Un partido joven con mucha historia

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Un día antes de cumplir 87 años, el Partido Comunista Colombiano clausuró con éxito, el XXII Congreso Nacional con la participación de 750 delegados nacionales y 26 de partidos hermanos de 16 países, incluyendo al Partido Comunista de Vietnam, del legendario Ho Chi Minh, el domingo 16 de julio pasado. Una fuerte ovación por la Declaración Política final al cierre de la máxima reunión de los comunistas colombianos, leída por Jaime Caycedo, Secretario General, fue cerrada con una gran ovación como reflejo de la satisfacción y la alegría de los centenares de delegados.

El Partido Comunista Colombiano, fundado el 17 de julio de 1930, en la Plaza de Bolívar de Bogotá, con la participación de obreros, artesanos, campesinos, estudiantes, intelectuales y personajes del ámbito cultural, es parte de la historia política y social del país. Cuenta con un acumulado histórico por sus importantes realizaciones, porque la actividad de los comunistas con las masas, abrió el camino para la construcción de los sindicatos y de la central sindical CTC que lideraron con los liberales hasta cuando fueron expulsados de ella por el sectarismo de los collarejos. Luego fundaron la CSTC y más adelante contribuyeron a la creación de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). También construyeron el movimiento agrario, que ha sido fundamental en las luchas del campo, por la reforma agraria y contra la violencia de los terratenientes, latifundistas y ganaderos, que apoyados en el poder dominante, impusieron la violencia en la “Colombia profunda”, que dio lugar a la resistencia armada campesina y al surgimiento del movimiento guerrillero que acaba de firmar el Acuerdo Final de La Habana con el actual gobierno.

La presencia de los comunistas también ha sido significativa en el movimiento cultural en todas sus expresiones, en la intelectualidad, en los académicos y profesionales, los jóvenes y estudiantes, las mujeres, los indígenas y los afrodescendientes. La huella del Partido Comunista es grande en las luchas sociales y populares. Una vida llena de logros y aciertos históricos, parte esencial e imborrable de la historia colombiana, que convirtió a los comunistas en protagonistas de los conflictos políticos, sociales y populares desde el siglo pasado. Nadie lo niega. Por supuesto también hay errores, que se reconocen en la posición autocrítica, como por ejemplo el no haber votado por Jorge Eliécer Gaitán en las elecciones de 1946 que permitieron el ascenso al poder de la dictadura conservadora de Mariano Ospina Pérez, que adelantó la política de sangre y fuego contra liberales y comunistas y en su cuatrienio fue el magnicidio de Gaitán y el estallido social que significó “El Bogotazo”.

El XXII Congreso del Partido Comunista Colombiano fue calificado de histórico, pues se realizó bajo la influencia del fresco Acuerdo de La Habana y sus efectos positivos para las luchas democráticas y sociales. “La consolidación de los avances derivados del acuerdo de paz es el reto más importante que enfrentan los sectores democráticos y revolucionarios de nuestro país en el presente, bajo el entendido que con lo acordado no se agota en todo caso el programa de aspiraciones para la transformación democrática de la sociedad colombiana”, dice con precisión la Declaración Política del congreso.

Sin embargo, sobresalieron otras decisiones importantes como la necesaria unidad de la izquierda, de sectores democráticos y progresistas, reflejada en el acto de instalación en el cual participaron importantes personalidades democráticas y de la izquierda colombiana. También se estableció el derrotero hacia la unidad de los comunistas, así como de las acciones políticas y de masas contra el neoliberalismo y la explotación de la oligarquía colombiana.

“La consolidación de los avances derivados del acuerdo de paz es el reto más importante que enfrentan los sectores democráticos y revolucionarios de nuestro país en el presente, bajo el entendido de que con lo acordado no se agota en todo caso el programa de aspiraciones para la transformación democrática de la sociedad colombiana” señala la Declaración Política. que deja en claro que no está cerrado el capítulo de lograr la victoria revolucionaria, por un nuevo poder popular de carácter socialista. Lo nuevo es que mejoran las condiciones políticas para estos logros, porque el poder sigue siendo burgúes y entregado a los intereses del gran capital y de las transnacionales. El Congreso expresó la solidaridad con Cuba y la República Bolivariana de Venezuela, así como con todos los países que adelantan procesos democráticos y progresistas o que enfrentan las agresiones del capital y de las políticas intervencionistas del imperialismo.

El XXII Congreso coloca a los comunistas en el centro del debate y de la lucha popular a nivel nacional, el nuevo Comité Central elegido tendrá que asegurar con toda la riqueza de sus cuadros, que el Partido Comunista Colombiano estará en el centro de las actividades políticas y de la lucha popular en el país. ¡Que de eso no quede la menor duda!