El barrismo social como una experiencia de transformación en Colombia
Yessica Cárdenas Arandia*
Como es costumbre en nuestro país, los medios de comunicación tienen una influencia fundamental en la construcción de opinión pública sobre ciertos temas. Para el caso de las barras de fútbol, el manejo mediático ha logrado posicionarlas como grupos violentos en una única visión que hasta la actualidad se sostiene.
Es preciso, sin embargo, poder aclarar algunos aspectos según diferentes estudios académicos y a partir de la experiencia de un trabajo con la barra tolimense Revolución Vinotinto Sur, RVS.
Un primer aspecto es que el origen de las barras de fútbol o “barras bravas” es polémico al no existir un punto en común sobre el mismo. Una conciliación en la historia atribuye sus inicios a una división de clases que se posicionó de las tribunas (generalmente ubicadas en la parte sur de los estadios) que ocupaban espectadores con el fin de distinguirse como clase trabajadora.
En segundo lugar, las barras de fútbol colombianas tienen diferentes orígenes que no necesariamente involucran la violencia.
Y en un tercer lugar, las barras de fútbol reconocen sus problemáticas y la necesidad de poder menguarlas desde hace muchos años, como también identifican problemas nacionales que impulsan su participación en procesos de defensa del territorio, en movilizaciones populares y espacios de unidad juvenil.
Pioneros en la visión de paz desde el barrismo
Es precisamente el desconocimiento de sus dinámicas internas lo que llama la atención. Para nuestro país, debería ser muy importante que las barras de fútbol nacionales cuenten con procesos de organización social y juvenil que han sido fundamentales, por ejemplo, para la construcción de la política nacional de convivencia en el fútbol, recogida en el “Plan decenal de seguridad, comodidad y convivencia en el fútbol 2014-2024”; así como lograr la conformación -en su momento- del Colectivo Barrista Colombiano, procesos e historia que Arroyo (2014) recoge en un estudio que nos permite acercarnos a experiencias, donde Colombia desde 2006 es pionera, las cuales están cambiando las prácticas de los barras de fútbol desde la organización juvenil y la visión de paz.
Un ejemplo de lo anterior, es la Fundación Juan Manuel Bermúdez Nieto, creada el 28 de septiembre de 2002 como un hecho de paz, después de que dos jóvenes barristas de fútbol fueran asesinados, Juan Manuel Bermúdez Nieto, estudiante de sexto semestre de Ingeniería Civil y Alex Julián Gómez Ramírez, estudiante de Sociología de la Universidad Nacional, ambos pertenecientes a la Barra Disturbio Rojo de Bogotá, seguidora del América de Cali (Arroyo, 2014). A partir de ese momento, las barras de fútbol empiezan a integrarse y a su vez, a integrar procesos institucionales que buscaban políticas para la convivencia en el fútbol.
Lo anterior significó un esfuerzo por desligarse de orgullos y del entramado de competencia y rivalidad que fundamenta las identidades barristas de acuerdo a los equipos que se siguen, obteniendo espacios fundamentales como los pactos nacionales de paz que desde 2006 hasta hoy se impulsan.
El barrismo social: un movimiento transformador
También se llevaron a cabo procesos sociales que se enmarcan dentro de un movimiento novedoso que ha cambiado la visión de las barras y que tiene toda la capacidad para realizar una gran trasformación: el barrismo social.
Un ejemplo de estas prácticas cambiantes puede verse en el caso de la RVS, barra de fútbol del Deportes Tolima (campeón actual de la Liga Águila), cuyos jóvenes barristas desde 2013 han decidido unirse al fenómeno del barrismo social, al crear la Fundación Semillas Corazón de Oro. Desde esta fundación se impulsan, entre muchas actividades de carácter social, la entrega de regalos en navidad y de útiles escolares, escuelas de hinchas, campeonatos comunales, una escuela musical que pretende reforzar el papel de la banda instrumental que “alimenta el aguante” en la tribuna, y acciones de movilización como la participación en las Marchas Carnavales contra la explotación minera a gran escala y contra el fracking.
La RVS y la Fundación han logrado diferentes reconocimientos a nivel regional por sus acciones y liderazgo juvenil, pero también un proceso de resignificación de sus prácticas y visión del aguante barrista, ya no como un acto que reproduce acciones violentas, sino como un hecho de organización, de humanización y socialización con otras barras de fútbol, y con procesos sociales y populares.
El barrismo social es una iniciativa de la cual Colombia es pionera y ejemplo para algunas barras de Latinoamérica, así lo manifiestan los mismos barristas quienes le apuestan a una transformación real, a un trabajo con la comunidad para quitarse estigmas y prejuicios. El establecimiento peca por desconocer estos procesos y la comunidad por marginar en lugar de incluir. Para el caso de la RVS en Ibagué, la Alcaldía municipal ha adelantado un proceso de inclusión a partir de algunos programas como los “gestores de paz”.
Sin embargo, a nivel nacional el Colectivo Barrista dejó de funcionar y algunos procesos están aislados de otros, la violencia no se acaba del todo y en los estadios se puede ver que aún hay jóvenes que confunden el aguante y el barrismo, con delincuencia y psicoactivos.
Existe entonces la necesidad de un llamado para no dejar apagar la llama del Barrismo Social, a reconocer y exaltar su capacidad transformadora, así como acercar estos procesos sociales y juveniles a otros procesos de organización y cambio, pues es sumando por la esperanza, la paz y por un país mejor como serán efectivos todos nuestros esfuerzos.
* Socióloga Universidad del Tolima, militante de la JUCO local Camilo Alberto Zuluaga.
Referentes bibliográficos
- ARROYO (2014). “Barrismo social y colectivo barrista colombiano: los antecedentes del diseño de una política pública”. U. del Valle. Cali, Valle del Cauca.
- CERAC (2009). “Las barras de fútbol en Colombia: Balance de la producción académica y algunas reflexiones sobre su cubrimiento periodístico, programas y normatividad (2000-2008)”. U. Nacional. Bogotá D.C.
- ELÍAS (1992). “Deporte y ocio en el proceso de Civilización”. Fondo de Cultura Económica. México D.F.
- “Plan Decenal de Seguridad, comodidad, convivencia en el futbol 2014-2024”. Bogotá D.C.
• OSPINA & CÁRDENAS (2017). “Pasión y aguante: prácticas culturales e identidad en la experiencia de la RVS en Ibagué”. Universidad del Tolima.
