Pétalos rojos para el Mono

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Víctor Julio Suárez y Carlos Lozada en el acto de memoria por Jorge Briceño.

Homenaje al comandante Jorge Briceño. El odio aún copa los titulares de la gran prensa

Redacción Política

Desde que se conoció la convocatoria para el homenaje a la memoria del comandante Jorge Briceño, en el cementerio donde reposan sus restos mortales, la derecha colombiana encendió la polémica, intentando hasta cerrar el cementerio ese día para impedir que el partido de las FARC y su militancia pudieran evocar la memoria de un dirigente político y militar.

Jorge Briceño fue asesinado en la operación Sodoma, el 22 de septiembre del año 2010. Una guerrillera que fue testigo de las 70 toneladas de bombas que cayeron sobre su campamiento le dijo a VOZ: “la tierra se voltió después de que cayeron las bombas, el ataque fue en la noche y parecía que fuera de día por el fuego que soportamos”. En medio del ataque implacable, el comandante Jorge Briceño, ordenó que sacaran primero su tropa antes que proteger su vida.

El pasado 22 de septiembre sus compañeros del Bloque Oriental de las FARC-EP, amigos y militantes farianos le llevaron rosas y música al cementerio El Apogeo para según ellos, entregarle “parte sin novedad” y reafirmar el compromiso que su comandante les había dejado: trabajar sin descanso por la paz de Colombia.

“Tan solo siete años; y ya te levantas hecho pueblo, hecho canción, hecho memoria. Ya no habrá un solo relato de la historia. Silenciado el rugir de los fusiles, comienza a escucharse la voz de los humildes, y a desmoronarse la versión maniquea del conflicto. Te querían sepultado para siempre, lejos del recuerdo de tu pueblo. Por eso, les molesta vernos llegar hasta aquí: decenas de pétalos rojos que se juntan, para formar la más bella rosa, que jamás hubiese brotado en el fértil suelo de Colombia”, fue el mensaje de la dirección nacional de las FARC, en voz de Carlos Antonio Lozada.

La derecha condenó el homenaje en memoria de Briceño, mientras que sectores políticos que han trabajo por la paz y la implementación de los acuerdos coinciden en que es necesario respetar el duelo de una de las partes que firmó los acuerdos. Para el dirigente de la Unión Patriótica Gabriel Becerra, el homenaje hace parte de las acciones que el país debe emprender para la reconciliación nacional. “Al país no lo pueden seguir conduciendo por el camino de los odios y las disputas. Debemos entender que existen otros relatos y que la memoria y la reconciliación son necesarias para no repetir la historia”, indicó.

En los mentideros políticos recordaron la doble moral de la dirigencia colombiana, que se evidencia, por una parte con los actos políticos, pletóricos de aplausos en pleno Congreso de la República a los integrantes del paramilitarismo en Colombia, y por otro lado, así como los homenajes en el Hotel Tequendama, al condenado por delitos de lesa humanidad, el general Rito Alejo del Río.

Lo que deja en claro el sistemático ataque al homenaje del excomandante fariano, es el tratamiento mediático que aún sigue considerando a las FARC como actor militar, cerrando así las posibilidades de conducir al país a un tiempo de reconciliación. En la firma del acuerdo de paz, el gobierno nacional le reconoció a la insurgencia que no fueron derrotados militarmente y que eso se le atribuye a sentarse a buscar una salida política al conflicto. Son tiempos de reconocer que el país vive un momento histórico y que actos como el luto que viven las FARC son un derecho.