Renata Cabrales
@RENATARELATA
El señor de la tienda, la señora de la chaza y por lo menos tres taxistas que conocí en el camino de la esperanza por construir una Colombia Humana, paradójicamente, al ser personas vulnerables y trabajadoras de la informalidad, con bajos niveles educativos, que hacen parte de la población históricamente excluida del país; le apostaban a un gobierno uribista en cabeza del candidato del CD, Iván Duque.
Nada raro, teniendo en cuenta que la ultraderecha tramposa aspiraba al poder por medio de su campaña de odio y miedo: que Colombia sería otra Venezuela (incluso ofrecían cualquier suma irrisoria a algún venezolano(a), a cambio de decir mentiras en los buses y transmilenio e incitara a la gente a “votar bien” y a no votar por la izquierda); que Gustavo Petro es un guerrillero asesino y un ateo que cerraría iglesias, entre otros exabruptos que solo una población infantilizada y condenada a la ignorancia puede creer. No en vano somos el sexto país más ignorante del mundo.
Pero, aun así, con un poco más de ocho millones de votos, las ciudadanas y ciudadanos libres, que, según Gustavo Petro en su último discurso, son aquellos que se sienten dueños (as) de su país y que se sienten con el derecho de participar en sus decisiones, y “que no van a permitir que su propio país tome la sendas que puedan destruir a sus hijos a su familia, a su sociedad a su juventud”, crearon una coalición de fuerzas diversas que votaron por una Colombia mejor: una Colombia Humana, incluyente, educada, diversa y progresista.
“Yo no me siento derrotado, tan acostumbrados estamos a no estar en el poder que tampoco es que nos muramos porque esta vez no fue”, advierte el candidato de izquierda y nos recuerda que “esta es una lucha de décadas donde tanta gente se ha sacrificado… Tenemos que ser alternativa de poder y no simplemente una oposición… No nos hemos preparado para ser oposición, nos hemos preparado para ser gobierno, un gobierno que no puede ser más de lo mismo, que no puede significarle a la sociedad colombiana la continuidad de las cosas que siempre han ocurrido en Colombia”.
Gustavo Petro seguirá en la lucha por una Colombia más humana, con él en el Congreso, tendremos a ese hombre tenaz y comprometido con las causas justas, que no dejará que el uribismo / paramilitarismo respire tranquilo.