“El Plan de Duque es solo negocios”: Jairo Cala

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Jairo Cala, representante a la Cámara por Santander del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

Con un evidente incumplimiento en los rubros para la paz, el Gobierno nacional enfrenta una batalla importante para su futuro político. El Plan Nacional de Desarrollo que será aprobado por el Congreso, con resistencia de la bancada alternativa, tiene un cúmulo de negocios diseñados para los gremios amigos de Duque

Hernán Camacho
@camachohernan 

El representante a la Cámara por la FARC, Jairo Cala, es uno de los miembros de la bancada alternativa que debate en las comisiones económicas que por estos días trabajan a doble máquina para llegar al último debate del Plan Nacional de Desarrollo de Duque. VOZ habló con el representante señalando la preocupación por el dinero de la paz que no aparece en el Plan. Denuncia que el Plan es solo para los grandes negocios de los gremios que apoyan al Presidente. De igual forma, Cala compartió un pequeño balance de su labor legislativa y de la bancada de la FARC.

–A una semana de la aprobación en plenarias del Plan Nacional de Desarrollo ¿cómo cree que finalmente llegará la ponencia mayoritaria para esa discusión?

–Lo que se estima es que no haya mayores cambios de aquella presentada para el primer debate en comisiones económicas conjuntas. En esencia, el Gobierno nacional y junto a él los partidos declarados de gobierno, defenderán un plan de desarrollo que excluye al pueblo, un plan de negocios mediante el cual se busca responderle a los gremios económicos y sectores políticos que apoyaron en su elección al presidente Iván Duque.

De ser aprobado este Plan Nacional de Desarrollo, que reiteramos, no lo es en estricto sentido, la polarización en el país se profundizará más, ahora no por asuntos políticos, sino por afectaciones directas a las grandes mayorías y al medio ambiente.

Sin dinero para el Acuerdo

–El Plan de Desarrollo y las obligaciones para el Estado que se desprenden del acuerdo de paz no parecen estar reflejadas en el articulado.  A su juicio ¿cómo quedará el componente paz en el Plan de Desarrollo de Duque?

–Hemos procurado hacer una lectura horizontal de todos los componentes del Plan Nacional de Desarrollo, es decir, las bases generales, el presupuesto y el articulado. Dicha lectura nos lleva a la conclusión de que el componente paz no existe como tal, al menos no como fue acordada en el pacto político más relevante de los últimos 30 años en el país: el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.

En la construcción de las bases generales se desconoció por completo lo que mandató el Conpes 3932 y el Acto Legislativo 01 de 2016, es decir, no se construyó un capítulo específico que permita realizar seguimiento a la construcción de paz. Como es de público conocimiento, las bases generales incorporan el “Pacto por la construcción de la Paz”, pero una lectura de esta, evidencia que subsiste una disputa por la concepción de este derecho fundamental en Colombia.

Por otro lado, en lo que concierne al presupuesto para la paz, el Gobierno tendenciosamente ha presentado que hay una correspondencia con lo establecido en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) de 2018, 37 billones de pesos para la paz.

–¿Y la plata para la paz?

–Lo que ha quedado en evidencia, es que los recursos para el “Pacto construcción de paz”, que como ya lo señalamos no se compadece con lo acordado en La Habana, asciende a algo más de 10 billones de pesos, quedando los 27 billones restantes desperdigados por el resto de los pactos. En estricto sentido esto constituye una doble contabilidad por un lado y un costo 0 por el otro.

El primero, porque como viene sucediendo desde el gobierno del expresidente Santos, las agencias cumplen con un mismo recurso varios proyectos e iniciativas. El segundo, porque los recursos no constituyen en estricto sentido inversiones sino recursos de funcionamiento. Finalmente, en el articulado tan solo hay tres artículos directamente relacionados con la implementación del Acuerdo Final, pero más de 200 artículos que indirectamente profundizaran más los conflictos sociales en el país.

Siendo esto así, si acordamos que la paz no es tan solo el silencio de los fusiles, sino que está quedando en evidencia la escasa atención del Gobierno nacional sobre la posibilidad de que como sociedad avancemos a una más equitativa y prospera.

Ferticol

–Uno de los temas importantes en la agenda para su región es la viabilidad de Ferticol, la empresa de fertilizantes de Colombia. ¿hay plan de salvación de la empresa? ¿En qué va la lucha de la comunidad de Santander por su empresa?

–Como bien usted lo señala, Ferticol era la empresa de fertilizantes de Colombia, así que como bien lo hemos advertido, esta empresa más que un patrimonio santandereano era uno colombiano y su rescate podía contribuir muchísimo a la construcción de paz en el país. Al respecto, resulta importante señalar que en Colombia es donde más se usan fertilizantes sintéticos en toda América Latina dada la naturaleza de los suelos de nuestro territorio nacional, y a su vez, es donde los costos son los más altos de toda la región.

El altísimo costo de los suministros para la agricultura y el escaso apoyo del Estado a este sector fue uno de los motivos del paro agrario nacional que sacudió al país hace más de cinco años. Aun así, la miopía de los gobernantes tradicionales de turno condujo a que hoy por hoy no solo no haya plan de salvación de la empresa, sino a que el pasado 4 de abril se haya optado por la liquidación debido a que no se cumplió con el acuerdo de reestructuración pactado en 2017.

Bancada FARC y balance a Duque

–¿Cuál es el balance de trabajo de la bancada de FARC a lo largo de esta legislatura.

–Partimos de un análisis concreto de la situación concreta. Estando a menos de tres meses de concluir esta legislatura, como FARC hemos hecho todo el esfuerzo por adaptarnos a las dinámicas en el Congreso de la República tomando todas las medidas para no contagiarnos de la politiquería que tanto cuestionamos desde la resistencia armada.

Para lo primero, hemos analizado el juego de cartas con el que se actúa desde el congreso: iniciativas legislativas, debates de control político y audiencias públicas, y las hemos puesto todas al servicio de las gentes del común porque nos sentimos en la obligación de ello.

Estamos hablando de iniciativas legislativas que buscan dar desarrollo a acuerdos y también salvedades en el Acuerdo Final que permitan mejorar la calidad de vida de las mayorías históricamente excluidas, debates de control político que develen la naturaleza corrupta de los partidos políticos tradicionales y sus derivaciones, y audiencias públicas que nos permitan agregar, desde los territorios, las reivindicaciones de las comunidades en búsqueda de soluciones.

–La agenda de estos días es la popularidad y la gobernabilidad de Duque. Califique la gestión del mandatario.

–Desafortunadamente para todo el país su gestión en este ya casi un año de gobierno, desde mi punto de vista, ha sido negativa. La percepción en muchos sectores de la sociedad, ciudades y campos es que hemos retrocedido en muchos aspectos: económicos, sociales y políticos. Su inicio reconciliador con el que convocó a un pacto nacional ha quedado en el pasado y lo que se vislumbra es mayor polarización.

Él y su séquito no lo perciben en sus grandes casas y carros lujosos, pero sí las gentes del común que en la Colombia profunda, aquella que está tanto en la vereda más lejana como en el barrio más marginado, padecen que el Presidente esté más interesado en la situación de Venezuela que en los miles de niños y niñas que mueren de desnutrición en La Guajira, Chocó y Amazonas; el creciente desempleo en todo el país, el alarmante rearme de grupos paramilitares que buscan acallar las voces de líderes y lideresas y el deterioro ambiental por la adicción al petróleo y el carbón que padece el Gobierno nacional.