El neoliberalismo impacta la educación pública

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Movilización de Fecode en el marco del paro del año 2016. Foto archivo.

Maria Eugenia Londoño Ocampo

El modelo económico neoliberal, representado por la banca multilateral, incide en el contexto político, económico, social, cultural y ambiental de nuestro país. Es así como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, llamada “el club de las buenas prácticas”, es una de esas instituciones multilaterales adonde Colombia decidió ingresar y puso como límite el año 2018, meta que Juan Manuel Santos se trazó para dejar al país vinculado. Por consiguiente, su Plan Nacional de Desarrollo consolida las condiciones exigidas por esta entidad.

La reforma tributaria estructural, la reforma pensional y el programa Colombia la más Educada al 2025, son exigencias de fondo que si se cumplen por parte del Gobierno le permitirán formar parte del club de los ricos a un país como Colombia, donde la paz se hace trizas, donde se criminaliza la protesta social, se asesina la diferencia y se incumplen los acuerdos pactados con todos los sectores.

En ese contexto, la educación se convierte en eje central del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 y se avanza hoy en la contrarreforma educativa orientada por la OCDE, con el objetivo de privatizarla convirtiéndola en mercancía y entregar en concesión a operadores privados la educación del pueblo colombiano.

La movilización del magisterio como una táctica efectiva y contundente ha venido enfrentando la imposición de las políticas con las que el Ministerio de Educación Nacional, MEN, pretende cumplirle a la banca multilateral.

Movilizaciones por la justicia social

Los acuerdos del paro realizado en 2017 se incumplen al punto de obligar a la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, a convocar un paro nacional de 48 horas para el 9 y 10 de mayo; para exigir el cumplimiento de dichos acuerdos.

En el marco de la conmemoración del Primero de Mayo y de las elecciones presidenciales, la lucha por defender la educación pública gratuita y de calidad se convierte en una consigna fundamental, aunque el magisterio también se moviliza por una reforma estructural al sistema general de participaciones; el rechazo a la jornada única, sin condiciones; la exigencia para que se tramite con celeridad el estatuto único de la profesión docente; el descongelamiento de los ascensos para docentes del Decreto 1278 y por el respeto y cumplimiento del régimen especial en salud, entre otros.

Por todo lo anterior y en concordancia con la profesión docente y las responsabilidades sindicales, con los objetivos de lucha y de unidad con todos los sectores, llamamos a asumir el reto histórico y político de defender los acuerdos de paz y su implementación.

Asimismo, exigir en las calles con la movilización revolucionaria el cumplimiento de los acuerdos pactados con el magisterio colombiano y con todos los sectores.

Hoy nos jugamos el futuro de la paz y de la justicia social. Es por eso que llamamos a votar con conciencia de clase el 27 de mayo y ese voto debe ser por Gustavo Petro; un candidato que sí representa los derechos del pueblo que hoy son convertidos en mercancías por parte del modelo económico y la ultraderecha guerrerista de este país. El futuro es nuestro, una Colombia en paz y justicia social sí es posible.