Polémica por LGTBIfobia de un profesor de la Distrital

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Sede de la Universidad Distrital en Ciudad Bolívar, Bogotá. Foto Secretaría de Hacienda de Bogotá

Manuel Antonio Velandia Mora
@manuelvelandiam

El pasado miércoles 2 de septiembre, diversas organizaciones sociales y activistas de los sectores LGTBI y de las diversidades de géneros y cuerpos dieron a conocer por medio de redes sociales la grabación de un tratamiento de una clase llevada a cabo en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y orientada por el señor Alejandro Silva, docente de dicha universidad; en la que se evidencian sus apreciaciones homófobas, transfóbicas y denigrantes de la población perteneciente a dicho sectores.

Evidentemente en Colombia existe libertad de cátedra, sin embargo, esta no se entiende muy bien. La libertad de cátedra, consagrada en el Artículo 27 de la Constitución Política de Colombia, junto con las libertades de enseñanza, aprendizaje e investigación, es el derecho garantizado constitucionalmente a todas las personas que realizan una actividad docente. El profesor, conocedor de su materia y preparado en el área, es libre de escoger el sistema que guiará el desarrollo del curso y determinará la forma de evaluación, conforme a las disposiciones que reglamentan la actividad educativa.

Se destacan, primero, que el docente no puede ser obligado a enseñar de una determinada manera o sobre unos determinados conocimientos en desmedro de otros; 2º, que el profesor y los estudiantes tienen la facultad de tratar los temas sometidos a estudio en completa independencia frente a imposiciones o condicionamientos ideológicos o doctrinarios; y, 3º, la garantía de independencia y autonomía que tiene el profesor para calificar.

La libertad de cátedra, apela a la responsabilidad del docente y a su compromiso académico, en el sentido de no utilizar la cátedra para hacer proselitismo o convertirla en plataforma de sus intereses particulares. Por otra parte, la cátedra no es espacio para propiciar el “opinionismo”.

Todo maestro debe basarse en argumentos científicos para la construcción del conocimiento junto a sus estudiantes, y es aquí donde el profesor ha vulnerado su derecho a la libertad de cátedra, porque sus comentarios son simple opinión, y evidentemente, por lo comunicado no tiene ninguna solidez científica.

Por otra parte, debe considerarse que legalmente en Colombia la discriminación por orientación sexual y/o diversidades de géneros y cuerpos, tal y como ha sucedido en la cátedra del “maestro” Alejandro Silva es contemplada como delito.

Qué delito cometido el docente se preguntarán los lectores. Estamos hablando de la “Violencia por prejuicio”. Es decir, la afirmación con la que califica de “aberración” cualquier modificación del sexo de nacimiento de las personas, expresada por el docente no es un hecho puntual, hace parte de un continuo de violencia hacia las personas de los sectores LGTBI y diversidad de géneros y cuerpos que lo convierten en una más de las violencias recibidas y por tanto en un crimen de lesa humanidad, según el estatuto de Roma.

Qué es lo que hace tan importante el análisis de la violencia por prejuicio, sería el interrogante a continuación. La respuesta que sencilla, afecta la dignidad de la persona y su propia valía.

La vulneración del maestro sucedió luego de que uno de sus estudiantes presentara un proyecto en el que su iniciativa estaba orientada a crear una marca de ropa, y en la sustentación de su producto explicó que los géneros a los que está dirigida son “hombres, mujeres u otros”.

El docente aseveró que “esas discusiones de género son estúpidas en todo sentido. O es uno o es otro, lo demás son comportamientos que estudian los psicólogos, géneros solo hay dos: masculino o femenino”; agregando: “Que usted tenga una aberración, un comportamiento, eso es otra cosa. Pero usted sigue siendo hombre anatómicamente. Que usted tenga cuerpo de hombre y se comporte como mujer, hay que averiguar quién fue el que influyó en eso, si vivió solo entre mujeres, si lo trataron como mujer o vino un familiar y lo violó, entonces lo traumatizaron y a usted le quedó gustando”.

Es esta la situación que moviliza a los sectores sociales y a las diversidades de géneros y cuerpos a expresar públicamente su negativa a ser sujetos de violencia por prejuicio.

A dicha movilización social desde el Concejo de Bogotá se rechazó la violencia y discriminación vivida en la Universidad Distrital exigiendo justicia y no impunidad, en su documento se lee: “Desde la Bancada de la Diversidad Sexual y de Géneros del Concejo de Bogotá D.C expresamos nuestro rotundo rechazo a cualquier expresión de discriminación y fobia hacia la Población LGBTIQ, no se tolera la violencia física, psicológica, económica ni Estatal, trabajamos diariamente para que la Capital de Colombia sea un espacio con garantías de libertades individuales bajo el principio de igualdad que otorga la Constitución Política de 1991 y los derechos que a lo largo de los años la población  misma ha conseguido por mérito propio.

“(…) desde la Bancada de Diversidad le pedimos a la Secretaria de Educación, Edna Bonilla, y a la Alcaldesa Mayor de Bogotá D.C, Claudia López, (desde su rol en el Consejo Superior de la Universidad) al igual que al Rector, Ricardo García, que tomen las medidas necesarias para que exista justicia y a su vez genere un espacio seguro para la Población LGBTIQ dentro de la institución de educación superior.

“Esperamos que este caso no quede en la impunidad. Por el contrario, pedimos que se cree un precedente confirmando la política de inclusión y no discriminación dentro de las instituciones de educación, pedimos que las medidas de reparación y no repetición sean tomadas lo antes posible y a su vez sean comunicadas directamente a la clase de Alejandro Silva y publicadas en todos los medios internos y externos de la Universidad Distrital”.

Cabe destacar que, desde otro espacio de la política de la Alcaldía de Bogotá, el Director de Diversidad Sexual, David Alonzo, intervino por medio de sus redes sociales rechazando lo sucedido y asegurando que buscaría a las directivas de la Universidad para que se tomarán las medidas de reparación y no repetición.

La Universidad publicó un comunicado en sus redes sociales rechazando las expresiones utilizadas por el docente, en que se afirma: “La Universidad Distrital rechaza enfáticamente la intervención de uno de sus docentes y aclara que se trata de una postura personal, contraria a los lineamientos institucionales, que por ningún motivo comparte, (…) las directivas de la Universidad, en cabeza de su rector y vicerrector académico, ofrecen excusas a la comunidad universitaria, a la comunidad LGBTI y en general a toda la ciudadanía por los efectos negativos que estas declaraciones hayan podido causar.

“La Universidad Distrital respeta la libertad y la diversidad, y va en contra de cualquier acto de discriminación basado en la orientación sexual y/o identidad de género de las personas”, concluyó la entidad. Hasta el momento en que se escribe este artículo no se conocía si habrá algún tipo de sanción contra el docente.