El paro nacional en los territorios: el cansancio de un país que tomó la calle

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Movilización en Bucaramanga, Santander.

Carolina Tejada
@carolltejada

No solamente las multitudinarias manifestaciones se vieron en la ciudad capital de Colombia, en los territorios, regiones y la Colombia profunda el descontento con el gobierno y su política económica ha hecho un despertar social y se ha cultivado una elevada conciencia de la necesidad de cambio. VOZ le mide el pulso regional al paro.

Cali: una jornada que llamó a la reflexión

Según Sergio García Cardona, secretario de la Juventud Comunista a quien un día antes del gran paro nacional del 21N, le allanaron su vivienda en Palmira, sin que encontraran algún indicio o elemento vinculante a las motivaciones del mismo, la jornada dejo varias enseñanzas en Cali. Una de ellas, el despliegue de particularidades que hicieron de esa jornada, una actividad; diferente de lo expresado en otras regiones del país. A pesar de que la represión oficial y el tratamiento militar fueron reglas comunes en todo el país, la respuesta de la ciudadanía caleña a la jornada tuvo un cariz que demostró la singularidad histórica de la región: descuido, abandono y olvido sistemático del Estado, sumado a múltiples rostros en los cuales quedó plasmado el clasismo, el racismo y la marginalidad impuestas por las élites departamentales a sus clases populares”.

Luego de la gran jornada que inundo de gente la capital salsera, se militarizó de manera parcial el casco urbano y se decretó toque de queda a partir de las siete de la noche. Comenta García, que este hecho: “demostró por un lado, que la movilización social desbordó los cauces que a ésta le impuso el Comando de Paro del departamento; y por otro, que la línea entre la movilización permanente, la radicalización de las demandas reivindicativas y políticas, primero, y el vandalismo y los saqueos, después, es aún muy delgada y frágil. Lo que en un primer momento se interpretó como la ciudadanía movilizada, se expresó después en la despolitización absoluta del ejercicio y el ascenso de grupos que incitaron el desorden y la fragmentación de la unidad de la jornada”.

Pasada la jornada de movilización, Cali, vivió una noche convulsa, en medio del descontrol y el miedo.  Comenta García, sin muchas claridades en cuanto a la conducción del descontento popular.

Medellín brilló con luz propia

La gran marcha del 21N en Medellín, lleno las calles de la capital antioqueña y durante 12 días consecutivos la ciudadanía ha mantenido movilizaciones en diferentes puntos de la ciudad. Según cuenta Gabriela Gil: “cacerolazos, encuentros de artistas, conciertos y plantones han hecho parte de las diferentes expresiones para rechazar las políticas del presidente Iván Duque. Sectores como San Javier en la comuna 13, Laureles, Manrique y la zona nororiental han sido recorridos por quienes manifiestan su descontento. Los jóvenes han tenido un papel protagonista, en estas protestas, las convocatorias para los encuentros han salido principalmente de sus iniciativas y han sido multitudinarias”.

Barranquilla, la alegría hecha reivindicación

Comenta Kevin Siza, que las movilizaciones que se desarrollaron el 21N, según varios historiadores y dirigentes veteranos, ha sido la más grande manifestación popular en la ciudad y la ciudadanía barranquillera no han dejado de movilizarse. “El signo característico de este estallido social, es la masiva y formidable presencia del movimiento juvenil, que agrupa estudiantes universitarios y de secundaria, aprendices del Sena, jóvenes sin oportunidades de barriadas populares, un grueso de desempleados y trabajadores informales. También, ha sido significativo el papel cumplido por el Comando Unitario Departamental, que agrupa a las centrales obreras a nivel local y parte del movimiento social de la ciudad”.

El 21N más de 30 mil personas marcharon desde varios puntos de Barranquilla, para encontrarse en el Paseo Bolívar. Los manifestantes alzaron sus voces en contra del gobierno de Iván Duque. “Al día siguiente, se llevó a cabo un encuentro ciudadano en el que miles de barranquilleros hicieron sonar sus cacerolas. El sábado, un plantón estudiantil se tornó en una espontánea y numerosa movilización hacia la tradicional Troja. Todas, transcurrieron en completa calma, hasta cuando el alcalde Alejandro Char decidió utilizar al Esmad el Martes 26N, en el plantón convocado por estudiantes y trabajadores del transporte informal y la más grave, el viernes 29N, cuando atacaron de forma violenta un plantón pacífico de estudiantes y aprendices del SENA”, asegura Siza.

Cauca, multiétnico

El departamento del Cauca movilizó desde sus territorios y sus comunidades esfuerzos variados y significativos para parar el 21N. Los protestantes se contaron en diferentes lugares y solamente en Popayán se movilizaron 40 personas, y más de 10 mil en el resto del departamento. Luis Eduardo Bravo, comenta que es mensaje que deja claro la intención de defender la vida, La Paz, el territorio y los derechos.

Luego del 21N, “se han convocado cacerolazos, la marcha de la luz y velatones, tenemos registros gráficos de más de 14 municipios como Argelia, La Vega, Santander, Piendamó, Silvia, Morales, Caloto, Corinto, Balboa, Inza, Almaguer, entre otros. Han llegado los campesinos, y esta semana los compañeros de Fensuagro han definido enviado sus delegaciones también a Bogotá, en la lógica de mostrar fortalecimiento del proceso de paro, pero también para posicionar los debates que se tiene con la coordinación nacional de paro.

También asegura que; “Este proceso de paro nacional, no solo se ha destacado por lo numeroso, sino también por lo colorido y vehemente, desde la coordinación departamental de paro donde se han juntado centrales sindicales, estudiantado, movimiento indígena, campesino, artistas de todos los sectores, ambientalistas entre muchas otras organizaciones y personas. Como resultado de lo anterior, la dinámica en la capital del departamento se ha mantenido de manera ininterrumpida por estos 12 días”.

Bucaramanga de pie

Luis Suarez, dirigente estudiantil de la UIS, le conto a VOZ, que en Bucaramanga y su área metropolitana la movilización del 21N superó todas las expectativas. “Los cálculos más mesurados arrojan una participación de entre 90 mil y 110 mil personas que llenaron las calles desde la UIS, el Parque San Pío y la Puerta de Sol, los tradicionales puntos de partida, hasta la plazoleta Luis Carlos Galán. Cifra, que los más veteranos en la lucha acuerdan en señalar, es la más grande de toda la historia de la movilización social en nuestro departamento”.

Además de la gran jornada, menciona que: “los cacerolazos espontáneos que sonaron toda la noche de ese 21N, y la movilización no ha cesado. El 22N la UIS se declaró en estado de “Movilización Permanente” y junto a estudiantes de las universidades privadas y las UTS, se convocaron cacerolazos diarios que adoptaron forma de marcha hasta el 25N, día en que se conmemoró con una nueva movilización el día de la no violencia contra la mujer. Día también en el que murió Dilan Cruz, lo que produjo un cacerolazo que no termino sino hasta las 2am del 26N”.