Paramilitares siembran el terror en el norte del Cauca

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La Asociación Pro Constitución de Zona de Reserva Campesina del Municipio de Miranda es filial de Fensuagro CUT, del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano y del movimiento político y social Marcha Patriótica

Campesino es raptado por paramilitares, lo torturan para que se confiese guerrillero y amenazan a su familia

La Asociación Pro Constitución de Zona de Reserva Campesina del Municipio de Miranda es filial de Fensuagro CUT, del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano y del movimiento político y social Marcha Patriótica
La Asociación Pro Constitución de Zona de Reserva Campesina del Municipio de Miranda es filial de Fensuagro CUT, del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano y del movimiento político y social Marcha Patriótica

Narcoparamilitares con presuntos desmovilizados y desertores de las FARC realizan actos de desaparición forzada, tortura, amenazas y señalamientos en contra del campesino Gustavo Adolfo Rengifo Delgado, integrante de la Asociación Pro Constitución de Zona de Reserva Campesina del Municipio de Miranda, filial de Fensuagro CUT, del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano y del movimiento político y social Marcha Patriótica en el Departamento del Cauca; y amenazan y hostigan a su grupo familiar, en una zona de presencia militar de la Fuerza de Tarea Conjunta Apolo a través de las brigadas móviles Nº 14, 17, 28, 29 y 37 y Batallón de Alta Montaña Nº 8 Coronel “José María Vezga” orgánicas a la III División del Ejército Colombiano y del Comando de Policía Cauca.

En el marco de la denuncia pública del 26 de mayo de 2014, haciendo algunas precisiones y ampliaciones en el marco de las denuncias recibidas recientemente en desarrollo de la misión de verificación humanitaria internacional conformada por delegados de Justicia por Colombia y directivos del sindicato británico United el día 3 de junio de 2015.

Hechos

Al suroccidente de Colombia, Departamento del Cauca, municipio de Miranda

Domingo 17 de mayo de 2015

Centro poblado, cerca de las 4:30 pm, el campesino Gustavo Adolfo Rengifo Delgado, a bordo de un vehículo automotor tipo campero Trooper se dirige hacia la vereda Monterredondo (ubicada en la parte alta del municipio) con el motivo de ir a visitar a una tía. El campesino tomó la vía secundaria que comunica los municipios de Miranda y Corinto, y justo cuando iba a la altura del cementerio único de la población ubicado en el punto conocido como El Piñal (antes de llegar al cruce de la vereda Guatemala), a su vehículo se le atraviesan dos camionetas Dimax 4 puertas, una de color negra y la otra de color vinotinto.

Luego del vehículo descienden seis hombres armados vestidos con prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares (pantalón camuflado) y camisetas de manga larga de color negro y gorras.

Los individuos inmediatamente bajaron a la fuerza del vehículo al campesino Gustavo Adolfo, luego lo subieron a una de las camionetas y lo cubrieron con una funda oscura que le llegaba hasta la mitad del cuerpo, le amarraron las manos con tiras de plástico y lo golpearon varias veces con puños y cachazos de pistola. Al interior de la camioneta le pusieron los pies sobre el cuerpo y lo golpearon e insultaron.

Al mismo tiempo el automotor empezó a andar inicialmente por una vía que se sentía que era destapada y al final pavimentada. Pasados unos 40 minutos de transitar sobre la vía, llegaron a unas instalaciones que parecían una bodega. Durante el tiempo de recorrido al campesino lo golpearon, amenazaron y le decían que tenía que decir y hacer todo lo que le decían o si no lo mataban a él, a sus hijos y a su esposa. Quienes lo llevaban se comunicaban con alguien y le decían “doctor, ya tenemos el objetivo” y alguien contestaba “salgan rápido de la zona roja”, luego le dijeron “doctor, ya coja vuelo que ya lo tenemos”.

Ya al interior de la bodega, Gustavo Adolfo es cambiado de camioneta y quienes lo retenían continuaron amenazándolo. Luego le quitaron la funda que le habían colocado y le mostraron a dos presuntos desmovilizados de la guerrilla que tenían sus rostros cubiertos con pasamontañas (uno de ellos era hombre y el otro era una mujer).

Ellos le dijeron que eran desertores de las FARC-EP, le exigieron que aceptara que él trabajaba con la guerrilla y que conocía al comandante y que tenía que confesar. Gustavo Adolfo, en medio de las lágrimas y el temor, les decía que eso no era así, que él no era guerrillero y que no conocía a los comandantes guerrilleros. Luego los hombres armados le decían que lo iban a matar con todo y familia porque él se negaba a decir lo que él era.

En el lugar había una persona a la que le decían El Doctor. Esta persona era alta, de ojos grandes, barbado y usaba gafas. Esta persona le decía a Gustavo Adolfo que venía de Bogotá, que tenía que decir que él trabajaba con la guerrilla y que se relacionaba con comandantes de las FARC-EP.

Luego sacó un paquete de documentos y en la primera parte estaba una fotocopia ampliada de la cédula de Gustavo, en la segunda parte tenían fotos de su esposa Deyanira Zamora Sotelo en momentos en que se encontraba en un almacén en donde trabaja, de sus hijos Julián Adolfo Rengifo Zamora (de 7 años de edad) y Nicoll Andrea Rengifo Zamora (de 13 años de edad) al momento de salir de la escuela, jugando y en la tienda. En otra hoja había fotografías de sus padres cuando se encontraban frente al lugar en donde habitan, de sus hermanos, primos y de un cuñado.

La persona a la que le decían doctor dijo que “todo lo que iban a hacer lo iban a llevar al Ministerio de Defensa”.

Luego continuaron diciéndole que colaborara y que dijera lo que ellos necesitaban que dijera, porque si se negaba o no hacía nada, iban a matar a su esposa e hijos, los iban a picar, los iban a meter en la talega con la que lo habían cubierto y luego los tirarían al río o a los cañaduzales.

Gustavo Adolfo entró en pánico y lloró mucho tiempo suplicando que no lo mataran, diciendo que todo era una confusión, que se dedicaba a la agricultura y a la ganadería. Los hombres armados le decían que tenía que decir que trabajaba con la guerrilla y que él le subía los insumos a la guerrilla. Los presuntos desertores le decían que él debía decir que trabajaba con la guerrilla, que les subía los insumos y además que la finca donde trabajaba era de la guerrilla. Gustavo Adolfo en repetidas ocasiones manifestó que estaban confundidos y que él no conocía a nadie de la guerrilla. Luego nuevamente amenazaron con asesinarlo y picar a su familia.

Finalmente Gustavo Adolfo, atemorizado, accedió a aceptar todas las mentiras que se decían de él, por lo cual fue grabado en un video. Como él no podía dejar de llorar quien estaba grabando paraba el video mientras otros le decían que se debería calmar y luego le decían lo que debía continuar diciendo para así seguir grabando. Mientras le manifestaban que debía decir que él trabajaba con la guerrilla, que los conocía, que había visto a un señor Calixto (porque según ellos ese era su objetivo). Es de señalar que alias Calixto es en la actualidad el comandante del VI frente de las FARC-EP.

Luego le dijeron que le iban a dar una recompensa y lo iban a limpiar judicialmente, porque según ellos él estaba pedido en extradición.

En repetidas ocasiones lo golpeaban y frecuentemente pasaba por su lado alguien que manifestaba que él había sido contratado para el plan B que era matarlo. Esta persona decía que él no trabajaba con los demás y que solo lo habían contratado con el fin de matarlo.

Otras personas le dijeron que él no les servía ni muerto ni en una cárcel, que ellos solo querían que Gustavo Adolfo trabajara con ellos y que le daban un número de teléfono para que cuando la guerrilla pasara por su finca él los llamara.

Estando en el lugar Gustavo Adolfo notó que dentro de la camioneta había chaquetas verdes fosforescentes de la Policía, prendas militares y gorras. Al igual que celulares de alta gama.

Cuando terminaron de grabar el video la persona a quien le decían el “Doctor” le dijo que le iban a dar 15 días para que empezara a trabajar con ellos y lo amenazó diciéndole que si él demandaba o le decía a su familia (esposa, padres o hijos), lo iban a asesinar y picarlo a él y a su familia. Y que si decidía no trabajar con ellos le hacían saber a la guerrilla que sí estaba colaborando y que era un sapo, para que la guerrilla lo matara.

Luego lo volvieron a tapar con la funda y lo montaron a una camioneta y salieron mientras le decían que lo iban a dejar cerca a la casa. Durante todo el camino Gustavo Adolfo pensó que lo iban a matar, lloró mucho y le pidió a Dios que lo protegiera. Como siempre le dijeron que lo iban a tirar a un río, fue tanta su desesperación que manifestó que si lo iban a matar que lo dejaran en donde la familia lo pudiera encontrar. Y le contestaron que no se azarara que si hacía lo que le habían dicho no lo iban a matar.

El recorrido en la camioneta en medio de amenazas e insultos fue de aproximadamente 40 minutos en medio de carreteras planas y destapadas (debido a la vibración y a la velocidad del vehículo). Luego el automotor en el que lo llevaban se detuvo y lo bajaron y pusieron a caminar por unos 50 metros del vehículo por una plantación de caña bajita (porque si bien podía caminar sus brazos se rayaron con las hojas), hasta que llegaron a una pendiente, lugar en el cual Gustavo dijo que no caminaba más y pidió que lo mataran ahí pero que no lo fueran a lanzar. El sintió que lo iban a tirar por un abismo.

Posteriormente Gustavo Adolfo fue obligado a arrodillarse, le dijeron que debía hacer lo que le habían dicho porque si no lo mataban. Finalmente escuchó que los automotores se encendieron y se retiraron del lugar, pasados unos cinco minutos se destapó el rostro y medio cuerpo (que tenía cubierto) y se dio cuenta que estaba en un cañaduzal. Al ver el reloj se dio cuenta que eran pasadas las 12:00 de la madrugada.

Pasado el tiempo, se paró y vio su carro, el cual habían dejado cerca al lugar en donde lo habían hecho arrodillar, luego se subió y pasada media hora en la vía se encuentra a un hombre aparentemente borracho a quien le pregunta en qué lugar estaba. Y él le responde que está cerca del municipio de Guachené, que por seguridad era mejor que se quedara en el municipio de Caloto que él iba para allá. Finalmente decidió seguir al desconocido hasta que llegaron a una bomba y le indicaron que enseguida quedaba un hotel, por lo cual Gustavo decide pasar la noche en el lugar. Esa noche en medio de la incertidumbre y el terror que le causaron los hechos no pudo dormir.

Cerca de las 5:30 am, Gustavo Adolfo sale en dirección a su casa, por la vía Caloto – El Palo – Corinto – Miranda, luego buscó a su esposa y cuando la vio entró en llanto. Pasado un tiempo se calmó y le pudo contar lo sucedido mientras le suplicó que no le contara a nadie porque creía que los iban a matar. Luego le dijo que se iba para un lugar y su esposa le dijo que se iba con él.

En los días posteriores a los hechos, personas que trabajan en el establecimiento de comercio en donde laboraba Deyanira Zamora Sotelo (esposa de Gustavo Adolfo) le manifestaron que al lugar había ido un hombre alto, delgado y que vestía ropas bien presentadas a preguntarla, manifestando que si Deyanira se encuentra con el esposo, que la necesita urgente, y de manera insistente indagar si Deyanira está con Gustavo Adolfo.

Ante esos hechos Deyanira cambió de número celular. Su madre le ha manifestado que en tres ocasiones la han llamado y le han preguntado por Deyanira. En la primera llamada fue una mujer que decía que la necesitaba con urgencia para entregarle unos productos y que debía ser personalmente (productos que Deyanira no ha solicitado).

La segunda llamada le manifestó que Deyanira había comprado una rifa y que necesitaba que la cancelara, por lo cual la señora les manifestó que fueran a la casa y que ella la pagaba, pero la mujer insistió en que necesitaba a Deyanira personalmente. La tercera llamada fue diciendo que Deyanira debía un trabajo y que necesitaban que lo cancelara, pero Deyanira no ha mandado a hacer ningún trabajo. En esa ocasión la mujer pregunta si Deyanira se encuentra con su esposo.

Señalando, que:

Gustavo Adolfo Rengifo Delgado, identificado con cédula de ciudadanía número 10.347.272, residía en la carrera 2 No. 1-60 Barrio Leopoldo Pizarro del municipio de Miranda (Cauca). En la actualidad es integrante de la Asociación Pro Constitución de Zona de Reserva Campesina del Municipio de Miranda Asprozonacm, filial de Fensuagro – CUT, del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano y del movimiento político y social Marcha Patriótica en el Departamento del Cauca.

Desde la aparición del grupo de hombres armados que se identifican como “Águilas Negras” a la fecha los habitantes de los municipios de Caloto y Guachené han reportado ejecuciones extrajudiciales, amenazas colectivas, penas o tratos crueles inhumanos y degradantes, torturas, desplazamientos forzados colectivos, desapariciones forzadas y ataques ilegales a la honra y reputación.

En la semana del 10 al 17 de mayo, dos personas (una mujer y un hombre) a bordo de una motocicleta se acercaron a la casa de residencia de Gustavo Adolfo, y preguntaron por el salón de eventos que hay frente al lugar. Luego tomaron fotografías de la casa de Gustavo Rengifo y del carro de su cuñado (que es del mismo color que el de Gustavo) y a su cuñado.

Nicoll Andrea Rengifo Zamora (de 13 años de edad), hija de Gustavo Adolfo, ha manifestado que por las mismas fechas, cuando se encontraba en la plazoleta municipal en clases de educación física, una de sus compañeras de clase le dijo que había un señor tomándoles fotos.

A inicios de mes, dos personas (una mujer y un hombre) que se identificaron como agentes de policía, llegaron al sector del hogar de Gustavo Adolfo, manifestando que estaban haciendo un censo. Y como no había nadie en el hogar familiares indicaron que Deyanira se encontraba en el trabajo “almacén de moda Fashion” por lo cual el papá de Deyanira les dijo que fueran allá. Posteriormente los presuntos agentes de policía llegan al establecimiento de comercio y la mujer le manifestó que estaban haciendo un censo del barrio porque había mucho vicioso cerca, que era por seguridad de la familia y vecinos. Luego tomaron todos los datos personales del núcleo familiar.

Frente al fundado temor de las comunidades de la zona norte del departamento del Cauca, de Gustavo Rengifo y sus familiares y en rechazo a las extralimitaciones de las fuerzas armadas irregulares.

Responsabilizamos

Al Estado colombiano en cabeza de Juan Manuel Santos Calderón, a la Gobernación del Departamento de Cauca en cabeza de Temístocles Ortega, al mayor general Henry William Torres Escalante, comandante del Comando Conjunto Nº 2 Suroccidente, al brigadier general Mario Augusto Valencia, comandante de la Tercera División del Ejército Nacional, al brigadier general Wilson Danilo Cabra Correa, comandante de la Fuerza de Tarea Apolo, al brigadier general Ómar Rubiano Castro, comandante de la Región de Policía Nº 4 y al coronel Iván Ramiro Pérez Manzano, comandante del Departamento de Policía Cauca, por las violaciones al Derecho Internacional de los Derechos Humanos cometidas por integrantes de fuerzas armadas irregulares en la zona de operaciones de las unidades militares y policiales que dirigen.

Exigimos

Responsabilidad estatal frente a los derechos a la vida, la libertad, la seguridad personal, la integridad física y psicológica, la intimidad personal, familiar y su hogar, al trabajo, la organización, la honra y reputación y a la libre movilidad de Gustavo Adolfo Rengifo Delgado, su compañera Deyanira Zamora Sotelo, de sus hijos Julián Adolfo Rengifo Zamora y Nicoll Andrea Rengifo Zamora, y de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes que habitan los municipios del Norte del Cauca y sus organizaciones que se están viendo afectados por la acción arbitraria de fuerzas armadas irregulares en áreas de operaciones militares y policiales del Estado Colombiano.

Al Estado colombiano

El inmediato cumplimiento de las reiteradas recomendaciones que sobre el respeto y acatamiento del Derecho Internacional de los Derechos Humanos han formulado la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA y demás organismos internacionales.

Adelantar las medidas necesarias para lograr garantizar los derechos a la vida, la libertad, la seguridad personal, la integridad física y psicológica, la intimidad personal, familiar y su hogar, al trabajo, la organización, la honra y reputación y la libre movilidad de Gustavo Adolfo Rengifo Delgado, su compañera Deyanira Zamora Sotelo, de sus hijos Julián Adolfo Rengifo Zamora y Nicoll Andrea Rengifo Zamora y de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes que habitan los municipios del Norte del Cauca y sus organizaciones que se están viendo afectados por la acción arbitraria de fuerzas armadas irregulares en áreas de operaciones militares y policiales del Estado colombiano.

Desarrollar las acciones legales necesarias para determinar las responsabilidades colectivas e individuales por las violaciones al Derecho Internacional de los Derechos Humanos consagrados en los hechos de esta denuncia pública.

A la Gobernación del Cauca

Adelantar las medidas necesarias para lograr garantizar los derechos a la vida, la libertad, la seguridad personal, la integridad física y psicológica, la intimidad personal, familiar y su hogar, al trabajo, la organización, la honra y reputación y la libre movilidad de Gustavo Adolfo Rengifo Delgado, su compañera Deyanira Zamora Sotelo, de sus hijos Julián Adolfo Rengifo Zamora y Nicoll Andrea Rengifo Zamora y de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes que habitan los municipios del Norte del Cauca y sus organizaciones que se están viendo afectados por la acción arbitraria de fuerzas armadas irregulares en áreas de operaciones militares y policiales del Estado colombiano.

Desarrollar las acciones legales necesarias para determinar las responsabilidades colectivas e individuales por las violaciones al Derecho Internacional de los Derechos Humanos consagrados en los hechos de esta denuncia pública.

A la Defensoría del Pueblo

Cumplir con su papel institucional de velar por la garantía y el respeto a los derechos constitucionales a la vida, la libertad, la seguridad personal, la integridad física y psicológica, la intimidad personal, familiar y su hogar, al trabajo, la organización, la honra y reputación y la libre movilidad de Gustavo Adolfo Rengifo Delgado, su compañera Deyanira Zamora Sotelo, de sus hijos Julián Adolfo Rengifo Zamora y Nicoll Andrea Rengifo Zamora y de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes que habitan los municipios del Norte del Cauca y sus organizaciones que se están viendo afectados por la acción arbitraria de fuerzas armadas irregulares en áreas de operaciones militares y policiales del Estado colombiano.

Desarrollar las acciones legales necesarias para determinar las responsabilidades colectivas e individuales por las violaciones al Derecho Internacional de los Derechos Humanos consagrados en los hechos de esta denuncia pública.

Solicitamos

A la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En el marco del cumplimiento de su mandato, prestar toda su gestión para que las actuaciones del Estado colombiano se apeguen a las normas internas y externas que se ha comprometido a respetar y que se inicien las investigaciones a que haya lugar por el desconocimiento de las mismas.

Instamos a los organismos de derechos humanos y organizaciones populares a mantenerse atentos y alertas ante la crítica situación de derechos humanos que está afrontando el departamento de Cauca.

Red de Derechos Humanos del Suroccidente Colombiano
“Francisco Isaias Cifuentes”

Comisión de Derechos Humanos del movimiento político y social Marcha Patriótica.

4 de junio de 2015