Es necesario superar la marginalidad sindical

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Ernesto de Jesús Perilla Montenegro, desde 1985, es trabajador del sector eléctrico en Electromagdalena y está afiliado a Sintraelecol. Actualmente, por el sector clasista aspira a llegar a la dirección ejecutiva de la subdirectiva de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Magdalena, en el proceso eleccionario que habrá en todo el país el próximo 21 de septiembre, porque junto a otros dirigentes sindicales que lo apoyan, considera que “la CUT debe tener una visión más amplia y no una simple visión reivindicativa de lucha por los intereses mínimos de los trabajadores, ya que somos nosotros quienes producimos la riqueza y en la sociedad estamos relegados a un segundo plano”, explica el dirigente.

Por lo contrario, cree que los obreros son quienes deben definir las políticas de sectores como educación, minero-energético, agroindustrial y del transporte entre otros, como condición para que el país salga del subdesarrollo. Lo anterior permitirá también que se fortalezcan las organizaciones sindicales.

Para Ernesto Perilla el sindicalismo debe romper sus propias fronteras y avanzar hacia el trabajo con indígenas, sectores de derechos humanos, organizaciones ambientalistas y animalistas. Solo así, se podrán enfrentar las políticas dictadas desde el exterior y que se traducen en reformas pensionales, tributarias, laborales y otras que afectan a los trabajadores, comenta el candidato a la mencionada subdirectiva.

“La unidad es necesaria también porque los golpes que recibimos como trabajadores perjudican a sectores cercanos. Por eso es necesaria una convergencia amplia con los sectores políticos alternativos para crecer dentro de la CUT aumentando el número de afiliados”, dice.

De la misma manera, expresa que para crecer internamente la tarea prioritaria es la búsqueda de la superación de la tercerización laboral porque se niega el derecho a la libertad sindical, negociación colectiva y huelga.

Acerca del departamento del Magdalena, netamente agrícola y ganadero, se cuenta con problemas particulares como el desplazamiento de pequeñas economías campesinas por parte de la agroindustria: “Antes era la zona bananera, ahora es la zona palmera para extraer aceite y biocombustibles. Entonces, la variada producción campesina que abastecía al departamento y a la región Caribe ha desaparecido. Y es deber de los trabajadores organizados exigir el retorno de esas pequeñas economías, con sus mercados campesinos. También, en Santa Marta tenemos la industria del turismo que solo beneficia a los grandes hoteleros y poco a los vendedores estacionarios, quienes son perseguidos por las autoridades. Por lo tanto hay que organizarlos”, anota Ernesto Perilla.