Gabriel Becerra Yañez
@Gabocolombia76
En las elecciones del pasado 11 de marzo, una de las principales conclusiones, a pesar de la persistencia de grandes adversidades relacionadas con el sistema político y electoral corrupto que se resiste a las reformas, es la recuperación de nuevas representaciones para la izquierda y sectores progresistas en el Senado de la República.
De un total de 108 senadores que en este periodo conformarán la corporación, cinco son de la FARC, una curul para quien ocupe el segundo lugar, más las bancadas del Partido Verde, el PDA, Decentes y MAIS se constituyen un total de 26 senadores.
Los partidos tradicionales sufrieron algunos retrocesos. El Partido de la U perdió 7 senadores, Opción Ciudadana 5, el Partido Liberal 3, el Partido Conservador 3 y el Centro Democrático 1. Algunos de ellos terminaron reelegidos en la lista de Cambio Radical que fue el único que logró aumentar su representación al pasar de 9 a 16 curules, mediante prácticas corruptas y alianzas con reconocidos clanes condenados por actividades mafiosas y paramilitares.
La bancada alternativa a los grupos tradicionales duplicó la anterior, y podría, si sus principales liderazgos se lo proponen y actúan con la responsabilidad necesaria, convertirse en un activo grupo parlamentario capaz de ejercer en la diversidad no solo una importante labor de control político y acción legislativa en el Congreso, con posibilidades de unidad de acción con otros senadores; sino también en un apoyo efectivo al movimiento social y ciudadano, extra institucional que lucha y reclama profundas reformas democráticas, independientemente de quien sea el nuevo presidente de la República.
Aída Avella es símbolo de una lucha y resistencia histórica que representa el legado y la memoria viva de la Unión Patriótica y del Partido Comunista Colombiano.
Ni la más cruel de las violencias ha podido borrar la presencia trasformadora de estos proyectos colectivos en la disputa por el poder. Su fuerza principal está en la lealtad y consecuencia con sus ideas hoy expresadas tanto en el VI Congreso Nacional de la UP, como en el XXII Congreso del PCC en la consigna unitaria de una amplia convergencia democrática para la paz, la justicia social y un nuevo gobierno, como parte de un quiebre histórico capaz de derrotar la guerra como estrategia de dominación económica, política y militar de las clases que siempre han detentado el poder en Colombia.
La voz representativa de Aída Avella ahora desde el Senado de la República, con su probada e incorruptible gestión presidiendo la Asamblea Nacional Constituyente, el Concejo de Bogotá, y posteriormente su lucha en el exilio, inauguran un nuevo tiempo. Buen viento y buena mar a Aída y a la UP en las nuevas batallas.