El nuevo mejor amigo de Santos

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El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

En momentos en que en el mundo crece el número de países que imponen un boicot comercial a Israel, por el genocidio contra el pueblo palestino, el gobierno de Colombia tiende la mano a un criminal de guerra y suscribe acuerdos comerciales con él

Acelerar la firma de un Tratado de Libre Comercio bilateral y la suscripción de un paquete de acuerdos y memorandos de entendimiento en materia de turismo y en cooperación científica, constituyeron la agenda aparente de cooperación entre Israel y Colombia, suscritos el 13 de septiembre pasado en Bogotá, con motivo de la visita al país del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Por fuera de la agenda oficial, Santos y Netanyahu se comprometieron a colaborar en la lucha contra lo que el premier israelí denominó los “lazos terroristas de Irán” en América Latina. Santos destacó que hay “un gran potencial de comercio” entre las dos naciones puntualizando en el deseo de la Casa de Nariño de “aumentar los flujos de inversión directa de Israel a Colombia”, para lo que el mandatario ve “enormes posibilidades”.

Lo de los ‘lazos terroristas’ de Irán es el pretexto del gobierno sionista por alcanzar su objetivo de hacer fracasar, en el seno de las Naciones Unidas el acuerdo nuclear que a instancias de ese organismo suscribió Irán con el aval de varias potencias occidentales. Israel siempre ha visto en el programa de energía nuclear iraní para fines pacíficos, a un potencial enemigo, frente al programa nuclear agresivo y guerrerista de Tel Aviv, no solo contra el pueblo palestino, sino contra varios países del Oriente Medio.

El país en el que Santos ve “un gran potencial de comercio”, tiene un régimen genocida, que desde hace cuatro décadas ha desarrollado una campaña de exterminio, de ‘limpieza étnica’ contra una nación, que a la luz de las resoluciones de las Naciones Unidas tiene todo el derecho a conformar su propio estado soberano, a tener unos límites territoriales, ejercer su soberanía y su derecho al desarrollo autónomo, armonioso y en condiciones de paz.

Gobierno paria

El gobierno sionista de Israel, desde 1948 a esta parte, ha desconocido y vulnerado al menos 86 resoluciones de las Naciones Unidas, que amparan los derechos humanos fundamentales del pueblo palestino, y en la última década ha impuesto además un criminal bloqueo económico y financiero contra la Franja de Gaza, buscando el exterminio físico de sus habitantes.

Lo curioso es que cada vez un mayor número de países y de organizaciones de comercio internacional, incrementan un boicot a la compra y venta de productos de procedencia israelí, en claro rechazo a su criminal política de exterminio contra el pueblo palestino. Y en contraste, Santos eleva a la categoría de “mejor amigo” al representante de ese régimen criminal y lo pone como paradigma de las relaciones comerciales con los países de América Latina.

Bajo la mesa está también la intención de Netanyahu, no solo de mejorar la imagen de un gobierno considerado paria en la comunidad de naciones, sino de buscar consensos para amparar su política criminal contra Palestina e intentar un cerco comercial contra Irán, en una política abiertamente injerencista y neocolonial en esa parte del planeta.

No nos sorprenda entonces que en la próxima asamblea general de las Naciones Unidas, el voto de Colombia esté del lado israelí, en contra de la condena a la ocupación palestina y en contra al derecho de ese pueblo a edificar una nación en paz, como ya lo hizo al menos en una ocasión el presidente Santos.