“Nuestra única arma será la palabra”

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Guerrillero del Cauca con su perro. Foto: Boris Guevara
Guerrillero del Cauca con su perro. Foto: Boris Guevara

Las FARC-EP anunciaron al país, que pese a los incumplimientos por parte del Gobierno, la guerrilla le cumpliría al país e iniciaría el proceso de registro y entrega de las primeras armas

Carolina Tejada

El anuncio se llevó a cabo en una rueda de prensa realizada el pasado martes 28 de febrero. Tres miembros de las FARC-EP, Pastor Alape, Iván Márquez y Jesús Santrich, leyeron una misiva en el que anunciaban el cumplimento de los compromisos.

En el comunicado, leído por el vocero de esta insurgencia, Iván Márquez, expresaron que “el proceso de implementación del acuerdo final avanza poco a poco en medio de la expectación nacional, convertido en la esperanza de millones que anhelan justicia social, inclusión y paz para la Colombia del futuro. La implementación de los acuerdos no le quedará grande al país, mientras exista la disposición de cumplir con lo firmado y si el pueblo así lo exige”.

Antes de esta primera fase de dejación de armas, el proceso venía pasando por diferentes episodios que ponían en duda que el día de inicio de entrega de las armas por parte de los insurgentes, según la agenda acordada, llegara.

Incluso las Naciones Unidas, Amnistía Internacional y otros organismos que hacen monitoreo y acompañamiento al proceso, mostraron su preocupación públicamente. Así pasó en el caso de las Naciones Unidas, quienes incluso plantearon la posibilidad al Gobierno nacional de valorar la adecuación del calendario. Uno de los elementos que más generaba preocupación era la logística improvisada en la que se encuentran la mayoría de las Zonas Veredales, que debían de estar adecuadas hace más de tres meses para el recibimiento de la guerillerada, pero que hasta el día de hoy, esa adecuación se muestra incompleta y hombres y mujeres, junto a madres gestantes y sus bebés, tienen que pernoctar en medio de las más complejas dificultades y con graves denuncias frente a las condiciones de la alimentación.

Un hecho histórico

Después de la refrendación de los acuerdos en el congreso, el siguiente paso que estaba previsto era el del cronograma de la dejación de las armas de este importante grupo guerrillero. El Día D, más 180 días es el tiempo que se dispuso para la culminación del proceso, es decir adelantado este trámite, para el mes de junio la guerrilla ya deberá estar desarmada y su militancia estaría integrando el nuevo movimiento político.

Pese a los faltas en el proceso, la agenda se ha mantenido y un día antes de la esperada entrega de las primeras armas, la insurgencia anunció que mantendría su palabra, lo cual significa uno de los acontecimientos más importantes para el país:

“Anunciamos al país que el próximo miércoles primero de marzo, a pesar de los evidentes retrasos en la adecuación logística de las zonas y puntos transitorios de normalización, realizaremos según el protocolo acordado, el registro de las armas en todos los campamentos y reajustaremos el plan de destrucción de armas inestables y de explosivos que ya habían empezado el año pasado en las Sabanas del Yarí”.

Así las cosas el día miércoles primero de marzo, se inició la primera fase que corresponde a la entrega del 30% de las denominadas armas inestables o artesanales, como lo son los “tatucos” entre otro tipo de elementos de estas mismas dimensiones.

En el comunicado también se refirieron a las armas del grupo de guerrilleras y guerrilleros que fueron destinados para el Mecanismo de Monitoreo. Al respecto señalaron: “como muestra de nuestro irrestricto compromiso con la paz, las armas de los integrantes farianos del Mecanismo de Monitoreo y Verificación, MM&V, pasarán a custodia de las Naciones Unidas”.

Continúan los sinsabores

Pese al ánimo que mueve a la guerrilla por culminar un proceso que los conduzca a la terminación del conflicto armado, aún quedan preocupaciones, pues la ley de Amnistía e Indulto, que ya ha sido aprobada en el Congreso no camina para los prisioneros y prisioneras. Ante ello, han expresado: “Es comprensible y razonable que en paralelo con el proceso de dejación de armas que hoy comienza, deba garantizarse de manera diáfana y tangible la seguridad jurídica para los guerrilleros. Esta tiene que ver con la excarcelación de los indultables y la aplicación de la ley de amnistía, sin más retrasos, porque para eso fue aprobada”.

Al respecto de quienes hoy continúan en las cárceles colombianas, también se refirieron al compromiso de la entrega al Gobierno nacional de los nombres de los 60 guerrilleros y guerrilleras que se encargarán de hacer pedagogía de paz en diferentes territorios a lo largo y ancho del país, tal y como se definió en los Acuerdos. Los nombres de estos guerrilleros y guerrilleras ya fueron entregados, y estarían a la espera de su pronta liberación y de continuar con lo pactado.

Tal y como lo afirmó el comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, esta insurgencia no retrocederá con su intención de dar un paso definitivo a la lucha política, abierta en cada rincón de Colombia. La frase repetida en varias ocasiones por este guerrillero, “nuestra única arma será la palabra” ha calado en toda la población y en los medios a nivel nacional y mundial, generando un ambiente de esperanza. Sin embargo, esa misma expectativa, también se encuentra alrededor de los compromisos que el gobierno debe cumplir, como los relacionados con el desmonte de los grupos paramilitares, que a medida que el proceso continua, van copando territorios y cercando comunidades donde antes las FARC-EP, tenían amplia presencia.

Sin perder el horizonte

Públicamente los voceros de la insurgencia han enfatizado en su preocupación por dicho fenómeno, y han llamado al gobierno a responder de manera efectiva, al paso que llaman a la sociedad a no desfallecer en el anhelo de continuar con la apuesta de la implementación y la exigencia de las garantías, igualmente pactadas para la lucha abierta y democrática.
En su comunicado han insistido en que este es el tiempo de dejar atrás la violencia, sin perder de vista las razones que condujeron a la misma: “Llegó la hora de dejar atrás definitivamente la violencia superando, ante todo, las causas que generaron la confrontación. Hemos orientado a nuestros guerrilleros a trabajar hombro a hombro con las comunidades y las autoridades, haciendo de las Zonas y Puntos Veredales, verdaderos escenarios de integración y de expansión del sentimiento de paz”.

Tal y como se anunció en este comunicado, el primero de marzo, las FARC-EP entregaron a la ONU, las primeras armas como gesto de voluntad política para continuar con la terminación de la guerra y abrirle camino a la paz.