracteriza a las defensoras de la vida y la humanidad en el ámbito colectivo, con el fortalecimiento del feminismo como herramienta de cohesión y crecimiento con identidad para las mujeres comunistas.
El debate se ha dado los últimos años, no sin las tensiones propias de la cultura patriarcal, que pretende hegemonizar los espacios de la política, condición que nuestro partido ha ido confrontando y transformando gracias a la formación de sus militantes mujeres, cuyas capacidades han incidido en indicativas que hoy se reconocen en el acuerdo de paz y todo el trabajo previo que se recorrió con Mujeres por la paz y otras experiencias donde muestras compañeras comunistas han labrado luchas populares, que dejan como fruto la paz y nuevas puertas al futuro donde se aspira a una implementación de los acuerdos con enfoque de género.
Diferentes intervenciones
Dentro de las participantes escuchamos la opinión de la compañera Maryory Ortiz, sobre el gran valor de este encuentro nacional de mujeres: “Nos ha permitido analizar los contenidos de todas las tesis, darnos cuenta en qué lenguaje también desde la izquierda los comunistas estamos escribiendo, y permitirnos incluir esa visión de género de identidad de clase desde la perspectiva de género feminista, clasista, y otras perspectivas para lograr transversalidad”.
En este sentido Adriana Vanegas, una de las organizadoras del encuentro e integrante del Departamento Nacional de Mujeres, nos expresó su opinión sobre lo más destacado de este encuentro: “Gran participación de las mujeres que trabajan a nivel regional comprometidas con el partido, comprometidas con la militancia comunista y comprometidas con el acuerdo de paz. Considero que lo más importante es la entrada de las mujeres a la vida política de manera diferente, de manera diferenciada, aportando con sus palabras, con sus métodos de trabajo una nueva visión de vida para Colombia, para América Latina y para el futuro de la humanidad”.
Enfoque de género
Para concluir, frente al enfoque de género y su importancia en la formación de las mujeres comunistas, como uno de los aspectos más importantes de los acuerdos de paz de La Habana, Adriana Vanegas agregó: “ Yo los llamaría “enfoque diferencial de género”, que recoge y expresa, realmente los acumulados de todas las mujeres que han trabajado en Colombia desde mucho antes que los acuerdos hayan sido un triunfo en los actuales acuerdos de paz, luchando por la paz, luchando por sus derechos y luchando por la igualdad; no solamente por la equidad de género sino ¡ir más allá!, una política en construcción, que hemos llamado, una “política de las mujeres” y que tiene que ser escuchada, tiene que ser aceptada y tiene que entrar a la vida del partido. Es una construcción que no ha sido fácil, pero lo más hermoso creo que ha sido el triunfo de esta conferencia, es que hay un partido con rostro de mujer y hay un partido que se feminiza y que acepta que está con las mujeres y las diversidades sexuales, implica que estamos con un partido humano, progresista con rostro de mujer y con rostro de nuevas masculinidades y nuevas posibilidades de ser y estar ante el mundo en esta crisis del capitalismo”.