
Adriana Quintero
Pese a no llegar a un acuerdo con la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, ni con el 80% de padres de familia que se oponen al retorno a clases de manera gradual, progresiva y segura propuesto por la alcaldesa Claudia López y el Gobierno nacional, es un hecho que el próximo 13 de octubre se iniciará la reapertura del sector educativo en Colombia, sin importar que la pandemia aún continúa cobrando vidas a diario y que los contagios están disparados.
El último reporte del Ministerio de Salud y Protección Social entregado el jueves 24 de septiembre confirmó 6.555 nuevos contagios y 178 fallecidos, siendo Bogotá la ciudad más afectada sumando a la fecha 259.008 casos de coronavirus. Además, hay que tener en cuenta que varias organizaciones médicas han denunciado que las EPS ya no están haciendo la misma cantidad de pruebas, lo que no permite saber la realidad sobre el comportamiento del virus ni sus efectos sobre la población.
Según la mandataria bogotana, desde el 7 de septiembre pasado los colegios privados, jardines y universidades que quisieran acceder al cupo epidemiológico deberían haber registrado sus protocolos de bioseguridad en la página de la Secretaría de Educación de Bogotá para poder ser avalados por la Secretaría de Salud. También indicó que se tendrá en cuenta la autorización de cada consejo directivo de las instituciones que quieran participar, así como el consentimiento informado de padres o acudientes del niño, niña o joven que asistirá a clases.
Por otro lado, la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, en declaraciones a un medio nacional manifestó que el regreso a clases es un proceso que avanza de manera progresiva, gradual y segura y que es un trabajo coordinado entre el Ministerio, las secretarías de Educación y de Salud y los colegios. No obstante, aclaró que “todo esto se hace con el consentimiento de los padres, quienes tienen la decisión sobre sus hijos”.
La voz de los padres

Pero a pesar de que los gobiernos distrital y nacional se amparan en que el 20% de los padres de familia han manifestado su interés de asistir a un retorno gradual, progresivo y seguro, para John Alejandro Colorado García de 39 años, licenciado en educación comunitaria con énfasis en derechos humanos de la Universidad Pedagógica Nacional, representante de la localidad de Tunjuelito en la Mesa Distrital de Padres, Madres y Cuidadores, y quien es padre de tres niños de 14, 11 y 7 años, no es una buena decisión enviar sus hijos a clases presenciales porque corren mucho riesgo de contagio. Manifestó que “prima la vida y la salud de nuestros hijos estudiantes y del resto de comunidad educativa. No hay garantías de bioseguridad y a pesar de que hay unos lineamientos expresados por el Gobierno y otros planteados por la administración distrital, ninguno garantiza que nuestros hijos no se contagien de Covid-19”.
John también argumenta que “no hay protocolos de bioseguridad en los entornos escolares como en los traslados casa – colegio – casa”, un factor que el Gobierno no ha tenido en cuenta. También indicó que “de puertas para adentro los colegios, especialmente los públicos, tienen problemas de infraestructura. Es verdad que van a ir pocos estudiantes, pero necesitan condiciones especiales como suministro de agua en todos los grifos, dispensadores de gel y alcohol, señalización, los salones deben ser totalmente ventilados y amplios y los recursos suministrados por el Gobierno no van a ser suficientes”.
Sumado a lo anterior, para John la situación es aún más preocupante: “Nosotros los padres de familia somos conscientes que nuestros hijos no van a manejar el distanciamiento social de dos metros porque ellos vienen de 5 o 6 meses sin poder interactuar con sus compañeros, y que se les prohíba hablar, jugar, hasta compartir sus alimentos cuando muchos de ellos no tienen para las onces, les puede ocasionar una crisis emocional y no hay personal médico idóneo en las instituciones educativas para atender alguna emergencia. Adicional, el costo en tapabocas se va a aumentar, en mi caso gastaría un promedio de 6.000 a 8.000 pesos y quién me garantiza que mis hijos no lleguen a la casa con los tapabocas de otros niños”.
El caso de Andrea Herrera Castañeda, Técnica en Electrónica, representante de la localidad

de Santa Fe en la Mesa Distrital de Padres, Madres y Cuidadores, es muy similar al de John Colorado y al del 80% de padres de familia que se rehúsan a poner en riesgo a sus hijos enviándolos a clases presenciales.
Andrea tiene 39 años, 5 hijos de 23, 21, 20, 19, 16 y un nieto de 4 años y tampoco está de acuerdo con enviarlos al colegio. Manifestó: “No tenemos un protocolo que indique que los niños no van a salir contagiados, así como la familia y el resto de comunidad educativa. La situación de la pandemia es muy difícil y creo que si disminuyen los contagios la fecha ideal para el retorno de los estudiantes sería el 2021”.
Para ella, muchos de los colegios del distrito sufren una situación lamentable e indicó: “Nuestros hijos no tienen una infraestructura idónea para asistir a clases normales, no hay baterías de baño, no contamos con enfermería ni cafetería para la toma de alimentos, por ejemplo el colegio Policarpa Salavarrieta lleva esperando que se construya alrededor de 25 años y estamos en lugares inadecuados, nunca hemos tenido buenas aulas para que nuestros hijos estudien porque están llenas de goteras, el gobierno jamás se ha preocupado y ahora pretende que los enviemos así en la ‘nueva normalidad’”.
John y Andrea coinciden en que no quieren exponer a sus hijos con un regreso a clases prematuro durante la pandemia y expresan que los profesores estudiaron para ser maestros, no para ser médicos, por consiguiente, no conocen los protocolos suficientes para reaccionar en caso de que un niño presente fiebre y demás síntomas del virus. Le piden a la alcaldesa Claudia López que aún está a tiempo de concertar un regreso a clases seguro para el 2021 porque en lo que resta del año posiblemente se presente un rebrote de Covid-19, y en este caso prevalece preservar la vida de sus hijos.