Cuba está en este momento encarando un problema de relevo, de continuidad y renovación al mismo tiempo. Segunda parte de la entrevista a Osvaldo Martínez
Alberto Acevedo
Concluimos la conversación con el destacado intelectual cubano Osvaldo Martínez Martínez, exministro Economía y Planificación de la isla y director del Centro de Estudios de la Economía Mundial.
–Usted venía mencionando las consecuencias de la aplicación del título III de la ley Helms-Burton…
–Durante 23 años, los gobiernos norteamericanos no aplicaron el título III de la ley Helms Burton. Y eso fue así porque la Unión Europea y otros países, México entre ellos, que tienen inversiones y empresas de esos países radicadas en Cuba, protestaron, aduciendo que Estados Unidos no podía aplicar extraterritorialmente una ley norteamericana y no podía ser demandada ante un tribunal norteamericano una empresa digamos española, por hacer una inversión en Cuba.
Eso hizo que los presidentes de Estados Unidos se inhibieran de aplicar esa parte de la ley Helms Burton. Trump, que marca un peldaño superior en la agresividad, ha hechos esto de poner en vivo esa parte de la ley.
–A comienzos de este año se habló de un crecimiento, modesto, pero al fin y al cabo crecimiento. Pero se rumoraba también que Cuba podría volver a un período especial. ¿Qué lectura tiene usted de eso?
–Efectivamente sobre eso se ha estado especulando. Yo no creo que se vaya a retornar a los años del periodo especial, porque en primer lugar, la economía cubana de hoy no es la economía de 1991, cuando se derrumbó la Unión Soviética. En este periodo la economía cubana se ha dotado de otros recursos que no tenía. Pongamos por caso, en 1991, la economía cubana producía el cinco por ciento del petróleo que consumía. Es decir, era una dependencia absoluta del abastecimiento externo. Hoy nuestra economía está produciendo alrededor del 45 por ciento del petróleo que consume.
Sí hay problemas
Ya no es la situación tan extrema que teníamos. Tenemos en este momento sectores económicos nuevos que no existían prácticamente en aquel momento. Por ejemplo, el sector de la biotecnología cubana. La biotecnología produce equipos médicos y productos farmacéuticos. Se ha convertido en un sector exportador. Tenemos una economía más diversificada.
Por eso creo que las posibilidades de un retorno o una situación igual a la de los años 90 no existen. Lo cual no significa que no haya problemas en la economía cubana, que no haya tensiones sobre el consumo de la población. Pero no a esos extremos. Yo no creo que estemos en un instante en que estemos temiendo por la desaparición de la revolución cubana. Primero, porque hemos pasado por pruebas incluso más duras que la de este momento.
La situación de los años 90 fue más difícil que la de hoy. En este momento, Cuba tiene más posibilidades, y además porque hay un factor que es muy importante y que no se encierra solamente en términos económicos. Porque si hablamos de construir el socialismo, es muy importante su economía, pero es tanto o más importante la política y en este sentido, lo que haya en las mentes de las personas, contando con un nivel de cultura política de la población es nuestro principal escudo defensivo.
Disfrute y resistencias
Cultura política que no significa haberse leído autores del marxismo clásico, sino que significa la experiencia práctica de sesenta años de vida dentro de un proceso de revolución, resistiendo problemas, pero también disfrutando de beneficios que ha traído la revolución.
Es eso dentro de lo cual tenemos que apuntar también la herencia de Fidel Castro, la herencia en el sentido de su ejemplo, que es un factor muy importante para la población. A lo cual también le podemos agregar el nivel de la organización, no solamente económica sino de la organización socio política, que el país ha alcanzado.
Todo esto yo creo que hace alejarse ese temor de que podamos retornar al periodo especial. El proceso de debate y aprobación de la nueva Constitución, ocurrió en este 2019, el 4 de febrero. Un proceso en el cual ha participado, no menos del 60 por ciento de la población en edad de votar. Y de ese debate surgieron propuestas que provocaron modificaciones en el proyecto, que después en el referendo participó el 90 por ciento del padrón electoral.
Estas son cifras muy difíciles, casi imposibles de encontrar en procesos electorales en América Latina. En realidad la Constitución, que lo que hace es apoyar, consagrar el socialismo como meta de la sociedad cubana, ese socialismo ha sido objeto de un referendo.
O sea, votar por el sí a la Constitución no es simplemente votar por la constitución, es votar por el socialismo, y se ha aprobado con una participación del 86 por ciento hace apenas dos meses. Hay que tener en cuenta que en Cuba el voto no es obligatorio. Es decir, van a votar voluntariamente los ciudadanos que quieran hacerlo.
–Usted mencionó una mixtura entre política y economía. Hace unos meses, el mundo puso los ojos en Cuba en torno a lo que se llamó el relevo generacional. ¿Esa transición de qué manera influye en los cambios económicos que se proponen?
–Por supuesto que influye. Estamos hablando de un cambio generacional en la dirección máxima del país. Es decir, en la presidencia del país. Yo creo que influye sobre todo porque tiene que ver con el estado político de la formación, que es muy importante. En desarrollo de una nueva mentalidad. Está ascendiendo y en buena medida ha ascendido ya a posiciones de poder en Cuba esa nueva generación, que no estuvo en la Sierra Maestra, que no participó en los grandes hechos históricos de la revolución, y es normal que eso sea así.
Renuevo y continuidad
Yo pienso que eso influye en la economía. Cuba está en este momento encarando un problema de relevo, un problema de continuidad y un problema de renuevo al mismo tiempo. Es una relación dialéctica entre ambas cosas. Continuidad, porque esta nueva generación que asciende al poder se propone una continuidad con lo anterior en el sentido de que se mantienen las grandes metas estratégicas. Pero al mismo tiempo un relevo, porque hay necesidad de un renuevo en estilos de dirección.
Un estilo de dirección más dinámico, más en contacto con la base popular, más abierto a los modernos medios de comunicación. Un gobierno electrónico digital empieza a estructurarse en estos momentos en Cuba. Un mayor empoderamiento diría, con los municipios en Cuba, es decir, un proceso de descentralización que pretende, y está consagrado en la nueva Constitución, empoderar a los municipios cubanos, es decir, ampliarles su rango de facultades de decisión.
Hay todo un cambio importante, pero sin que ese renuevo signifique tirar por la borda, o renegar de todo lo que se produjo anteriormente. En Cuba hay en estos momentos una situación económica difícil pero en la situación política de la población no hay una crisis, no hay temor, el país está en calma y seguimos avanzando.