Un oscuro panorama laboral y pensional

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Trabajadores de minería de oro en socavón. Foto J.C.H.

El trabajo a destajo y las nuevas normas para pensión hacen casi imposible acceder a una jubilación digna. La franja de colombianos que se vería más afectada con estas reformas es la juventud colombiana. La movilización organizada, las marchas y el paro nacional pueden detener la política oficial en esta materia

Iván Posada P.

La ministra de Trabajo, Alicia Arango, deja esta cartera con dos lesivas reformas en trámite, una de las causas de las masivas protestas de finales de 2019, la pensional y la laboral, las cuales se vienen diseñando bajo las “recomendaciones” de la OCDE, de las presiones de los gremios económicos y por supuesto del empresariado.

Contexto

En 2019 en Colombia había cerca de 22 millones de trabajadores afiliados al régimen público (Colpensiones) o bien a los fondos privados. De mantenerse las actuales condiciones solo unos 3 millones se podrán pensionar en los próximos diez años. La explicación está en el alto grado de informalidad laboral, donde los trabajadores consiguen empleos precisamente sin seguridad social, o por cuenta propia, que dan cuenta del alto grado de precarización del trabajo.

En Colpensiones el sistema opera bajo la figura de régimen de prima media o fondo común donde trabajadores y patrones aportan el 12 por ciento del salario devengado, con lo que al final de la vida laboral el trabajador se jubila –al menos– con el salario mínimo legal vigente en ese momento. La idea es que a mientras unos se pensionan, el fondo se retroalimente con el ingreso de nuevos trabajadores.

Los fondos privados se rigen por el principio del ahorro individual con solidaridad RAIS, donde sus afiliados pueden hacer aportes extras para poder obtener al final de la vida laboral, una mesada mas alta. Lo anterior en teoría, porque lo cierto es que hoy día, un trabajador que ahorre $3.000.000 al mes, escasamente va a obtener una pensión cercana al salario mínimo legal vigente. En Chile, por ejemplo, las personas que cotizaron en los fondos privados obtuvieron una mesada correspondiente a un 20 – 30 por ciento del salario que devengaban. Según la revista Semana (2/05/2020) doce países que habían seguido el modelo privado de pensiones de Chile han regresado al sistema de fondo común público de pensiones.

La propuesta de Anif

La Anif (Asociación Nacional de Instituciones Financieras), desde 2019 presentó un borrador de reforma que contempla aumentar gradualmente la edad de pensión de 62 a 67 años para hombres y de 57 a 62 para mujeres. También propone reducir la mesada pensional al 75 por ciento del salario mínimo, congelar las nuevas afiliaciones a Colpensiones con el fin de liquidar esta entidad y a la vez fortalecer los fondos privados.

La propuesta gubernamental

En la propuesta del gobierno se contempla establecer un periodo de transición para que los hombres mayores de 54 años y mujeres mayores de 49, se jubilen con las normas de hoy día y no se les modifique la edad, las semanas a cotizar ni el monto de cotización, también se propone mantener los regímenes especiales para militares y maestros.

No obstante Arango dice que “no es una reforma pensional, sino al sistema de protección a la vejez…” Si eso no es una reforma, ¿entonces que es?

El llamado sistema de protección a la vejez no es otra cosa que los BEPS (beneficios económicos periódicos), plan de ahorro voluntario para la población afiliada al Sisbén, en el cual el estado aporta $20.000 por cada $100.000 del afiliado con el fin de que estas personas cuenten con un recurso para la vejez.

Es una estrategia para escamotear la pensión universal a las personas que no laboraron formalmente para obtener una pensión. Pero además -según se propone en la reforma- parte del “fortalecimiento” de este sistema saldrá de las mismas personas que no alcanzaron a cotizar las semanas requeridas o que no tienen la edad requerida.

Explosivas cifras

El desempleo en 2019 cerró en 10,6 por ciento (Banco de la Republica), o sea 2.200.000 colombianos y sus familias no disponen de un ingreso para su subsistencia. Para los jóvenes entre los 18 y 28 años esta cifra llega a 18,9 por ciento y para las mujeres se sube hasta 25,7 (Dane 2018). En cifras redondas la población total de jóvenes en este rango de edad es de 12.700.000, lo que quiere decir que 2.400.000 no tienen empleo, los llamados ni – ni, ni trabajan ni estudian. Pero aún si los que están actualmente laborando no alcanzan los requisitos para jubilación en los próximos 15 años, mucho menos si se aprueban las reformas laboral y pensional en curso.

Otro aspecto grave en el desempleo juvenil es la franja de profesionales que se graduaron con préstamo del Icetex. Una vez graduados si no logran ubicarse laboralmente, igual deben asumir el pago del crédito. Se calcula que un préstamo con esta entidad para educación a diez años, se triplica a causa de los intereses corrientes y de mora, una forma velada de privatizar y “upaquizar “la educación.

La reforma laboral

Por otra parte, la reforma laboral que se viene ambientando dificulta aún más, las condiciones para acceder a una jubilación a futuro. Las medidas propuestas van desde el desmonte de la figura del contrato a término indefinido, la reducción del salario de ingreso para los jóvenes al 75 por ciento del salario mínimo, hasta el trabajo por horas y el teletrabajo. El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, propone un sistema alternativo para que los desempleados e informales trabajen por horas, manteniendo el actual régimen de contrato a término indefinido con seguridad social, (El Tiempo, febrero 9 de 2020, pag.1.12) lo cual viola el principio del derecho a la igualdad. Los otros gremios exigen al gobierno reducir los costos laborales, exoneración de impuestos con el pretexto de generar más puestos de trabajo, algo no reflejado en las reformas tributarias.

El gobierno pretende aprobar estas reformas en un contexto de protestas y marchas que ya comienzan este año, a cuya cabeza han estado los jóvenes, el sector más golpeado con estas reformas.