Obreros, campesinos y docentes en campaña

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Movilización de la CUT por las calles de Bogotá. Foto archivo.

Se elegirán las direcciones de las organizaciones de trabajadores más grandes e influyentes del país, que tendrán la responsabilidad de crecer, fortalecerse y enfrentar el modelo económico para bien de los trabajadores en particular y la sociedad en general

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino 

El próximo mes de septiembre en todo el país se realizarán las elecciones para designar comités ejecutivos de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, y de la Federación de Trabajadores de la Educación, Fecode. En estas participarán miles de trabajadores sindicalizados en diversas organizaciones de todos los sectores económicos del país, quienes tendrán el reto de decidir el norte de sus organizaciones de acuerdo con sus intereses, y el contexto político y económico del momento.

VOZ habló con algunas cabezas de lista a las direcciones de la central y de la Federación por el sector clasista, para conocer sus puntos de vista y el porqué de su aspiración a estas designaciones.

Educación gratuita y de calidad

María Eugenia Londoño Ocampo.

María Eugenia Londoño Ocampo es educadora en el área de sociales desde 1987 en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, dirigente sindical desde hace 29 años y encabeza una lista para llegar a la dirección de Fecode. Sus conocimientos y experiencia profesional le dan elementos de juicio para entender mejor la problemática del sector educativo, aunque también las soluciones. Tiene respaldo en el sector clasista, en este caso por la corriente Maestros Unitarios.

La profesora desea estar en la dirección de la Federación para que entre otras cosas desde el magisterio se ayude a la consolidación de la paz: “Se debe hacer la escuela como territorio de paz, donde las aulas se conviertan en laboratorios de pensamiento crítico para que los niños y jóvenes construyan propuestas para cambiar la sociedad. Para eso, primero hay que resistir al modelo económico, a las imposiciones de la banca multilateral y de la OCDE”.

La maestra también hace énfasis en la necesidad de salvar a la educación pública estatal y no permitir que se convierta en mercancía: “Para eso es necesario el fortalecimiento de la Federación, la unidad del magisterio, la dignificación de la carrera docente, la defensa de los derechos y la exigencia de que se cumpla lo pactado entre el Gobierno y el magisterio, pero también se debe pelear por una educación gratuita y de calidad para todos los niños y niñas, en todos los niveles hasta la universidad”.

María Eugenia hace hincapié en que como sector clasista tienen claro que están en una lucha por el poder, en plena vigencia de una lucha de clases, aunque cada vez con diferentes matices, por lo que las organizaciones sindicales deben jugársela por cambios de fondo en la sociedad, no por pequeñas reformas o reformas light como lo hacen otros sectores.

Cambio de modelo

Pedro Arango.

“Nosotros sí vamos por la resistencia, con movilización por los cambios y contra el neoliberalismo”, concluye la candidata.

Pedro Arango también es un docente y actualmente dirigente sindical de Fecode. Es un profesor de matemáticas que quiere llegar a la dirección de la CUT para que haya una relación de la problemática de los maestros con las exigencias o planteamientos de los trabajadores de otros sectores, y para aprovechar su experiencia sindical en el fortalecimiento de esa central.

Explica que entre los puntos clave que defenderá desde el ejecutivo está la pelea contra la tercerización, por el trabajo decente, el mecanismo para que se respete el derecho a la huelga, la negociación colectiva y fortalecer los derechos internacionales otorgados por la Organización Internacional del Trabajo, OIT.

“Hay que buscar cómo vincular a los jóvenes a la organización sindical, salvar la deuda histórica con las mujeres para facilitar los mecanismos y que tengan la posibilidad de participar en las decisiones del sindicalismo”, anota Pedro Arango sobre la importancia de eliminar la exclusión.

Con ahínco explica que los principios clasistas a defender están en los principios fundantes de la CUT: “Ahí están los lineamientos como tener la autonomía de las decisiones internas, independencia con el gobierno, mecanismos para la defensa de los derechos de los trabajadores, el internacionalismo proletario y la autonomía del país con relación a las exigencias de cualquier imperialismo. Buscaremos que no haya conciliación de clase, sino que exigiremos más allá de las normas o aspectos jurídicos que establece un gobierno para sus pretensiones”, dice el dirigente sindical.

Comenta también que la central debe encontrar unos puntos que confronten directamente al modelo económico y a las políticas gubernamentales mediante movilizaciones y huelgas.

Las peleas que plantea Pedro Arango para dar desde la CUT van mucho más allá de lo reivindicativo. En ese sentido, explica que se debe batallar por la derogación de la Ley 100 y buscar cómo brindar oportunidades de empleo digno a los jóvenes, para lo cual es imprescindible el cambio de modelo económico.

Campesinos

Hubert Ballesteros.

Organizaciones campesinas también decidieron lanzar una lista a la dirección de la CUT encabezada por Hubert Ballesteros, con tres objetivos grandes: La representación del sector agrario en el ejecutivo de la CUT, teniendo en cuenta que siempre se ha planteado la alianza obrero – campesino – popular.

“Desde la fundación de la central se había tenido una secretaría de asuntos agrarios, aunque en los últimos dos periodos, desde que se escogió la elección directa de los trabajadores al ejecutivo, esa secretaría se perdió. Pero además, vemos la importancia de que el movimiento obrero y sindical se vincule a otros sectores sociales en la lucha contra las políticas del modelo de desarrollo”, explica Húbert.

Allí los campesinos tendrán varias tareas, entre las que sobresalen la búsqueda de su reconocimiento por parte del Estado -como ya lo ha hecho la Organización Internacional del Trabajo, OIT,- como trabajadores rurales o a cuenta propia, o pequeños productores, y que tengan los mismos derechos que los trabajadores asalariados: salud, pensión, cesantías, riesgos profesionales y todo lo que les compete.

“Se debe entender que los acuerdos de paz de La Habana no solo comprometen al sector rural, sino a todos los trabajadores en su conjunto y a la central. Esta última lo ha venido haciendo pero debe tener acciones más concretas para exigir cumplimientos, además de continuar con el acompañamiento al proceso de paz del Ejército de Liberación Nacional, ELN”, anota el líder agrario al hablar de los objetivos políticos.

Ballesteros también insiste en la recuperación de los principios fundacionales de la CUT, responsabilidad que tienen por pertenecer al sector clasista: Que esté al servicio de los trabajadores, con principios democráticos, independiente del Gobierno y que respete la afiliación de las federaciones a la central.

“La CUT se debe comprometer con la plataforma de lucha del movimiento campesino que tiene que ver con la reforma agraria democrática, integral; que vaya más allá de lo que está planteado en los acuerdos de La Habana; contra la gran minería y por el tema medioambiental”, concluye el dirigente campesino.