Iván Posada Pedraza
El presupuesto de un país se define como la previsión de los ingresos y gastos en un periodo determinado, que normalmente es de un año. Los ingresos provienen de los diferentes tipos de impuestos a las personas naturales (el IVA por ejemplo), gravamen sobre salarios, de las exportaciones de bienes y servicios, rendimientos financieros de los recursos monetarios del Estado, entre otros. Los gastos tienen que ver con las inversiones y servicios que se destinan a la comunidad (salud, educación, obras públicas, etc.).
Para el 2018 el Congreso Nacional aprobó el Presupuesto General de la Nación, PGN, por un monto de 235.6 billones de pesos, que se van a distribuir de la siguiente manera: funcionamiento, 147 billones; pago de la deuda pública 48,2 billones y 39,7 millones para inversión en obras. Por concepto de impuestos se espera recaudar 126 billones, de los cuales un porcentaje importante corresponde al IVA, gravamen que se incrementó del 16 al 19 por ciento en la reforma tributaria de 2016.
Por sectores
Defensa, Policía e Inteligencia tuvieron un incremento porcentual de 5.1 y 2.1 por ciento respectivamente. En contraste, rubros que tienen que ver con lo social tales como Inclusión social y reconciliación, Ambiente y desarrollo sostenible fueron recortados en 3,6 y 8,8 por ciento respectivamente.
Ciencia y cultura
Dos sectores a los cuales se les redujeron los recursos son Cultura, y Ciencia y Tecnología con una disminución de 10.8 y 2.8 por ciento respectivamente con relación al año inmediatamente anterior. A Colciencias por ejemplo, cuya misionalidad es promover las políticas públicas para el fomento de la ciencia, la tecnología y la innovación en Colombia, le disminuyeron su presupuesto en 11 por ciento en comparación con 2017.
Agropecuario
El sector agropecuario fue uno de los más golpeados con una reducción en la asignación presupuestal del 20 por ciento con respecto a 2017, recorte significativo pues es un sector que en la década 2007 – 2017 apenas creció 1.9 por año y además porque en el marco de los Acuerdos de La Habana va a demandar grandes recursos para la implementación de estos en lo que tiene que ver con asignación de tierras, la reducción de la brecha social y económica entre el sector rural y urbano a lo largo y ancho del país.
Educación, Salud y Protección Social tuvieron un modesto incremento de 5.8 y 6.2 respectivamente con relación al presupuesto de 2017, si se tiene en cuenta el atraso de décadas de estas dos áreas sociales. Igual suerte corrió el rubro de vivienda y salud con un mínimo incremento de 0,5 por ciento.
Deporte y recreación
Incluso el deporte no se salvó del recorte de recursos (6 por ciento) a pesar de los éxitos de los deportistas colombianos en años recientes que muchas veces se financian con sus propios recursos y asumir desplazamientos para competir dentro y fuera del país.
En general, un presupuesto dirigido a descargar el déficit fiscal sobre el sector social, o sea, sobre los sectores populares por doble vía: recorte en las asignaciones a este sector y a través del incremento de los impuestos (IVA) que golpea mucho más a las familias de extracción popular que a los sectores pudientes.
Por otro lado se fortalece el presupuesto de la fuerza pública y la Inteligencia para reprimir la protesta social, un presupuesto en contravía de los Acuerdos de La Habana y su implementación.