“Quino” nos dejes Quino

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Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino. Foto periódico Página 12

Carlos Alberto Villegas Uribe

Felipe, Miguelito, Susanita, Manolito, Guille, Libertad, Mafalda y sus padres, así como millones de habitantes del planeta e innumerables caricatógrafos en los cinco continentes fuimos sacudidos por un sentimiento de orfandad al enterarnos que el pasado 30 septiembre, a sus 88 años, a Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido mundialmente como Quino, el apelativo con el cual lo llamaba su familia desde la infancia para diferenciarlo de su tío Joaquín Tejón, se le había apagado la chispa vital y ya nunca volvería a prodigarnos con nuevos apuntes caricatográficos de su genial y crítica mirada de la realidad.

Y así como un juego de palabras permitió configurar una frase de súplica “Quino nos dejes, Quino” para expresar la conmoción mundial que causó su partida; otro juego de palabras permitirá crear una frase interrogativa ¿Quinos dejó Quino?, para valorar el legado de este enorme caricaturista gráfico -caricatógrafo- (argentino, iberoamericano, universal).

¿Quinos dejó Quino?

Además de su inolvidable banda de infantes filósofos (epicúreos, existencialistas, realistas, estoicos) comandados por Mafalda, Quino nos legó en un obsesivo ritmo de producción: Mafalda 1 (1970); Mafalda 2 (1970); Mafalda 3 (1970); Mafalda 4 (1970); Mafalda 5 (1970); Mafalda 6 (1970); Mafalda 7 (1971); Mafalda 8 (1972); Mafalda 9 (1973); Mafalda 10 (1974); Mafalda inédita (1988); 10 años con Mafalda (1991); Todo Mafalda — (1993); Mafalda & friends 1 (2004);Mafalda & friends 2 (2004); Mafalda & friends 3 (2005); Mafalda & friends 4 (2006); Mafalda & friends 5 (2007); Mafalda & friends 6 (2008); Mafalda & friends 7 (2009); Mafalda & friends 8 (2010).

Igualmente, Quino nos dejó su Mundo Quino. Una serie de publicaciones donde compila su elaborado trabajo en incontables viñetas y demuestra su versatilidad narrativa y su gran manejo de la perspectiva y el detalle. En ellas un lector modelo puede leer los diversos puntos de fuga y apreciar el foco de la imagen que generalmente constituye la disyunción humorística y obliga la sonrisa definitiva.

A mí no me grite (1972); Yo que usted… (1973); Bien, gracias, ¿y usted? (1976); Hombres de bolsillo (1977); A la buena mesa (1980); Ni arte ni parte (1981); Quino y los superhéroes (1982); Déjenme inventar (1983); Quinoterapia (1985); Gente en su sitio — (1986); Sí, cariño — (1987); Potentes, prepotentes e impotentes — (1989);Humano se nace — (1991); Yo no fui (1994); Cuentecillos y otras alteraciones (1995); ¡Que mala es la gente! (1996); A mal tiempo, mala cara (1997); ¡Cuánta bondad! (1999); Esto no es todo (2002); Quino.com(2002); Qué presente impresentable! (2005); La Aventura de Comer (2007); Toda Mafalda (2007); ¿Quién Anda Ahí? (2012); Simplemente Quino (2016).

De la pléyade de premios y distinciones que iluminaron el cielo de Quino rescato dos para concluir esta nota: el Premio Iberoamericano Quevedos del Humor Gráfico (2000) y el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (2014). Haber asistido a la entrega del Premio Quevedos al caricatógrafo brasilero Ziraldo me permite imaginar a Quino en el paraninfo de la Universidad Alcalá de Henares disfrutando del reconocimiento de sus colegas, pero conociendo su talante iconoclasta, es posible también, imaginar a su conciencia social susurrándole en el oído izquierdo que no olvidará reírse del momento, porque el humor es la fórmula salvadora para no convertirse en estatua de sal donde terminarán defecando las palomas, que recordará su espléndida trayectoria dedicada a denunciar desde la risa, los desafueros del poder y su voluntad defender la paz y propiciar mejores horizontes de futuro a través de un arte que crea conciencia colectiva.