Un profesor a la CUT

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Pedro Arango y María Eugenia Londoño.

El 21 de septiembre próximo se realizarán en todo el país las elecciones del comité ejecutivo nacional y de los comités ejecutivos departamentales de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT. Y en esta oportunidad, el periodo de la dirección de la CUT coincidirá con el del gobierno recientemente elegido, circunstancia que hace aún más obligante para los trabajadores fijar los ojos en las definiciones programáticas y en los anuncios del nuevo gobierno, a fin de prepararse para la defensa de sus derechos.

“Se trata, como ha ocurrido durante los últimos 28 años, de un gobierno marcadamente neoliberal y plutocrático, que gobernará en favor del gran capital nacional y trasnacional y que acatará dócilmente las órdenes de la administración norteamericana y de los organismos multilaterales como el FMI, el BM, el BID y la OCDE, a la cual ingresó recientemente al país, o a las pactos militares como la OTAN, a la que ahora pertenece Colombia, que tienen un largo historial de agresiones militares y violaciones a la soberanía de distintos países, que eventualmente podría ser utilizada contra los gobiernos de nuestro hemisferio que no se someten a los dictados imperialistas”, explica el profesor Pedro Arango, actual dirigente de Fecode y candidato al ejecutivo de la CUT, por el sindicalismo clasista y unitario.

Las amenazas

En lo que respecta a los trabajadores, el dirigente del magisterio da algunos ejemplos para ilustrar la situación: Será presentado al Congreso de la República un proyecto para rebajarles los impuestos a los empresarios, con el trillado y probablemente falso argumento de estimular la recuperación de empleo. En cambio para los trabajadores el Consejo Gremial Nacional tiene la desfachatez de proponer la declaración de renta y el pago de impuestos a partir de 2.5 salarios mínimos legales mensuales ($1.953.105).

También –dice- se ha anunciado una nueva reforma pensional otra vez dizque para aumentar la cobertura y solucionar el déficit fiscal pensional, cuando de lo que se trata es de eliminar el régimen de prima media y dejar solo los fondos privados, dando vía libre a una pensión inferior al salario mínimo, ignorar la edad de pensión entre hombres y mujeres, establecer como ingreso base de liquidación de las pensiones el promedio salarial de toda la vida laboral y subsidio solo las pensiones de salario mínimo, entre otras desastrosas medidas.

Estas pocas anotaciones sobre la situación nacional demuestran la importancia del proceso electoral de la más importante organización de los trabajadores colombianos y la necesidad de elegir dirigentes probados y comprometidos, que sean capaces de conducir a la central en un periodo particularmente difícil.

El candidato espera tener apoyo con base en compromisos programáticos como: La lucha por el respeto a la libertad sindical y a los derechos humanos. Los derechos de asociación y contratación colectiva y huelga, que constituyen la esencia de la libertad sindical, cada vez son simples enunciados teóricos que poco o nada tienen que ver con la realidad.

“Escasamente un 4% de la Población Económicamente Activa, PEA, está organizado en sindicatos, la negociación y contratación colectiva beneficia a muy pocos trabajadores y la huelga se ha convertido en una curiosidad por falta de garantías reales para su servicio. En el caso de los empleados públicos, lo que el Gobierno reconoce es una caricatura de negociación, y a ellos les está prohibido hacer huelgas, de manera que ahí en este sector tenemos una serie de sindicatos sin derechos”, explica Pedro Arango.

Impulsaremos –comenta- la lucha porque se cumpla plenamente la legislación de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, en especial los convenios 151 y 154 que consagran el derecho a la negociación colectiva para los servidores públicos. “Insistiremos en que se cumpla el Art. 53 de la constitución y se expida el estatuto del trabajo por parte del Congreso de la República, así como el Art.56, para que se definan los servicios públicos esenciales y se garantice el derecho de huelga”.

El modelo

Un segundo aspecto es la lucha contra el neoliberalismo y la explotación. Después de 28 años de vigencia del modelo capitalista neoliberal, no solo no se han resuelto los problemas fundamentales de la sociedad, sino que muchos de ellos son verdaderamente críticos.

“Somos el noveno país más desigual del mundo, tenemos el desempleo más alto de América Latina, alrededor de un 10% de la población sufre desnutrición y, en general la gran mayoría de la población afrontamos condiciones de vida y de trabajo precarios, mientras un minúsculo grupo de potentados multiplica escandalosamente sus ganancias y privilegios, y hay un Estado profundamente antidemocrático y una corrupción escandalosa que afecta a todos los pobres y niveles del Estado”.

Desde que comenzó a implantarse el neoliberalismo, se iniciaron también una serie de reformas que, cercenaron la estabilidad en el trabajo, los pagos adicionales por horas extras, dominicales y festivos, las indemnizaciones por despidos sin justa causa, la retroactividad de las cesantías y otros derechos, y se impuso la llamada flexibilidad laboral que generalizó los contratos a término fijo, la desregulación y deslaboralización de las relaciones de trabajo, la intermediación y tercerización laboral, las reformas laborales, pensionales, tributarias contra los trabajadores, la mercantilización de derechos como la salud y un sinnúmero de medidas que han envilecido las condiciones de trabajo y empobrecido considerablemente a los asalariados. Puntos que hay que enfrentar.

También está la lucha por la defensa de la educación y de los educadores. Se parte de la concepción de la educación como derecho fundamental y, por lo tanto, se rechaza su mercantilización, privatización y se aboga por una educación financiada y administrada por el Estado, con cobertura total y óptima calidad. “Para ello demandamos el aumento de los presupuestos, la ampliación de las plantas de personal, el mejoramiento de la estructura física, su dotación y el bienestar estudiantil.

“En materia de defensa de los derechos de los educadores, estamos por mantener y mejorar el régimen prestacional y pensional, por la derogatoria de la Ley 100 de 1993 y demás normas que mercantilizaron la salud, por el pago de las deudas a los educadores y el incumplimiento por parte del Gobierno en los acuerdos firmados con Fecode, por que se haga realidad el Estatuto Único Docente negociado y, en general, por las diversas reivindicaciones que integran la plataforma de lucha de la Federación”.

Para el profesor Pedro Arango, hay preocupación con el bajo nivel de organización sindical de los trabajadores a lo que se le agrega un preocupante proceso de división de los trabajadores en múltiples sindicatos y una evidente pérdida de la capacidad de convocatoria y de lucha.