“Primero el agua, primero la vida”

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En el tarjetón por Cundinamarca se encuentra en la lista de la Decencia en el 105. La Unión Patriótica le apuesta a la juventud para renovar la política. Andrés Mauricio Reyes, un comunicador en el Congreso

Hernán Camacho
@camachohernan 

–¿Quién es Andrés Mauricio Reyes?

–Soy un joven oriundo del municipio de Natagaima, departamento del Tolima, pero que por las circunstancias propias del conflicto armado que vive el país, hago parte de una de las familias desplazadas de Colombia y llegué desde hace 11 años al municipio de Soacha. Tengo 34 años y soy comunicador social y periodista.

–¿Por qué la política y en la Unión Patriótica?

–Mis papás y mis abuelitos hicieron parte de la lucha campesina y revolucionaria en las filas del Partido Comunista Colombiano, y yo sigo ese legado de cambios profundos en Colombia. Por eso  estoy orgulloso de pertenecer a la Unión Patriótica. De mis abuelos y padres, aprendí la crítica social y el sentir de cerca el dolor de las injusticias. Así que ser rebelde viene en mis genes familiares. Mi herencia y parte de lo que soy está en las ideas de transformación radical del país. Cambiar un país en guerra por una patria reconciliada en progreso.

Derrotar la casta política

–¿Es difícil hacer política en Cundinamarca?

–Sí. Tenemos que derrotar a lo más podrido de la política. Los gamonales del departamento son los que hacen política a costa del sufrimiento de los cundinamarqueses. Hay casas o mejor castas políticas que sin importar el color del partido se hacen elegir con maquinarias poderosas de dinero, con el único fin de saquear las arcas públicas del departamento. En Cundinamarca no existen diferencias entre los partidos Conservador, Liberal, la U, Cambio Radical, todos son la misma manguala que solo les interesa el poder para acrecentar sus fortunas y aceitar las maquinarias electorales. Nosotros como Unión Patriótica, junto a la gente decente aspiramos a derrotar en las próximas elecciones a esos bandidos de la política, levantando la bandera de la ética en el manejo público y en el bienestar de todos.

–¿Las principales propuestas?

–Queremos mantener vivo el espíritu de los acuerdos de paz y para eso necesitamos un departamento sincronizado con la implementación de los acuerdos y una bancada consciente de la importancia de los mismos. El acuerdo de La Habana trae consigo muchos beneficios para el sector rural, para el comercio campesino, para el desarrollo del campo y para el progreso de los cundinamarqueses. En materia de soberanía alimentaria, pues el punto primero del acuerdo de paz va a beneficiar no solo a quien cultiva la tierra sino a quien compra en los centros de abasto el alimento y a quien finalmente lo consume. La tierra de Cundinamarca tiene mucho para producir y alimentar. La propuesta es convertir en ley el precio justo del alimento y convertir al Estado, en un competidor en el mercado y garantizar justicia en el precio a quien siembra, produce y distribuye el alimento.

Propuestas

–¿Y en los otros puntos del acuerdo?

–Pero también la participación de los ciudadanos en las decisiones de Estado. Por ejemplo, desde el Congreso de la República queremos empoderar a las comunidades que tienen iniciativas de paz y reconciliación para que desarrollen proyectos comunicativos. Yo soy comunicador social y periodista, egresado de la Universidad Minuto de Dios, y sé de lo que hablo. Desde la comunicación se pueden transformar las realidades cotidianas de los ciudadanos.

–¿Qué otros temas va a desarrollar desde su curul en el Congreso?

–La protección del medio ambiente es clave. No hay control a la explotación minera en el departamento de Cundinamarca. Los municipios de Mosquera, Soacha y Funza son canteras a cielo abierto. No hay iniciativas de sostenibilidad ambiental desde las multinacionales que están depredando el  ambiente, de hecho lo que aspiran esas empresas, es adueñarse del páramo de Sumpaz, que se encuentra en territorio Cundinamarqués. Desde la Unión Patriótica decimos, no a la minería.

Medio ambiente

–¿Qué minería le preocupa?

–Lo grave son las exploraciones para extraer, lo que los expertos llaman el cucho del petróleo mediante el fracking, que es ni más ni menos, cambiar millones de metros cúbicos de agua por una onza de oro. No es justo, ni con el ambiente, ni con el equilibrio de la naturaleza ni con los ciudadanos que vemos con preocupación cómo están acabando con el agua. Y como dice nuestra candidata al Senado de la Republica, Aída Avella: sin agua no hay vida sin vida no hay ningún derecho.

–¿Los políticos tradicionales qué piensan frente a ese tema?

–Los políticos tradicionales del departamento, los mismo que se apropian de lo público, no les importa el ambiente y son felices abriéndoles la puerta a esas multinacionales y les molesta cómo las comunidades defienden el territorio con instrumentos legales como las consultas mineras ocurridas en Arbeláez y en Cabrera. Ningún congresista elegido por Cundinamarca, que se encuentre en el Congreso saliente respaldó a las comunidades que mediante consulta minera le dijeron no a la explotación de los recursos naturales. Así que el llamado es a los ciudadanos del departamento a que no respalden a quienes quieren acabar con el agua.

Tren de cercanías

–¿Cuáles otras propuestas defenderá desde el Congreso?

–Tenemos la visión de una región que enlace a Bogotá con Cundinamarca en nuevas dinámicas. Por ejemplo, en el tema de movilidad. Municipios aledaños a Bogotá son dormitorios, es decir en donde la gente habita pero no trabaja allí, de manera que tienen una necesidad de moverse en un servicio público que es una pesadilla. El caso más evidente es Soacha y Funza. Todos los días se movilizan miles de personas desde esos municipios a Bogotá y se está generando un caos, ya no solamente en la hora pico. Y eso no es calidad de vida para nadie.

–¿Tren ligero para Soacha?

–La propuesta es impulsar el tren de cercanías Bogotá-Soacha-Sibaté. Esa propuesta que ya era una realidad hace tres años se echó a la caneca de la basura por el gobernador y el alcalde de Bogotá que prefirieron fortalecer Transmilenio, a cambio de un tren moderno que movilice más rápido, con mayor comodidad y en menor tiempo a los miles de habitantes de Soacha que se necesitan mover a la capital del país. Se calcula que en Soacha hay 1.5 millones de habitantes y se pueden movilizar en horas pico unos doscientos mil habitantes. Van cinco manifestaciones de ciudadanos reclamando transporte digno. Hay que renegociar los contratos de Transmilenio e iniciar la construcción de un tren de cercanías.