Estamos venciendo el golpismo y al intervencionismo, dijo el presidente Nicolás Maduro, ante tres millones de venezolanos que salieron a las calles a defender la obra social bolivariana. El Plan Zamora representa el legítimo derecho del pueblo a defender su revolución.
Alberto Acevedo
Los acontecimientos de las últimas semanas en Venezuela muestran a un país polarizado, con una “oposición democrática”, que nada tiene de democrática, envalentonada con los nuevos apoyos de gobiernos de la derecha internacional y el respaldo de una sinuosa campaña mediática, que le ha permitido pasar a una escalada de violencia desestabilizadora; y de otra parte, la respuesta del gobierno del presidente Maduro, que anuncia que no va a dar un solo paso atrás en su tarea de defender la obra revolucionaria que bajo las banderas del Libertador Simón Bolívar inauguró el presidente Hugo Chávez.
El discurso de los líderes de la oposición es bastante inconsistente con los intereses populares que dicen defender. Por ejemplo, han estado reclamando una convocatoria a elecciones. El presidente Maduro ha mostrado su disposición de convocar dichas elecciones en el menor tiempo posible, pero los señores de la denominada Mesa de Unidad dicen que ya no les interesa, que estas son una farsa.
Maduro ha reiterado en forma insistente su disposición de sentarse a dialogar con la oposición y buscar salidas a la crisis económica y social que vive el país. Los líderes de la derecha dicen ahora que no van a dialogar bajo ninguna consideración, pues lo que quieren es que Maduro abandone el poder. Es entonces muy difícil, dialogar con unos señores que de entrada van a decirle al interlocutor: “váyase, no querremos hablar con usted, déjenos el campo libre, entréguenos todo”.
Doble discurso
Y mientras levantan una plataforma, en la que, además de la convocatoria a elecciones reclaman libertad para un grupo determinado de presos, el establecimiento de lo que denominan un “corredor humanitario”, para el suministro de alimentos y medicinas y la separación de poderes públicos, en la práctica están desarrollando en las calles un plan terrorista, ese sí golpista y desestabilizador, para catapultar al máximo expresiones de descontento popular y precipitar un cambio de gobierno, que permita el retorno de la burguesía tradicional a sus antiguos privilegios.
Por ejemplo, en la movilización del 19 de abril, que calificaron como “la madre de todas las movilizaciones”, seguramente influenciados por la política intervencionista de Trump, y que juraron era la decisiva paran provocar un cambio de gobierno, grupos armados por la “oposición democrática” asaltaron el Hospital Materno Infantil ‘Hugo Rafael Chávez’, ubicado en el distrito El Valle, de Caracas y tras un intento por incendiarlo, provocaron que 54 niños tuvieran que ser evacuados para proteger sus vidas.
Daños materiales
En forma simultánea, grupos armados atacaron el metro de Caracas, obligando al cierre de las estaciones de Chacao, Chacaíto, Altamira y Bello Monte. En el estado de Portuguesa, los actos vandálicos de estos grupos ‘opositores’ provocaron pérdidas materiales por más de 260 millones de bolívares, debido a daños causados a una serie de instituciones estatales.
El gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, rechazó los ataques contra dependencias públicas ese día, especialmente los asaltos incendiarios y de saqueo contra la sede local del Ministerio de Vivienda, la Casa del Abuelo, el Instituto Regional de Deportes y la Auditoría Interna de la Gobernación, entre otros establecimientos.
El funcionario dijo en forma categórica, que los líderes políticos de la oposición tienen que establecer responsabilidades, porque lo sucedido, después de un ataque y la violación de las normas legales, no puede ser culpa de la Guardia Nacional Bolivariana. Y la respuesta de las autoridades “no puede calificarse como represión, cuando las personas interrumpen el tránsito, agreden a los funcionarios de seguridad con bombas molotov, piedras, y asaltan las sedes de las instituciones públicas”.
Apoyados en el hampa
En medio de los enfrentamientos del pasado fin de semana, las autoridades detuvieron a elementos portando armas y explosivos, vinculados a una pandilla del crimen organizado, conocida como la de ‘El Jeferson’, que se pudo establecer, habían sido armados y financiados por los líderes de la oposición.
Frente a ese plan conspirativo, que los señores de la MUD no ocultan, la respuesta del gobierno bolivariano y de los sectores populares ha sido contundente. El mismo 19 de abril se movilizaron tres millones de chavistas, al grito de “al combate me voy” y cantando un estribillo: “Yo no me quedo en la casa, pues al combate me voy, voy a defender a Chávez y a nuestra revolución”.
En el multitudinario mitin, el presidente Maduro dijo: “El pueblo de los libertadores está dando una gigantesca lección de conciencia”. “Hemos triunfado nuevamente”, anotó al advertir que la vigorosa movilización se cumplía justamente a 207 años de la gesta emancipadora del 19 de abril de 1910, que sacudió al país del yugo español.
Segunda independencia
Denunció los actos violentos de la jornada y advirtió que “no estoy dispuesto a retroceder un paso atrás en la defensa del pueblo, de la revolución”. “Estamos desmantelando el golpe de estado terrorista, estamos venciendo al golpismo y al intervencionismo”, señaló el mandatario, quien anunció la activación del ‘Plan Zamora’, en un primer nivel de alerta colectiva, en pos de mantener la paz y el orden interno. “Venezuela está luchando por su segunda independencia”, agregó Maduro, en lo que se entendió como un anuncio de que habrá revolución para rato y los planes de la burguesía no pasarán.
La solidaridad internacional con la revolución bolivariana, tampoco se ha hecho esperar. El fin de semana pasado se realizaron manifestaciones públicas de respaldo a la obra social del gobierno venezolano en Sao Paulo, Brasil; en Buenos Aires, Argentina, convocado por los movimientos del Alba; en México, donde participaron más de dos mil personas, en Perú, en las afueras de la embajada venezolana, en Uruguay, y en Honduras por iniciativa del Movimiento Indígena Lenca y del partido Libertad y Refundación. En Bogotá, en la sede de Marcha Patriótica se celebró un acto de solidaridad, convocado por el Capítulo del Alba de los movimientos sociales.
Al cabo de tres semanas de sabotajes y de intentar paralizar el país, las manifestaciones de la oposición comenzaron a debilitarse, y el presidente Maduro anunció para los próximos días, la convocatoria del Comando Central Bolivariano de la Revolución, al que presentará un paquete de iniciativas y de estrategias constitucionales para profundizar el proceso revolucionario de cambios sociales y paliar la crisis económica desatada por los grandes empresarios nacionales y extranjeros.