
8,5 billones de pesos les adeudan las EPS a clínicas y hospitales, y con los anuncios del nuevo Presidente de la República, Iván Duque, no se prevén soluciones a la crisis del sistema, por lo contrario, esta se agudizará
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
“Esa Colombia de equidad también es la Colombia de la reforma a la salud. Se van a acabar los abusos de las EPS. Se van a acabar los abusos de los que han querido esquilmar cada manejo de medicamentos.
“Vamos a despolitizar los hospitales públicos, a hacer el saneamiento financiero del sistema de salud, y óiganlo bien, vamos a hacer de la prevención, de la promoción y del paciente, el objetivo de un sistema de salud pensando en la equidad colectiva”, dijo con vehemencia el presidente de la República, Iván Duque, en su discurso de posesión el pasado 7 de agosto, en Bogotá.
A primera vista y al oído de los colombianos, estas palabras generan esperanza en cuanto a la mejora de los servicios que reciben, o a la terminación de los abusos de las EPS con la salud y la vida de millones de ciudadanos.
No obstante, la política económica que se desarrollará durante su mandato significa la continuidad de los anteriores gobiernos, es decir, esta se circunscribe en el contexto de las exigencias de la banca internacional, o de los intereses económicos del gran capital nacional y extranjero.
Más de lo mismo
VOZ habló con el galeno Sergio Isaza, de la Federación Médica Colombiana, y con el presidente de la Asociación Nacional Sindical de Trabajadores de Clínicas y Hospitales de Colombia, Anthoc, Yesid Camacho, para conocer sus apreciaciones acerca de lo que viene en materia de salud. Ambos coinciden en la continuidad y hasta en el agravamiento de lo existente.
“Sigue lo mismo. El sistema de intermediación financiera se mantiene. Y eso de poner en cintura a las EPS lo han dicho todos, hasta Gaviria, pero todo sigue igual, es una estrategia política. Las expectativas sobre mejoramiento las veo nulas. Con lo que dice Duque no habrá cambios”, dice Sergio Isaza.

Sin embargo, para el médico, poner en cintura a las EPS significaría la liquidación de las que hay que liquidar; y sancionar a las que han incurrido en delitos de fraude y favorecimiento de la crisis de la red hospitalaria del sistema público.
“Si ponen en cintura a algunas, y dejan funcionando a las mejores, unas ocho o diez, estas cobrarán los recursos de administración, y con la permisividad de la integración vertical la ganancia será mayor porque son dueños de hospitales, clínicas y centros diagnósticos. Habrá ganancias por punta y punta, porque el sistema tiene unos médicos generales con una baja capacidad de definición de problemas, quienes tienen que remitir a los pacientes, lo que significa laboratorios, ¿quién los hace? Las IPS, ¿quién los cobra? Las IPS al sistema. ¿De quién son esas IPS? En un 70% de las mismas EPS. Ese es el carrusel que no cambiará con Duque, y si eso no cambia la salud no mejorará”, argumenta el médico consultado.
Con el documento en mano, “Salud y compromisos con la salud”, hoja de ruta del actual Gobierno en este tema, este profesional cree que tampoco hay propuestas serias con respecto a atención primaria para prevenir la enfermedad y promover la salud.
Los trabajadores en el sistema
Por su parte, y desde el punto de vista de los trabajadores de la salud organizados sindicalmente, Yesid Camacho de Anthoc, dice que no se hace ilusiones con el Gobierno Duque porque desde su campaña el actual Presidente planteó desarrollar una ley de punto final.
“Las leyes de punto final generalmente se dan en las guerras y son para determinar perdón y olvido. Entonces, lo que se busca es perdonar las deudas de las EPS, y no se sabe quién las asumirá; las de las liquidadas y las activas, pero sin patrimonio para responder. Esa discusión la dimos en la feria por la salud realizada por la Asociación de Clínicas y Hospitales, quien dice que la deuda de las EPS con los hospitales y clínicas asciende a 8,5 billones de pesos; aunque las EPS dicen que solo son 5,5, y el Gobierno dice que son 2,5”, anota el dirigente sindical de Anthoc.

Las EPS reconocen más deuda, si bien se parte de que la deuda de las liquidadas es impagable. Es decir, son dineros perdidos por los hospitales y clínicas privados y públicos de todo el país. “El Gobierno tendrá que ver cómo resuelve esos tres billones porque todas las que se liquidaron fue en manos del gobierno, intervenidas por la Supersalud”.
El otro inconveniente identificado por Camacho son los 10 años de plazo que les dan a las EPS para pagar, con lo cual concluye que hospitales y clínicas se afectarán más, con las consabidas consecuencias sobre la población.
Acerca de las relaciones laborales en el actual contexto y con base en lo proyectado, Yesid Camacho explica que aunque el Presidente de la República ha dicho que se formalizará, el concepto que el Gobierno tiene de esa relación laboral, dista mucho de lo requerido para obtener dignidad laboral y prestar mejores servicios a los usuarios: “Dice que hay que dar contratos escasamente con el salario mínimo o un salario miserable y que el trabajador pague su seguridad social. Eso es un trabajo formal para ellos. Pero nosotros seguimos con el mismo problema, 240 mil trabajadores tercerizados de los hospitales públicos y más de 400 mil en los privados”.
Según el líder sindical, los trabajadores de la salud en Colombia son los únicos empleados públicos del mundo que tienen que facturar su propio salario y a quienes el Estado no se los garantiza por prestar un servicio público esencial. “Somos públicos pa’ todo, nos prohíben la huelga, nos prohíben todo, pero el Estado no nos garantiza el salario. Tenemos que facturarlo para poder comer. Somos el sector más informalizado del país, solo el 20% está formalizado, con precarias condiciones, al punto que en los últimos 10 años el salario de nosotros se deterioró en más del 60%”.
Yesid explica que hay dinero suficiente en el sistema, 50 billones, pero que de entrada las EPS se quedan con el 10% por administración, más otro 10% para promoción y prevención que no hacen. De esta manera, se apropian de esos recursos, más lo que no pagan de los contratos con los hospitales
Ante este panorama, diferentes organizaciones del Movimiento Nacional por la Salud, convocarán un congreso nacional que no será desarrollado en un evento, sino en reuniones locales y regionales con participación de trabajadores de la salud, pacientes, estudiantes, y comunidades en general. Estos encuentros se realizarán en los primeros meses del próximo año, en los que se discutirá el tema del saqueo del sistema por arte de las EPS y las alternativas para la construcción de un sistema que garantice el servicio como derecho público y no como mercancía, como lo estipula el Estatuto de la Salud que aún no se cumple.