¡No callar!

0
3932
Harvey Weinsteinn, protagonista de un gran escándalo de acoso sexual en el cine. Foto Internet.

“Esta manera de tratar a las mujeres se acaba hoy”

Renata Cabrales
@RENATARELATA 

No es solo grave el acoso, lo es también el acostumbrado encubrimiento de otras personas que lo presencian y callan por diferentes motivos.

Desde hace unos días circula en diferentes medios y en las redes sociales el caso Weinstein; un renombrado productor de cine, cuya exitosa carrera en el séptimo arte se ha venido abajo después del escándalo de acoso sexual del cual es protagonista.

Weinstein, de 65 años, con una exitosa carrera en Hollywood que lo convirtió en un hombre poderoso en la industria cinematográfica, con su  hermano Bob Weinstein dirige su propia compañía que fundaron en 2005, en Nueva York, la cual produce y distribuye productos multimedia.

Se afirma que los hermanos Weinstein, han producido 341 nominaciones a los Oscar, han ganado 81 premios de la Academia y han realizado grandes películas como Vicky, Cristina, Barcelona, El artista, Bastardos sin gloria y El discurso del rey.

El silencio cómplice

Pero ya que hablamos de Bastardos sin gloria, protagonizada por Brad Pitt, ¿no confirma esto la idea de que no solo hay hombres acosadores, sino que hay otros que encubren a los acosadores? Si Pitt, después de lo ocurrido aceptó trabajar para una producción del productor en cuestión, queda claro que poco o nada le importaron sus antecedentes de acosador de actrices. ¿A qué viene la historia de Brad Pitt y Bastardos sin Gloria?

Como es de saber el Times publicó hace unos días en su investigación los casos de conocidas actrices como lo son Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie, quienes denunciaron ser víctimas de acoso por parte de Weintein. Ambas actrices estuvieron relacionadas sentimentalmente con el protagonista de la película en cuestión.

Según testimonia Gwyneth Paltrow en el Times: “Esta manera de tratar a las mujeres se acaba hoy”, y narra que tenía 22 años cuando Weinstein la contrató para protagonizar “Emma”. Pero antes de que comenzaran las grabaciones, afirma la actriz, el productor la invitó a su suite en el hotel Península Beverly Hills para una reunión de trabajo y allí la tocó y le pidió ir a su habitación por unos masajes. “Yo era una chiquilla. Quedé petrificada”, dijo. Le contó lo sucedido a su novio de entonces, el actor Brad Pitt, quien confrontó a Weinstein. “Pensé que me despediría”.

Por su parte, Angelina Jolie también afirmó para el mismo medio, ser víctima  de Weinstein. Así, antes del lanzamiento de la película ‘Playing by Heart’, a finales de los 90, narra la actriz: “Tuve una mala experiencia con Harvey Weinstein en mi juventud y como resultado elegí no volver a trabajar nunca más con él y advertirle a otras mujeres”, le dijo al Times en un correo electrónico. “Este comportamiento contra las mujeres en cualquier escenario es inaceptable”.

También han denunciado abusos, en el mismo medio, las actrices Rosanna Arquette y Mira Sorvino. La italiana Asia Argento y Lucía Evans, quienes según el medio encargado de la investigación, hablan de “violación”.

Así mismo, el famoso director estadounidense Quentin Tarantino ha admitido, después de todo,  en una entrevista,  que sabía desde hacía décadas que el productor Harvey Weinstein cometía abusos sexuales, por lo que se siente avergonzado por no haber hecho nada y sin embargo, seguir trabajando con el acusado. “Sabía lo suficiente como para haber hecho más de lo que hice”, afirmó para el New York Times.

Yo también, Me too

Desde entonces, Twitter se ha llenado de testimonios. #MeToo (YoTambién) es una iniciativa que surgió a partir  de los casos de acoso y abuso sexual atribuídos al ya mencionado magnate Harvey Weinstein, como una forma de hacer visibles las agresiones de las que son protagonistas muchas mujeres, día a día.

La iniciativa se le atribuye a la actriz Alyssa Milano, quien escribió: “Si has sido acosada(o) sexualmente, escribe “yo también’”. Todo esto, con el fin de denunciar a los responsables y respaldar a las víctimas. Para que nunca más suceda. Sin embargo, no es solo necesario admitir que “#YoTambién”, sino que es absolutamente necesario, al ser testigos de abusos, #NoCallar.

Algunos casos

VOZ, en solidaridad con algunas víctimas, recogió algunos testimonios:

#YoTambién he tenido que bajarme de la acera y dar dos vueltas más a la manzana para no ser víctima de acoso callejero. #YoTambién tuve que aguantar comentarios fuera de lugar sobre mi cuerpo que me hicieron sentir mal mientras sentía rabia y esbozaba una medio sonrisa. Pero sobre Todo #YoTambién tuve que aguantar las insinuaciones de mi jefe sobre mi vestuario y su menoscabo sobre mi inteligencia y competencia. Cuando quise defenderme al respecto, siempre recibí comentarios pasadísimos que inferían que mi legítima protesta era consecuencia de mi “falta de macho”. Ana María Manzanares, 34 años, trabajadora social.

#YoTambién. Como de costumbre, tomo un TransMilenio para ir a mi lugar de trabajo, logro entrar milagrosamente en el cuarto bus de los que pasaron mientras intentaba entrar a alguno. Ya dentro del bus, con la indignidad instrínseca al sistema, logré ubicarme al lado de un tubo, logro agarrarme de este, otra de las destrezas necesarias para no pasarla tan mal, y pongo mi maleta en el piso. Ya agarrada en el tubo, cierro los ojos porque el agotamiento de las jornadas laborales, cuando después de un micro sueño, en el que ahora que recuerdo, sentí en forma de sueño lo que estaba sucediendo, al abrir las puertas de una estación, desperté casi estrepitosamente, y al intentar moverme giré y de pronto sentí cómo él me estaba restregando su sexo. Me moví violentamente, lo miré a los ojos, un par de veces y antes de reaccionar por completo, logra salir de la estación y se aleja con actitud de solapado y quedo yo con esa sensación en mi trasero. Pero hasta ahí llegó mi indignación, las puertas del bus cerraron y continuó mi ruta. Jenny María Solís, docente universitaria, 33 años.

#YoTambién. Cuando tenía 18 años y una hija muy pequeña que alimentar, me presenté a una entrevista de trabajo en el sector público en Bogotá. El politiquero que manejaba el fortín burocrático, me citó en su oficina a las 8 p.m., con el siguiente argumento: “Si mueves bien ese culote y me satisfaces, no me importa que no sepas ni manejar la máquina de escribir”. No fui a la cita, no obtuve el trabajo. María Cardona, defensora de derechos humanos.

Fuentes:

https://elpais.com/cultura/2017/10/20/actualidad/1508452419_914101.html?id_externo_rsoc=FB_CM

http://www.elmundo.es/loc/celebrities/2017/10/10/59dcfc7de5fdea927c8b463a.html