
En la región Caribe se uniformó la política por cuenta de la desaparición de las fronteras ideológicas, propuestas programáticas o aspiraciones militantes desconectadas de sus jefes. Radiografía de la corrupción en el territorio
Alfonso Camerano Cifuentes
El proyecto político del clan Char, dirigido por el exitoso empresario, Fuad Ricardo Char, no sólo es tomar la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico, con todos sus municipios, incluyendo concejos y Asamblea, sino multiplicar ese propósito en el resto de departamentos del Caribe colombiano y “financiar” a más de un aspirante del país andino.
Fuad tiene a sus pies a César Gaviria, y su partido, con senador y todo, haciéndole desistir de sus candidatos Lemus y Galán a la Gobernación, para apoyar a Elsa Noguera, quien está inhabilitada; a Álvaro Uribe Vélez y su partido Centro Democrático, con quien se reúne cada vez que relincha Vargas Lleras por entenderse con Duque; a Vargas Lleras, de Cambio Radical, a quien desobedece cuando están de por medio sus propios intereses, pero le tapa la boca con el poder económico y electoral; y rueda el balón con soltura, en la cancha nacional.
Contubernio, poder económico y política
La aspiración a la Casa de Nariño es parte de este proyecto político, el cual arrancó financiando todo el engranaje que mueve las máquinas complejas que fusionan negocios, alto gobierno, curules y partidos. Su crecimiento económico es directamente proporcional a su posicionamiento en el poder público.
La casa Char desde el 2006 a la fecha es contratista principal, con aliados operadores chinos y coreanos – CAH y KAC – de los aeropuertos de Ríonegro, José María Córdoba; Olaya Herrera, de Medellín; Palonegro, de Bucaramanga; Simón Bolívar, de Santa Marta; Camilo Daza, de Cúcuta; Alfonso López, de Valledupar; Los Garzones, de Montería; Yariguíes, de Barrancabermeja; Antonio Roldán Betancur de Carepa en Urabá; y del Almirante Padilla en Riohacha.
A ese filón suma su alianza con el Grupo Argos, accionista de Opaín, concesionaria de El Dorado en Bogotá; con el cual ensancha el urbanismo de la tierra más valorizable de Barranquilla, y aspiran a quedarse con Electricaribe.
La consolidación vino en los gobiernos Pastrana, Uribe, Santos y Duque, alcanzando la conversión en Banco, de Serfinansa, hace tres meses, subiendo a negro cifras que hace 12 años llevaron al clan Char, a contratar bancas de inversión para sacar al mercado las súper tiendas y droguerías, y ni asomo, hace 15 años, de las constructoras estrellas en la gruesa contratación nacional.
Sucumben las casas Gerlein sacando del juego a su senador Roberto y enredando en el Sistema Penal Oral Acusatorio, de la Fiscalía a la joven Aida Merlano hija política de la fusión de las casas Char-Gerlein; se postran las toldas conservadoras de Efraín Cepeda, Armando Zabaraín y Laureano Acuña; se pliega la U de José David Name; y baja el moco del Partido Liberal.
En esa fortaleza construida con cal y arena cabe la candidatura de Jaime Pumarejo, débil y derrotable, a la Alcaldía de Barranquilla, y la de Elsa Margarita Noguera De la Espriella, a la Gobernación del Atlántico, impedida, a la luz del numeral 4 del artículo 30 de la Ley 617 de 2000, por un contrato de comodato, que le da gabela sobre los demás candidatos, suscrito en nombre de la entidad Scola Occurrentes Colombia, de origen Vaticano, para disfrutar hasta diciembre de 2019 de una oficina en la Plaza de la Paz. A esta se suma el contrato de préstamo por no pagar los servicios públicos desde el mes de octubre, que asume el departamento del Atlántico, a nombre de Scola Ocurrentes Colombia, cuya representante legal es la doctora Elsa Noguera de la Espriella hasta el día de hoy.
Estamos ad portas de un debate trampolín que posicionaría un fuerte competidor político, el Clan Char, y su candidato presidencial, Alejandro, con gorra y tenis, llevando al hombro las alforjas rebosantes de dinero, al cual juegan los alfiles de la derecha para debilitar a la izquierda que les ha ganado sin vicios de tramposería electoral. La ambición rompe el saco, decían las abuelas.
Aída Merlano solicitó garantías para entregarle a la Fiscalía pruebas de la corrupción. El viernes 31 de mayo de 2019, se reunió con la Fiscalía rompiendo su silencio. La excongresista entregó audios, videos y documentos que comprueban la corrupción en Barranquilla, el Atlántico y en la costa Caribe. La denuncia de Aída Merlano fue escuchada por delegados de la Corte Suprema de Justicia por estar involucrados aforados.
Por otro lado, en fotografía publicada por El Tiempo, el domingo pasado, en que aparece el candidato a la Alcaldía de Barranquilla por el charismo, Jaime Pumarejo Heins, y su mentor, Alejandro Char, al lado de quien, la Fiscalía llama a Imputación de cargos por el delito de enriquecimiento ilícito, empresario Esteban Moreno Pérez, mencionado en carta de los ex presidentes Álvaro Uribe Vélez y Andrés Pastrana, por haber sido el portador de dinero entregado por Odebrecht a la campaña de Juan Manuel Santos en junio de 2014, sobre este punto, el ex ministro García había declarado sobre sobornos por $4.905 millones de pesos de la Concesionaria Ruta del Sol II, los cuales reportó se efectuaron por servicios no prestados; algo debe ir de estos actos a la política en Barranquilla.