
Mientras aumenta el desempleo y la pobreza, y se han cerrado miles de empresas, el Gobierno asigna la mayoría de los subsidios a las empresas más grandes
Juan Carlos Hurtado Fonseca
@Aurelianolatino
En el inicio de la pandemia, desde diferentes orillas políticas y organizaciones sociales se hicieron propuestas para que el Gobierno nacional implementara políticas para la protección del empleo.
No obstante, con base en sus intereses, en mayo pasado el Gobierno creó el Programa de Apoyo al Empleo Formal, PAEF, con el que ayudaría a las empresas con el 40% del salario mínimo, es decir, 351 mil pesos para que pagaran sus nóminas. Para lo cual, entre otras condiciones deberían demostrar una disminución del 20% en sus ingresos. Sin embargo, dejó por fuera a quienes tenían menos de tres empleados reportados en la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes, PILA, de febrero de 2020.
En consecuencia, en junio pasado, en medio del confinamiento, el Comité Nacional de Paro, CNP, propuso al presidente de la República, Iván Duque, una renta básica de emergencia de por lo menos un salario mínimo legal vigente por seis meses para treinta millones de personas en condición de pobreza, vulnerables y afectadas por la crisis. Idea que no fue aceptada.
Además, el CNP se manifestó a favor de no desmejorar las condiciones de las y los trabajadores y de las y los pensionados, y completar el subsidio al valor total de las nóminas y la prima para las MiPymes, entre otros puntos.
Menos empresas, más desempleo
La continuidad de la crisis sanitaria obligó a que desde el Congreso de la República se extendieran las medidas, aunque en un contexto de mayores dificultades económicas, con más cierres de empresas, desempleo y pobreza. Según el DANE, en los meses de la pandemia, hasta julio, hubo cuatro millones 156 mil desempleados más.
Por eso, senadores de diferentes partidos políticos hicieron proposiciones para que los subsidios tuvieran una mayor cobertura, o que llegaran a empresas de menos de tres empleados.
El senador Rodrigo Lara, uno de los más insistentes en los subsidios a las nóminas de las pequeñas empresas y de las microempresas, hizo fuertes críticas al Gobierno nacional destacando que el país tiene la tasa de desempleo y desempleo juvenil más altas de América Latina, por lo que lo responsabiliza por el deficiente manejo a la crisis -según él- producida por la pandemia del covid-19.
No obstante, la crisis económica venía desde mucho antes de la crisis sanitaria mundial, producto de las medidas económicas impuestas en beneficio de los grandes capitales nacionales y foráneos, sin medidas paliativas de protección de las pequeñas empresas ni del empleo.
El senador hizo un comparativo de la manera como en otros países los gobiernos desarrollaron medidas de subsidio al desempleo para preservarlo y preservar la demanda. Responsabilizó al ministro de Hacienda de que el programa de ayudas se demorara cuatro meses para iniciar los subsidios, tiempo en el que se quebraron miles de empresas y se perdieron miles de empleos.
“En diciembre de 2019 Colombia tenía 1.652.000 empresas registradas y a ese universo no les llegó el PAEF porque el Gobierno exigió que estuvieran al día con la Planilla PILA, y las sacó, lo cual hizo que ese universo se recortara al 30%, 564 mil empresas. A estas también las recortó porque excluyó a las que tenían menos de tres empleados y así el subsidio al desempleo solo le llega a 132 mil. El 50% de esos recursos se lo llevan el 0,6% de las empresas, que son las grandes, que tal vez no necesitan de subsidio alguno, y tal vez eso explica que el desempleo sea más grande que en otros países de América Latina”, dijo el legislador un día antes de ir al debate en el que infructuosamente, junto con otros senadores, intentó que se extendieran los subsidios a las empresas con menos de tres empleados.
A propósito, según la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, Acopi, el 17% de las micro y pequeñas empresas no accedieron al auxilio, porque, aunque tiene PILA no pudieron demostrar pérdidas de facturación del 20%.
Aumentará el desempleo
Luego del debate del 22 de octubre pasado, Lara dijo que era lamentable que la proposición presentada para que el PAEF llegara a las microempresas, que representan el 90% del empleo del país, que contratan de manera formal, que están al día en el PILA y que están en el registro mercantil recibieran los mismos beneficios que actualmente recibe un puñado de grandes empresas.
“No sé qué concepción tiene el Gobierno nacional, qué concepción tiene el ministro de Hacienda sobre la política social y la equidad. Atravesarse a que estas empresas que cumplen todos los requisitos del PAEF puedan recibir este subsidio a la nómina como lo reciben los bancos y las grandes empresas de Colombia, es triste y lamentable, y no ayuda a lograr una Colombia más justa, unas políticas legítimas y una sociedad más cohesionada”, concluyó el legislador.
Por otra parte, María Alejandra Osorio, subdirectora ejecutiva de Acopi, Bogotá- Cundinamarca, le dijo a VOZ que consideran que el PAEF ha sido un avance para ayudar a las empresas de menor tamaño a salir adelante en medio de la pandemia.
Sin embargo, aclara que ese gremio impulsó propuestas de subsidio a la nómina en las que pidieron que se diera por lo menos el 70% de los costos que representa para un empresario la nómina, tratando de cubrir salario y el costo de los parafiscales.
“Esto no fue posible y es la razón por la que consideramos que el subsidio ha sido insuficiente. Fue tardío porque apenas llegó en mayo cuando las empresas ya no contaban con flujo de caja suficiente para cubrir sus costos administrativos fijos. Por otra parte, consideramos que ampliar este subsidio hasta marzo era indispensable para poder garantizar el buen funcionamiento de las empresas. Esperamos que sea ampliado hasta finales del año entrante para que ayude a la reactivación económica y saludamos que se haya extendido el subsidio para las primas”, señaló la subdirectora de Acopi Bogotá.
Para la ejecutiva, queda faltando la tarea de incluir a las microempresas conformadas como personas naturales que generan uno o dos empleos, ya que es una deficiencia que hace parte de la realidad del país, que hacen parte del tejido empresarial y que hay que abordarla desde la formalización empresarial.
“Las micro, pequeñas y medianas generan cerca del 80% del empleo y aportan cerca del 40% del Producto Interno Bruto y adicionalmente generan empleo formal y bien remunerado en el país”, explicó María Alejandra Osorio.
Por su parte, el economista y analista Mario Osorio, dice que al haber una pérdida de empleo generalizada se están afectando los niveles de consumo, y el auxilio a la nómina no soluciona el problema porque, entre otras cosas, también se ha perdido mucho empleo informal: “Hay mucha gente que no pudo salir al rebusque, y por otro lado hay empresas que están en el límite entre lo formal y lo informal, que son unipersonales o con dos empleados que no reciben el subsidio. Pero con el 40 o 50% de un salario como ayuda no se alcanza a financiar a quienes tenían empleo”.
Hasta ahora, las medidas como el PAEF son pequeños paliativos, que al sumarse la ausencia de programas para quienes no tienen relaciones laborales formales, dejan en evidencia que el proceso de reactivación económica será mucho más demorado de lo que se ha pronosticado, puede durar años porque, entre otras cosas, el Gobierno no plantea grandes procesos de inversión.
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