Patricio Echegaray, un internacionalista

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Patricio Echegaray con el comandante en jefe Fidel Castro.

Carlos A. Lozano Guillén

Patricio Echegaray, presidente del Partido Comunista de la Argentina y exsecretario general del mismo durante varios años, falleció el 8 de agosto pasado, en Buenos Aires, tras padecer un cáncer que lo afectó en los últimos años y “contra el cual peleó con firmeza hasta el último momento”, como dice el comunicado del PCA. En el mismo se afirma que “la vida de Patricio ha sido una de entrega y compromiso con el horizonte revolucionario para nuestro país y el mundo”.

En la Argentina, como en países de América Latina y de otros continentes, partidos y dirigentes gubernamentales, lamentaron el fallecimiento de una extraordinaria personalidad del comunismo a nivel internacional y nacional. Patricio fue un internacionalista que promovió la solidaridad antiimperialista y un ideólogo y constructor del Partido Comunista en su país. Fue un batallador por la democracia y el socialismo, víctima de las dictaduras que lo persiguieron y le aplicaron la ley anticomunista bajo la cual lo condenaron en dos ocasiones. El delito: defender los intereses de los trabajadores y los derechos humanos en un país en donde los militares los violaban a granel.

Patricio Echegaray fue uno de los imprescindibles, aquellos que promueven la acción de los comunistas en todas las condiciones y circunstancias de riesgo, entendiendo que la ideología revolucionaria es indestructible y factor de movilización de las masas populares. Son los constructores del partido revolucionario y de la unidad ´popular.

Había nacido en la provincia de San Juan, el 17 de octubre de 1946. Era maestro y dirigente sindical, vinculado a la CGT. Muy joven ingresó a la Federación Juvenil Comunista de la Argentina (“FEDE”) de la cual fue Secretario General. Después asumiría al final de la década de los años 80, la Secretaría General del Partido Comunista de la Argentina. Su persistente trabajo por la convergencia de la fuerzas de izquierda lo llevaron a ocupar posición en la asamblea legislativa.

Solidario con Colombia

Era un ferviente internacionalista que se interesó por las causas de la lucha armada en Colombia y respaldó los esfuerzos de los comunistas colombianos por la solución política dialogada del conflicto. Eso lo llevó, inclusive, a correr los riegos que implicaba la visita al comandante en Jefe de las FARC-EP, Manuel Marulanda Vélez, en sus campamentos de las montañas de Colombia. Le realizó una interesante entrevista periodística al comandante Marulanda, de amplia divulgación internacional, sobre las razones de la lucha guerrillera y de las condiciones para abrir el camino de un acuerdo de paz democrática y de justicia social.

Un buen amigo

A Patricio, a la sazón dirigente de la FEDE, lo conocí desde 1975 cuando me encontraba en Budapest, República Socialista de Hungría, vinculado al Buró permanente de la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD). Estuvo en ese mismo año en el Congreso de la JUCO en Bogotá. Desde entonces cultivamos una estrecha amistad a pesar de la distancia geográfica. Las dos últimas veces que nos encontramos, conversamos en extenso sobre la situación colombiana, estaba preocupado por la guerra sucia y la guerra uribista de la llamada seguridad democrática. En Caracas coincidimos en un Foro Internacional, organizado por el gobierno de Hugo Chávez y luego, el último encuentro, en Buenos Aires, en el Foro por el Acuerdo Humanitario en Colombia, auspiciado por el gobierno de Cristina Kirtchner. Conversamos, Gloria Inés Ramírez y el autor de esta nota, con Patricio y otros dirigentes del PCA, degustando un asado argentino y un exquisito vino tinto. Fue una agradable velada en la que se reafirmó la estrecha amistad y la mutua solidaridad entre los dos partidos hermanos.

Cuando Gorbachov planteó la perestroika, Echegaray no ocultó su inquietud hacia dónde podía llevar el socialismo de la URSS y de la comunidad socialista semejante propuesta que calificó de equivocada. Fui testigo de una conversación suya con el camarada Gilberto Vieira en Moscú en donde dijo cosas que entonces parecían temerarias, pero que hoy no vacilo en decir que fueron premonitorias si se permite la expresión.

La desaparición física de Patricio Echegaray es una pérdida para los comunistas argentinos, latinoamericanos y de todos los países.

@carloslozanogui