Aunque el personal de la salud ha mantenido protestas desde el inicio de la pandemia, otros sectores se han ido sumando para rechazar el autoritarismo gubernamental y exigir condiciones de bioseguridad para la reapertura de escuelas y colegios
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
Ni en la más completa cuarentena obligatoria que vive el país producto de la pandemia de coronavirus, los trabajadores dejaron de protestar en las calles o con mítines frente a las instituciones para las que laboran.
Así se ha visto con el personal de la salud a quien la crisis generada por la covid-19 develó sus pésimas condiciones laborales. Desde contratos de prestación de servicios, falta de elementos de protección personal, persecución sindical, acoso y bajos salarios, hasta deudas de sus mesadas por más de un año fueron de conocimiento público en los últimos meses. No obstante, la situación lleva décadas.
Esa problemática produjo que, sumado al desdén del Gobierno nacional con ellos, protestaran en sus instituciones médicas y frente a la sede del Ministerio de Trabajo en Bogotá como lo han hecho los jueves desde hace varias semanas.
Pero no solo los profesionales de la salud han protestado por su situación y las promesas gubernamentales incumplidas. En la medida que el Gobierno nacional ha permitido el funcionamiento de algunos sectores de la economía, trabajadores estatales, de la industria del petróleo, el magisterio, de teléfonos, entre otros, también han ido protagonizando mítines frente a ministerios como los de Trabajo y Educación, aunque también frente a gobernaciones y alcaldías.
Fue así que, el pasado 4 de junio en varias ciudades del país como Neiva, Barranquilla, Cartagena, Bogotá, Sincelejo, Medellín e Ibagué, y con protocolos de bioseguridad como tapabocas y distanciamiento social, además de concentraciones de máximo 50 personas, organizaciones sindicales se manifestaron.
Exigieron recursos para la salud, renta básica para alimentación y subsistencia, respeto a la estabilidad laboral, derechos laborales, acuerdos convencionales, pago pleno y cumplido de la prima semestral, rechazo a la reforma laboral y pensional, rechazo a las medidas del Gobierno en la cuarentena. Además, asumir plenamente los costos de la crisis ubicando recursos de las reservas internacionales, la deuda externa, el Banco de la República y emisión monetaria, entre otros.
En los plantones, con megáfono en mano, los manifestantes también rechazaron un mayor endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, FMI, y otros organismos multilaterales; exigieron respeto por la vida y la paz; rechazaron la violencia, la represión y asesinato de líderes y lideresas sociales; y se mostraron contrarios a la presencia de militares estadounidenses en territorio colombiano.
Escuelas, aún no listas
Los profesores de preescolar, primaria y secundaria también fueron protagonistas de las manifestaciones del pasado jueves 4, y dicen que se seguirán movilizando porque: “Rechazamos las políticas del Gobierno de Duque, todo lo que es la reforma pensional y laboral, que las hacen aprovechando el covid-19. Marchamos contra lo que ha dicho el Ministerio de Educación Nacional de iniciar clases el primero de agosto porque creemos que es un atentado contra los estudiantes y contra los padres de familia, porque no hay las condiciones en bioseguridad. No hay ni siquiera lo que dice la OMS”, explicó William Agudelo, presidente de la Asociación Distrital de Educadores de Bogotá, ADE.
El docente y dirigente sindical dijo que la Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda que para retomar labores escolares es necesario que la curva de contagio haya bajado y que el mismo gobierno ha dicho que el pico de esta llegará en agosto, justo cuando piensan retomar actividades escolares.
“La OMS pide división de grupos, que sean máximo 15 estudiantes por curso, y actualmente hay hasta 40, lo que significa que debe aumentar la planta docente. Que haya medidas de salud como una enfermera”, anota Agudelo.
Dentro de las consideraciones que hace la OMS en el documento intitulado Directrices para la Prevención y el control del covid-19 en las Escuelas para el Personal de la Educación, se pide, entre otras cosas, comprobar que haya agua limpia y jabón disponible en las estaciones de lavado de manos adaptadas a la edad; animar a los estudiantes a lavarse las manos adecuadamente y con frecuencia (durante, al menos, 20 segundos); poner desinfectantes de manos en los aseos, las clases, los pasillos y cerca de las salidas, en la medida de lo posible y asegurarse de que hay aseos o retretes adecuados, limpios y separados para las niñas y los niños y que haya una distancia segura entre ellos.
Según los docentes, estas condiciones no existen en la gran mayoría de instituciones públicas del país. “Debe haber personal de aseo que esté desinfectando los pupitres, baños, salones, patios; tener un aparato de control de temperatura a diario, debe haber personal de enfermería; las rutas escolares deben tener un protocolo. Si no, va a pasar como en Francia e Israel que abrieron los colegios y a la semana tuvieron que cerrarlos nuevamente. No se puede hacer lo que hace Claudia López, que cuando el contagio está alto manda a abrir centros comerciales”, expresa el profesor Agudelo.
Al preguntársele acerca de la adecuación que debe hacer el Gobierno nacional para las escuelas y colegios, responde argumentando que el Ministerio de Educación envía los protocolos a las secretarías de educación, que a su vez los envían a los rectores, estos a los maestros para ser enviados a estudiantes quienes finalmente trasladan la responsabilidad a los padres de familia.
“El Gobierno no ha dicho, ‘Vamos a dar tanta plata a las entidades territoriales para que implementen esos planes’, no. Simplemente, cada entidad territorial debe ver cómo resuelve”, concluye William Agudelo.
Las movilizaciones seguirán
Por otra parte, la CUT sigue sosteniendo que es grave que el gobierno mantenga la conducta de no apropiar los recursos de capital suficientes para salvar el empleo, salvar las empresas y garantizar la comida de la gente, “esa es la renta básica que se está planteando en el Congreso de la República”.
A manera de balance y en felicitación a los participantes, Diógenes Orjuela, presidente de la CUT, dijo que las movilizaciones seguirán y son la respuesta a todas las medidas y políticas aplicadas por el Gobierno en el contexto de la pandemia. “Es una respuesta a esas medidas, muchas de tipo laboral, muchas de afectación a los trabajadores, muchas que legalizaron millones de despidos. Es la protesta contra el asesinato de líderes sociales y por la violación a la soberanía nacional por la presencia de tropas norteamericanas”.
Asimismo, se manifestaron y manifestarán para exigir la salvación de las micro, pequeñas y medianas empresas en las que el Gobierno debe asumir las responsabilidades laborales.
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