Perú: Cesó la horrible espera

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Pedro Castillo

José Ramón Llanos

“Una vez más los grupos de poder, el económico en particular, quieren gobernar sin haber ganado las elecciones”.

Estas palabras de Verónika Mendoza excandidata presidencial del partido Nuevo Perú, expresadas a un periodista del diario La República, permiten entender el panorama postelectoral de Perú e iluminan un poco la complicada historia de los últimos ocho años de la nación suramericana.

Uno de los componentes de la crisis política económica es la gran corrupción de la clase dirigente expresada en la gran cantidad de expresidentes condenados, incluso uno que se suicidó para eludir la prisión. En los últimos cuatro años han sido destituidos cuatro presidentes. Pocos países en el mundo han presentado tanta inestabilidad política como Perú.

Otra expresión de la crisis política peruana es la precariedad de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, ONEP, organismo responsable de organizar las elecciones presidenciales y parlamentarias.

Los embrollos de Keiko Fujimori

Después de muchas leguleyadas, embrollos y escandalosas marchas violentas con atropellos contra ministros, periodistas e instituciones relacionadas con los procesos electorales, Keiko Fujimori perdió hasta el apoyo de los sectores decentes de su partido. Ahora a 10 días de la posesión del presidente hizo su último intento de enredar la proclamación de Pedro Castillo como ganador de la segunda vuelta electoral que define la presidencia de la república. Hasta La Primera, un periódico relativamente objetivo, el día 18 de julio en noticia relacionada con los vericuetos electorales tituló: “El país no puede parar por los caprichos fujimoristas”.

Se debe aclarar que no son caprichos, son acciones que hacen parte de un plan dilatorio que tiene la finalidad de crear un caos que justifique y facilite un golpe militar. Esta táctica se complementa con los llamados a desconocer las elecciones y tomarse el Palacio Presidencial, capturar al presidente y llamar a nuevas elecciones. La táctica dilatoria ha sido efectiva, estamos a ocho días de la posesión presidencial y el candidato ganador de las elecciones ni siquiera ha podido conformar gabinete porque ese proceso no es posible mientras el documento que lo acredita como mandatario no le haya sido entregada.

El periódico El Comercio define muy bien las trampas que le tendieron al procesamiento de los datos electorales para robarle el triunfo a Pedro Castillo. El diario dice lo siguiente: “Pero nunca en toda la historia de la República se había desarrollado un operativo de desprestigio de un proceso electoral, de los organismos electorales y contra quienes cuestionaban esos argumentos, contando con la venia de la mayoría de los medios de comunicación, ofreciendo una enorme cobertura nunca antes vista”.

Los golpistas a la expectativa

En cuanto a la ejecución del golpe de estado se debe tener en cuenta que quienes lo están exigiendo son militares retirados y algunos empresarios. Estos anuncios fueron acompañados con marchas de militares retirados, conocidos golpistas y beneficiarios de la dictadura de Fujimori y amigos de Montesinos, quien paga una condena de 25 años y ha financiado las movilizaciones fujimoristas que se han realizado en los últimos días en Perú.

Hay algo que Keiko Fujimori no comenta, es que aparte de su motivación ideológica por gobernar a Perú tiene otro interés muy personal para llegar a la presidencia vía electoral o mediante un golpe de Estado que instale en la presidencia a ella o a una persona de su misma ideología.

La cuestión es sencilla si no obtiene alguno de estos dos objetivos pasará de la calle a la cárcel. Lo que sucede es que el mes pasado el fiscal José Domingo Pérez definió que ella incumplió la prohibición de comunicarse con los testigos comprometidos con un caso judicial que afecta a Fujimori. Efectivamente, en una conferencia de prensa mantuvo diálogos con Miguel Torres quien es testigo en un proceso en que está implicada Keiko Fujimori. Por esa razón el fiscal Domingo Pérez ordenó la detención de la candidata de Fuerza Perú. Como ya está definida su derrota electoral frente a Pedro Castillo ella pasará de la agitación política a la tranquilidad de una prisión.

Las propuestas de Pedro Castillo

La antítesis del lenguaje agresivo y provocador de Keiko Fujimori es el utilizado por el presidente electo Pedro Castillo, las declaraciones recogidas por la prensa peruana, aun la opuesta a su partido y al programa propuesto por él, lo identifican como un político de lenguaje mesurado, dispuesto a realizar sus promesas de campaña. Muchos comentaristas están tratando de vender la idea que es aventurado y riesgoso el propósito de hacer una nueva Constitución.

Frente a estos intentos de desorientar al presidente electo y a los dirigentes de su partido él ha respondido reafirmando su propuesta de una nueva Constitución. Según el diario La República, Castillo afirma que la reforma constitucional debe tener en cuenta que “El Perú del Bicentenario merece una Constitución forjada desde el diálogo, la conciliación y el compromiso con la dignidad de todos”. Agrega Castillo, según el mismo medio, que la reforma debe ser “aprobada en democracia, sin amenazas golpistas: de esta manera avanzaremos seguros dentro del cauce democrático para terminar con la histórica discriminación que sufren nuestros pueblos andinos, amazónicos, afrodescendientes y nuestras poblaciones vulnerables”.

El mismo diario agrega que Castillo opina que su gobierno “priorizará un crecimiento que no se aparte del desarrollo social y de la reconquista de derechos laborales, ecológicos, sociales y económicos”.

Que el presidente electo está decidido a cumplirle a los pueblos originarios lo demuestra el hecho de que no solo mantiene diálogos con los pueblos andinos peruanos, sino que además nombró a Ciro Gálvez del Partido Renacimiento Unido Nacional como su vocero ante estas comunidades para que escuche sus inquietudes y opiniones sobre el programa que desarrollará durante el ejercicio de su mandato presidencial.

La justicia cojea, pero llega

A pesar de los innumerables recursos que interpusieron los abogados de la candidata Keiko Fujimori la verdad de lo acontecido en el proceso electoral le fueron cerrando las opciones de manipulación para impedir que se hiciera a tiempo la proclamación del candidato ganador Pedro Castillo. El penúltimo golpe a las ilegítimas pretensiones del fujimorismo se lo propinó el Jurado Nacional de Elecciones, JNE que culminó la revisión de las 270 impugnaciones de actas que recurrió Fuerza Popular, y el viernes 16 de julio a las 8 de la noche, cuando se cumplía el plazo de tres días hábiles para presentar los recursos de nulidad contra las actas del Jurado Electoral Especial, todas le fueron negadas.

El JNE el domingo 18 de julio puso fin a la larga espera, ratificó los resultados electorales ya conocidos, el candidato ganó las elecciones, con 8.836.380 votos, el 50,12 por ciento y Keiko Fujimori de Fuerza Popular obtuvo 8.792.117, el 49,87 por ciento de los sufragios. El martes 20 se hizó la proclamación oficial de Pedro Castillo como Presidente de la República.