Persiste la desigualdad

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José Ramón Llanos

Una de las características distintivas del capitalismo es su condición de generador de desigualdad, el crecimiento de este modo de producción y su generación de riqueza tiene como fundamento la explotación de la fuerza de trabajo ajena. Fuerza de trabajo que produce una gran riqueza y que solamente recibe una pequeña porción de la riqueza producida. Anualmente la organización Oxfam nos presenta las cifras que muestran como se incrementa la concentración de la riqueza, el informe del año 2018 muestra que el 1 por ciento de la población concentra el 82 por ciento de la riqueza creada el año pasado; el 50 por ciento más pobre no recibe nada de esta riqueza creada.

En América Latina y el Caribe, el 10 por ciento más rico concentra el 68 por ciento de la riqueza total; el 50 por ciento más pobre solo recibe el 3.5 por ciento de la riqueza.  En este caso estamos hablando de una desigualdad que solo es eliminada mediante la superación del capitalismo, pero sucede que hay otras formas de desigualdad que son superables mediante la lucha de los afectados y por la acción de los gobiernos, impuesta por las Naciones Unidas, en el caso de América Latina, mediante los estudios y los distintos debates de los investigadores en encuentros y seminarios auspiciados por la Cepal. Por supuesto, el mayor aporte de esta lucha la desarrollan las mujeres valerosas que han enfrentado la más larga y estúpida discriminación estimulada por los esclavistas, inicialmente, los latifundistas y la burguesía.

Las desigualdades de las afrodescendientes

En esta ocasión, con motivo de la celebración del día de la mujer, analizaremos las formas de discriminación que afectan a las mujeres afrodescendientes en el entorno de América Latina y el Caribe que las condenan a múltiples formas de desigualdad. Debemos destacar que la categoría afrodescendiente tiene otras valencias distintas a la de negra y negro, según destaca la investigadora Rosa Campoalegre Septien: “la categoría afrodescendiente, deconstruye el término colonial negro(a) por un sujeto político en resistencia, sujeto pleno de derechos y no solo victimizado. Esto significa que la mujer afrodescendiente, está más habilitada y mejor empoderada para continuar la lucha para lograr “la autonomía económica, física y en la toma de decisiones…”1

Dada la importancia y las implicaciones que tiene la cuestión económica en la vida de los seres humanos y especialmente los marginados, dado lo limitado del espacio, solamente nos dedicaremos a dilucidar el problema de la autonomía económica de las mujeres afrodescendientes.

Invisibilización estadística

Como afirman los investigadores de la problemática de las afrodescendientes, una de las primeras formas de discriminar a esta etnia fue la invisibilización estadística, carencia que ha sido  enmendada en los últimos veinte años, gracias a la labor desarrollada por la Cepal. Una mirada general sobre la situación de la desigualdad en América Latina y el Caribe, nos presenta el siguiente resultado: el número de pobres es de 186 millones, es decir el 30,7 por ciento de la población total e indigencia representa el 10 por ciento de la población, o sea 61 millones de personas, según estadísticas de la Cepal.

Al estudiar la situación de los afrodescendientes en los países de nuestro continente que presentan estadística, encontramos lo siguiente; la pobreza de esta etnia representa el 42 por ciento de la población total; en Brasil las mujeres negras solo recibían el 40 por ciento del salario que recibían los hombres blancos en al año 2015. El porcentaje de la población negra más pobre de Brasil pasó de representar el 73.2 por ciento en 2004 al 76 por ciento en el año 2014.

En Colombia los hogares negros más pobres representan el 51 por ciento del total de hogares de esta etnia:2 El estudio citado presenta estadísticas de las ciudades de Cali y Cartagena, municipios de alta concentración de negros, allí la situación es la siguiente: funcionarias negras de alto rango, apenan ganan el 25 por ciento de sus colegas no afrocolombianas que laboran en esta ciudad. En Cali los profesionales afrodescendientes perciben el 50 por ciento del salario de funcionarias de otras etnias.

El mercado del trabajo de las afrodescendientes

La expresión de la desigualdad económica está directamente ligada a las oportunidades del empleo y a su nivel salarial, así como a su condición de informalidad o de formalidad, por esta razón nos parece importante presentar los datos sobre el nivel de participación de las afrodescendientes en el mercado del trabajo.

Otra vez tenemos que decir que infortunadamente contamos con muy escasa información sobre la participación de las afrodescendientes en el mercado laboral. En este caso, en Argentina, en Brasil y Uruguay, las mujeres de esta raza representan el doble de los desempleados de otras etnias.

El otro problema que afecta negativamente el desempeño laboral de las mujeres y hombres afrodescendientes, tiene que ver con la caracterización que se hace de las aptitudes de los hombres y mujeres afrodescendientes desde la perspectiva burguesa, es casi una extrapolación del imaginario de los esclavistas latinoamericanos del siglo XIX: “los afrodescendientes solo son “capaces” de desempeñar actividades físicas, cuya “labor es la de servir y cuidar a los blancos”3. Esa mentalidad discriminadora y lesiva del hombre y de la mujer afrodescendiente, infortunadamente se refleja en las oportunidades que se les ofrece a esta etnia en el mercado del trabajo, como veremos a continuación.

Los cuatro países que tienen estadísticas sobre la mujer afrodescendiente en el mercado del trabajo, presentan estas cifras: en Brasil, el 72 por ciento trabajan en actividades manuales; en Costa Rica, el 66.7 desempeñan estas actividades; en Honduras, el 69.2 por ciento; en el Ecuador son el 80.3 por ciento.

Todas las cifras y el contenido textual de este artículo señalan que a pesar de la lucha de las mujeres, y especialmente de las afrodescendientes, todavía queda mucho camino por recorrer para que la equidad y plena valoración de la mujer sea plenamente reconocida. Este 8 de marzo mujeres y hombres progresistas y revolucionarios, tenemos que comprometernos a elevar el nivel de las lides para lograr el total reconocimiento de la igualdad de las mujeres con los hombres.

1 Cepal. Mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe: deudas de igualdad. p.20.

2 Comisión de Estudio Plan Nacional de Desarrollo Comunidades Afrocolombianas, Negras Raizales y Palenqueras 2010-2014. Bogotá. 2014.

3 Defensoría del Pueblo de Ecuador. El pueblo afrodescendiente en el Ecuador. Quito, noviembre 2012.