¿Por qué paran tanto?

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Movilización del pasado 10 de octubre en Bogotá. Foto archivo.

Ese interrogante es una exclamación furibunda del empresario y el gobernante de turno. La miopía de un explotador le impide ver los problemas sociales y las carencias que producen sus políticas y las acciones expropiatorias de la clase gobernante, por tanto no ven que ellos son los únicos causantes de las movilizaciones y paros.

Y entonces ¿por qué paran tanto los campesinos, trabajadores urbanos? Porque desde hace lustros se mueren de hambre los niños en La Guajira y los dineros destinados a mitigar el hambre han terminado alimentando las arcas de los aliados del capital financiero y los políticos corruptos. Con el agravante que para sepultar a los infantes sus parientes tienen que mendigar por las calles de los barrios donde habitan.

Porque periódicamente mueren decenas de personas por los derrumbes de sus viviendas mal construidas en los extramuros de las ciudades y de las zonas rurales, a donde los traficantes de tierras de óptimas condiciones de habitabilidad, han condenado a malvivir a los colombianos depauperizados por las políticas de todos los gobiernos habidos en este país hace más de doscientos años.

Porque la presidencia de la república ejercida por un ser bicéfalo, pero con un solo cerebro, considera que es preferible condenar el país a un paro indígena y campesino de dos años, a conceder la tierra que los latifundistas de toda laya, le esquilmaron a los únicos y legítimos dueños de todas las tierras y recursos naturales de Colombia.

Porque el presidente de la república permite que embajador de los Estados Unidos, chantajee a miembros del Senado que deben decidir sobre un asunto de interés mayor para la paz, sin atreverse a protestar ante tan grave intromisión en los asuntos del país.

Porque el contenido del Plan Nacional de Desarrollo, de manera aviesa esconde un artículado que lesiona de manera grave y trata de eliminar conquistas obtenidas tras muchos años de lucha del sindicalismo nacional.

Porque ese mismo documento tiene artículos que buscan legalizar tierras baldías que con la violencia que azota al país desde hace más de ochenta años, se han apropiado los latifundistas de siempre y algunas empresas multinacionales.

Porque el Presidente Iván Duque, no hace sino ejecutar la política guerrerista contra la paz del expresidente Álvaro Uribe, con graves consecuencias para la convivencia ciudadana y vergonzosos engaños a la ONU, a la Corte Penal Internacional y a los países garantes.

Porque el Presidente Iván Duque ha demostrado ser incapaz de diseñar acciones que contengan la acelerada deforestación de la Amazonia, otros bosques que agravan la situación medio ambiental nacional e impiden que el país pueda cumplir los compromisos adquiridos con la ONU.

Porque el actual gobierno está consolidando las políticas económicas del modelo neoliberal, concebido para concentrar todavía más la riqueza en manos del capital financiero nacional e internacional y por supuesto deteriorando más la precaria situación económica y el malvivir de pobres y extremadamente pobres.

Porque cada movilización y paro exitosamente organizado, contribuye no solo a obtener los objetivos de lucha planteados, sino que además potencia al pueblo para que, más pronto que tarde, logre los cambios radicales y definitivos que permitirán el relevo de clase en el poder y la instauración de una auténtica democracia, soberanía plena, políticas de justicia social y medioambientalistas que protejan la naturaleza y se diseñen efectivos planes de desarrollo que beneficien a todos.

Porque los gobiernos neoliberales convirtieron la salud humana en una mercancía objeto de enriquecimiento del capital financiero, por lo cual los pobres sufren y mueren de enfermedades prevenibles sin atención médica.

Porque el gobierno no atiende debidamente las necesidades de educación de la población y trata de burlar los compromisos adquiridos con estudiantes y profesores a raíz de las movilizaciones de estos sectores.

Potenciemos las luchas de la minga indígena y campesina. Consolidemos y potenciemos las luchas del movimiento sindical. Exijamos que el Gobierno dinamice la implementación del acuerdo de paz. Que se acabe la desigualdad de la mujer y se eviten los feminicidios. ¡Todos a la calle!