Un nuevo tiempo para una Colombia en paz y con justicia social

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Marcha de la Unión Patriótica por calles de Bogotá.

Declaración Política del VI Congreso Nacional de la Unión Patriótica

En el momento histórico en que se pone fin al proceso de dejación de armas de las FARC-EP, como ratificación del compromiso de esta organización rebelde con la paz y se asiste a nuevas disputas para lograr el cumplimiento y la implementación plena del Acuerdo firmado el 24 de noviembre del año 2016 en el teatro Colón, nos reunimos en Bogotá, 650 delegados y delegadas en representación de Juntas Patrióticas de 25 Departamentos del país, la región del Magdalena Medio, Urabá, el exterior y 7 asambleas sectoriales preparatorias.

Agradecemos la compañía fraterna y solidaria de personalidades y colectivos del campo democrático pertenecientes al Partido Comunista, la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, FARC-EP, ELN, Progresistas, Poder Ciudadano, Voces de Paz, Colombia Somos Todos, Partido Verde, Fuerza Ciudadana y Polo Democrático Alternativo, que en el acto de instalación y con espíritu constructivo y unitario nos aportaron sus opiniones y propuestas.

El VI Congreso, reconociendo esta disposición, y respetuoso de la pluralidad de opiniones, hace un llamado a privilegiar lo que nos une con los procesos de resistencia y lucha ciudadana desde los territorios, pero también desde la tradición histórica de la protesta popular y la organización política, que hacen parte del movimiento real por una Nueva Colombia.

Teniendo como base el documento político discutido y enriquecido en el proceso preparatorio al VI Congreso, la UP se pronuncia a favor de las siguientes líneas básicas de orientación política para el quehacer inmediato y de mediano plazo de sus afiliados y simpatizantes a nivel local, municipal, departamental, nacional e internacional:

  1. Ante la crisis capitalista mundial que profundiza su enfoque depredador de las riquezas naturales, aumenta la desigualdad social y estimula nuevas agresiones y guerras imperialistas; el racismo, la xenofobia, entre otras formas de discriminación, la UP reafirma su rechazo al colonialismo en cualquiera de sus nuevas expresiones, y su compromiso con el principio de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, la defensa del multilateralismo y la lucha por la paz mundial.

Se solidariza con los pueblos que resisten a las guerras imperialistas en el Medio Oriente y áfrica, en especial con los pueblos de Siria, Palestina y Libia, víctimas de la voracidad de ejércitos mercenarios y de ocupación, que manipulan conforme a sus intereses económicos y políticos sentimientos religiosos y étnicos.

Para la UP el ideario latinoamericanista y bolivariano es parte esencial de su accionar político. Saluda a todos los gobiernos progresistas de la región y respalda especialmente en esta coyuntura el derecho de Cuba y Venezuela a defender su soberanía y a definir con autonomía su forma de gobierno. Es inaceptable el intervencionismo, los planes mediáticos de desestabilización y los golpes de estado que buscan mediante diversas formas derrocar gobiernos democráticos y legítimamente electos como en los casos de Honduras, Paraguay y más recientemente Brasil.

Rechazamos la presencia de bases militares de gobiernos extranjeros en territorio latinoamericano y caribeño y respaldamos el compromiso de la Celac por garantizar que la región se mantenga como una Zona de Paz y se fortalezcan las instituciones, mecanismos y proyectos de integración propios como Unasur, Petro Caribe, Telesur, entre otros.

  1. Colombia no es ajena a esta crisis mundial. Su clase gobernante durante más de 200 años, desde la primera independencia, ha sido incapaz de construir un proyecto de Nación y sociedad moderna y democrática. Las oligarquías y sus partidos tradicionales han instituido un régimen económico, político y social basado en la dependencia imperialista, la desigualdad, las exclusiones, la discriminación y la violencia. En pleno Siglo XXI en Colombia, el Estado, la tierra y otros factores vitales de la economía y el poder continúan concentrados en manos de unos pocos. La corrupción continúa siendo parte de su esencia y un instrumento de cooptación a favor de la élite y la casta de familias representadas en los partidos tradicionales que se reparten una y otra vez los poderes del estado entre sus herederos y clientelas.

Es frente a este estado de exclusión permanente, base de múltiples rebeliones, guerras y conflictos casi de manera ininterrumpida durante toda la vida republicana, que hoy celebramos junto a millones de compatriotas y naciones hermanas que haya sido posible, luego de 53 años de enfrentamiento, un Acuerdo de Paz entre las FARC EP y el Gobierno de Juan Manuel Santos. Para la UP, luego de 32 años de su congreso fundacional centrado en el llamado a la solución política del conflicto interno ha llegado un nuevo tiempo.

  1. El acuerdo de Paz es una victoria del pueblo. Un homenaje a sus mártires, en los que resaltamos la memoria y el legado de las víctimas de la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano. Sus candidatos presidenciales, sus parlamentarios, sus alcaldes, diputados, concejales, líderes sociales; en conjunto, miles de hombres y mujeres asesinados por el terrorismo de Estado y otros obligados a exiliarse ante los atentados y la amenaza permanente en contra de sus vidas.

El VI Congreso de la UP celebra el Acuerdo de Paz y ratifica el compromiso con todas las acciones en el corto, mediano y largo plazo que contribuyan a favorecer su implementación plena. Exige al Estado el cumplimiento de lo acordado y advierte a la comunidad nacional e internacional el riesgo de una traición.  Saluda especialmente a los guerrilleros y guerrilleras en proceso de reincorporación a la vida civil y la trasformación de las FARC-EP en movimiento político legal. Reclama la liberación de todos los guerrilleros presos, tal como se pactó en La Habana. Celebra la libertad de miles de presos políticos como parte de lo acordado, entre ellos varios militantes de la UP injustamente encarcelados, y se suma a la campaña nacional e internacional por la repatriación de Ricardo Palmera (Simón Trinidad).

Esta será la etapa más exigente en la construcción de una paz estable y duradera, y no dependerá exclusivamente de las partes firmantes. El compromiso asumido es con la construcción de una nueva correlación de fuerzas – ideológica, social y política – a favor de la construcción de la paz, empezando por garantizar el cumplimiento y la implementación del potencial trasformador del Acuerdo firmado, y el que se espera pueda concretarse con el ELN y el EPL, reiterando la necesidad de empezar lo más pronto posible con un cese de hostilidades y al fuego bilateral.

  1. En este proceso de cambio hacia una real apertura democrática, la UP aporta para el debate las ideas y propuestas contenidas en su Manifiesto Patriótico y en la Plataforma para la Acción Política, en perspectiva de un programa para un Nuevo gobierno de paz, justicia social y reconciliación nacional.

Compartimos la idea que este Programa Común se construya con las reivindicaciones de las luchas sociales y políticas expresadas durante este periodo por el paro campesino, las huelgas de trabajadores, madres comunitarias, la protesta universitaria, el paro del Pacífico colombiano en Choco, Buenaventura, Tumaco, las consultas populares en contra de la megaminería y por la defensa del agua, la lucha por la revocatoria y un proyecto de ciudad democrática en Bogotá, el ejemplar paro del magisterio, entre otros movimientos de resistencia urbana y campesina como parte ineludible de una paz justa.

  1. Mención especial merece la lucha que la UP continúa librando a nivel nacional e internacional por los derechos a la Verdad, la Justicia, la Reparación integral y la No repetición en el caso del genocidio del que ha sido víctima y que continúa en la impunidad. La UP exige del Estado, con mayor razón en el contexto del cumplimiento del Acuerdo de Paz, el reconocimiento de su responsabilidad plena y la adopción de las medidas necesarias para la no repetición y su reparación integral, las garantías políticas para acceder en igualdad de condiciones a la participación democrática. No habrá paz si a la UP, a la oposición y a las minorías no se le garantiza efectivamente sus derechos políticos.
  2. El VI Congreso, fiel al legado histórico de la UP desde su fundación, y de cara a los procesos electorales de los años 2018 y 2019 aprueba su compromiso de trabajar a todos los niveles por alianzas, convergencias y unidad que se materialice en listas y candidaturas unitarias a todos los cargos de elección popular. La UP propone a las organizaciones, procesos y liderazgos democráticos la construcción de una lista de coalición, plural y unitaria al Senado de la República y listas a la Cámara de Representantes y mandata a su presidenta, Aída Avella Esquivel, y al nuevo Comité Ejecutivo Nacional a realizar las gestiones necesarias para su definición.

La UP aportará a dichas listas reconocidos y nuevos liderazgos sociales y políticos nacionales y regionales, que contribuyan a movilizar sectores sociales, de opinión y al electorado necesario para su éxito. Se opone a cualquier tipo de vanguardismo, caudillismo, anticomunismo y exclusión que solamente es favorable a la dispersión y a la derrota. Colombia necesita para el próximo periodo de una gran bancada por la paz y la justicia social capaz junto a la lucha popular de garantizar los cambios y la apertura democrática aplazada en la historia nacional.

  1. Finalmente, el VI Congreso permitió evidenciar un proceso cuantitativo y cualitativo de recuperación de la Unión Patriótica como fuerza política integrante del campo revolucionario y democrático colombiano.

Consecuentemente eligió de forma democrática y representativa una nueva Junta Nacional y un Nuevo Comité Ejecutivo, que ratifica la Presidencia de la compañera Aída Avella y la conformación de una vocería colectiva.

Se ha logrado dar un paso adelante en la tarea de aportar a la unidad recuperando y fortaleciendo un legado y una voz política con identidad propia.

Llamamos a todos los afiliados y afiliadas de todas las generaciones, territorios y sectores a mantener en alto la bandera de la UP y a marchar unidos hacia un nuevo tiempo de esperanza como garantía de una paz estable y duradera para Colombia.

Bogotá, junio 24 de 2017.