
La historia relata cómo un equipo cuyos propietarios son la élite norteamericana, tiene en su hinchada una auténtica muchedumbre con conciencia de clase y marcadas posiciones políticas de izquierda
Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos
Más de 54 mil espectadores cantan “You´ll never walk alone” o “Nunca caminarás solo”, por su traducción en español, himno del equipo de los “Reds”. Las cámaras de video registran el momento mientras el mundo entero queda estupefacto ante el monumental coro que complementa la épica que minutos atrás se había consumado. Los jugadores, cuerpo técnico y glorias del club se suman al epílogo bañado en gloria. El Liverpool Football Club estaba en la final de la Liga de Campeones de Europa.
En lo que puede ser catalogado como un partido no apto para cardiacos, el equipo de la principal ciudad del norte de Inglaterra se imponía con un categórico 4-0 frente al Barcelona de Leonel Messi, Luis Suárez, Iván Rakitić y Philippe Coutinho. En 90 minutos del mejor fútbol del mundo, la escuadra comandada por el alemán Jürgen Klopp, le daba vuelta al resultado adverso obtenido una semana atrás en Catalunya.
Anfield, centenaria casa del Liverpool FC, estremeció de furia y alegría con los dos goles del belga Divock Origi como con los dos tantos del holandés Georginio Wijnaldum. La histórica remontada, en palabras del carismático entrenador de los “Reds”, fue “una mezcla de estadio, corazón y fútbol”.
“Nosotros somos Liverpool”, se lee en miles de bufandas que se tensionan con las notas del popular canto. Pasión inexplicable de los pueblos, lo vivido el martes 7 de mayo, quedará en la memoria como uno de los más emocionantes episodios del fútbol contemporáneo.
Para profundizar la dimensión de este acontecimiento, la historia narra cómo un equipo cuyos propietarios son la élite norteamericana, tiene en su hinchada una auténtica muchedumbre con consciencia de clase y marcadas posiciones políticas de izquierda.
Clase, conciencia y fútbol
En su elogiado trabajo “La formación de la clase obrera en Inglaterra”, el historiador marxista Edward Palmer Thompson, advierte que la clase es un fenómeno histórico que unifica una serie de sucesos dispares y aparentemente desconectados, siendo su lugar las relaciones humanas.
Lo que comúnmente se invoca como conciencia de clase, es entendido por el historiador británico, como ese proceso donde estas experiencias se configuran en términos culturales; es decir en tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales.
Liverpool FC nació oficialmente en el año de 1892 en el norte de Inglaterra, adoptando el nombre de la ciudad que lo vio nacer. Este territorio, históricamente ligado a la actividad portuaria, ya experimentaba con fuerza las distintas mutaciones de un capitalismo industrial cuyas nuevas relaciones sociales, instituciones y formas culturales, no solo se cristalizaban alrededor de las fábricas algodoneras y al fenómeno de la energía de vapor, sino especialmente a la emergente clase trabajadora.
“La formación de la clase obrera en Inglaterra es un hecho de historia política y cultural tanto como económica”, nos recuerda Thompson. En esa ecuación, el fútbol sirvió de catalizador de la conciencia de clase convirtiéndose en un escape de la muchedumbre trabajadora a la rutina de la fábrica, configurando un sistema de valores culturales que lo hizo popular entre las gentes.
Este fenómeno del fútbol, que se extendió de forma simultánea en toda Inglaterra, luego en Europa y después en el mundo entero, gracias en parte a la colonización británica, tuvo en la región de Merseyside un agregado: una migración irlandesa a lo largo de la primera mitad del siglo XX y profundas crisis que derivaron en pobreza como en altas tasas de desempleo. Esto emanó tanto en el Liverpool FC como en el Everton FC, rival de patio de los “Reds”, la configuración de hinchadas inéditas, fieles y beligerantes.
Shankly y el populismo futbolero
En materia futbolística se podría resumir la historia del Liverpool FC en la primera mitad del siglo XX, como la historia de un equipo irregular. Cinco campeonatos de liga nacional más un descenso arrancando la década de los cincuenta, serían el resumen de esta trayectoria. La llegada del escocés Billy Shankly a la dirección técnica, determinó un antes y un después, no solo en términos deportivos sino también en términos políticos.
En cinco años, Shankly ascendió el equipo a la primera división y consiguió títulos en la liga nacional como en la FA Cup. En sus 15 años al frente del Liverpool FC, confeccionó el equipo doblemente campeón de Europa finalizando la década de los setenta. Este éxito deportivo construyó una conexión única entre el entrenador y la afición roja.
De igual forma, fueron las posiciones políticas del escocés las que cautivaron a la popular hinchada del Liverpool FC. Representación icónica de la Gran Bretaña post segunda guerra mundial, Billy Shankly se definía como socialista, pues creía en “todo el mundo trabajando para un mismo objetivo y todo el mundo teniendo parte de la recompensa”. Así entendía el fútbol y así entendía la vida.
La era Thatcher
La política británica tuvo en la década de los ochenta un giro hacia el neoconservadurismo. Margaret Thatcher, “La dama de hierro”, era elegida primer ministro en 1979. Su política neoliberal de desindustrializar el país y su permanente hostilidad hacía la izquierda, tuvieron un fuerte impacto en la ciudad de Liverpool. El aumento del desempleo, que llegó a tener un alarmante 20 por ciento, estableció un marcado descontento social.
La tragedia de Heysel en 1985, final de la copa de Europa entre el Liverpool y la Juventus de Italia donde fallecieron 39 aficionados, y la tragedia de Hillsborough en 1989, partido entre el Nottingham Forest y el Liverpool donde fallecieron 96 aficionados, ambos casos por avalanchas humanas, fueron la excusa para que las fuerzas de derecha y los medios de comunicación estigmatizaran a la afición de los “Reds” como hooligans y vándalos.
Esta ignominiosa posición por parte del poder establecido jamás será olvidada en la afición del Liverpool, pues se mancillaba a la ciudad y a su gente.
Nunca caminarás solo
La canción “You’ll Never Walk Alone” fue compuesta por Richard Rodgers y Oscar Hammerstein para el musical de Broadway, Carousel, en el año de 1945. El éxito de la pieza musical llevó a que grandes artistas como Frank Sinatra, Louis Armstrong, Nina Simone o Barbra Streisand la versionaran con notable laurel comercial.
Sin embargo, es conocida en la cultura popular por ser el himno del Liverpool FC. Esta fue adoptada por la afición de los “Reds” en la década de los sesenta, siendo entonada minutos antes de cualquier juego.
Emotiva como conmovedora, la canción reconfigura su significante y termina construyendo un lazo emocional y mágico entre los jugadores del Liverpool con su hinchada, donde no solo está el juego sino cualquier lucha social o política. Puede ser la huelga de astilleros del puerto de Merseyside en 1997, la campaña progresista e inspiradora de Jeremy Corbyn en 2017, la causa independentista catalana o la libertad de Lula da Silva; al fin y al cabo, la enseñanza de Billy Shankly es trabajar siempre por causas justas.
No son comunistas. Son apasionados del fútbol que hacen de su cotidianidad una permanente lucha por transformar el mundo desde el deporte. Como pueblo, nunca caminan solos.
Bibliografía
Thompson, E.P. (2012); La formación de la clase obrera en Inglaterra; Capitán Swing Libros, S.L.; Madrid, España.
Estrada, Dan (2018); El Liverpool FC y la política en el deporte rey: las irreductibles gradas izquierdosas de la Gran Bretaña post-industrial; Publicado originalmente en El Factico; URL: https://elfactico.com/2018/05/29/politica-deporte-rey-liverpool/
Versiones
Para finalizar, se comparten tres versiones distintas de la emotiva canción. La primera es la adaptación que hizo el grupo de rock británico Gerry and the Pacemakers, siendo la interpretación que se popularizó y que hoy se escucha con devoción en las graderías de Anfield. El segundo vídeo es de la artista de jazz, Nina Simone, quien en una magistral adaptación de piano instrumental, despliega una versión de You´ll never Walk Alone desde una posición armónica y radicalmente negra. Finalmente, está la canción Fearless de la agrupación Pink Floyd, pieza musical que superpone un fonograma con los cantos de la hinchada de Liverpool.